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A pesar de que la CIDH emitió 41 recomendaciones al Estado colombiano, la mayoría de ellas siguen sin ser implementadas. Por ejemplo, los agentes de policía continúan usando la fuerza y las armas en contextos de control de manifestaciones de manera excesiva y desproporcionada. | EFE

10 alertas a la ONU sobre derecho a la protesta, vigilancia, violencia digital e integración de personas migrantes

Enviamos un informe de cara al 44 Examen Periódico Universal que realizará la ONU para analizar la situación de derechos humanos en Colombia.

Por: Dejusticiaagosto 28, 2023

El 7 de noviembre de este año Colombia pasará al tablero de las Naciones Unidas. En esa fecha, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU realizará el Examen Periódico Universal del país, un proceso que revisa la situación de derechos humanos de todos los Estados miembros. La última vez que se realizó la evaluación de Colombia fue en 2018.

Como parte de este proceso, Dejusticia, Privacy International y Fundación Karisma presentamos un informe en el que planteamos una serie de preocupaciones sobre la protección de los derechos a la libertad de expresión, la intimidad, la protección de datos personales, la violencia de género en línea, el derecho a la protesta y los derechos de la población migrante venezolana.

En este documento también ofrecemos unas propuestas de recomendaciones que la ONU podría hacerle al Estado colombiano para fortalecer la protección de estos derechos. A continuación resumimos algunas de las alertas que identificamos en estos temas entre 2018 y 2023. 

Vigilancia masiva e indiscriminada

Las actividades de vigilancia indiscriminada se han vuelto usuales en el entorno colombiano. En 2020, una investigación periodística publicada por la revista Semana reveló cómo algunos organismos de inteligencia del Estado habían utilizado el internet y las redes sociales para realizar actividades de vigilancia sin control alguno.


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Además, el Gobierno tiene interés en adquirir nuevas y mejores herramientas que le permitan identificar amenazas en las redes sociales. Estas intenciones se dieron a conocer gracias a una filtración de correos electrónicos internos del Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, en febrero de 2023.

No hay reglas claras y transparentes sobre cómo se usan estas tecnologías de inteligencia. El Ejército, la Fiscalía, la DIJIN y la Policía han adquirido herramientas que les permiten hacer vigilancia masiva, perfilamiento y búsquedas anónimas en fuentes abiertas. Sin embargo, no hay información disponible sobre el funcionamiento de estas tecnologías o sus protocolos para proteger los derechos humanos.

La Registraduría y la digitalización

Desde el año 2021, la Registraduría Nacional del Estado Civil ha avanzado en el proceso de digitalizar el sistema nacional de identidad, impulsando la cédula digital. Los datos recolectados permiten el reconocimiento y la autenticación facial de cualquier colombiano sin necesidad de su consentimiento expreso. 

En paralelo, la base de datos biométrica facial crece sin regulación alguna y sin que haya límites claros para sus usos permitidos, poniendo en riesgo la privacidad. Ya existen pilotos para incorporar cámaras con capacidad de reconocimiento facial en tiempo real en ciudades como Bucaramanga y Medellín.

La opacidad en el SISBEN

Desde 2021, el Sisben está implementando un algoritmo para identificar a los beneficiarios de los programas sociales del Estado. La implementación de este algoritmo es problemática en la medida en que su código se mantiene en secreto bajo el argumento de proteger la seguridad financiera del Estado. Esto hace imposible auditar su funcionamiento.

También nos preocupa que los datos consignados en la base del Sisben hayan sido puestos a disposición de entidades del sector financiero para el desarrollo de productos de crédito sin contar con el consentimiento explícito de las personas para este fin.

La pandemia y la privacidad

Para hacer frente a la pandemia del Covid-19, los gobiernos regionales y nacional desplegaron tecnologías para reducir los contagios. Estas aplicaciones captaron y continúan captando datos sensibles de la población sin controles adecuados. Por ejemplo, la aplicación CoronApp se implementó sin transparencia sobre su funcionamiento y luego se documentó que varias entidades públicas tenían acceso a su base de datos. Esto habría facilitado la expansión de poderes policiales más allá de la contención de contagios.

Cierre de espacios para la sociedad civil

El espacio cívico ha venido reduciéndose debido a restricciones a las libertades que han impuesto los gobiernos y a los ataques contra personas defensoras de derechos humanos. Quienes convocan, organizan y participan en manifestaciones sociales continúan siendo objeto de estigmatización, criminalización, vigilancia y represión. 

Vulneración del derecho a la protesta

La CIDH comprobó que durante el estallido social de 2021 identificó “el uso desproporcionado de la fuerza; la violencia basada en género en el marco de la protesta; la violencia étnico-racial en el marco de la protesta; la violencia contra periodistas y contra misiones médicas; irregularidades en los traslados por protección; y denuncias de desaparición; así como el uso de la asistencia militar, de las facultades disciplinarias y de la jurisdicción penal militar”.

A pesar de que la CIDH emitió 41 recomendaciones al Estado colombiano, la mayoría de ellas siguen sin ser implementadas. Por ejemplo, los agentes de policía continúan usando la fuerza y las armas en contextos de control de manifestaciones de manera excesiva y desproporcionada. 


Conoce nuestra Guía para protegerte digitalmente durante una protesta’


En las protestas de 2021 también vimos un uso problemático de las herramientas de inteligencia. Las fuerzas policiales usaron el ciberpatrullaje para monitorear y catalogar como falsas las denuncias ciudadanas en internet sobre abusos policiales. 

Violencia de género en internet

La democratización de internet ha generado nuevos espacios de violencia contra las mujeres, especialmente contra aquellas que desafían roles socialmente impuestos como las periodistas, las políticas o las lideresas sociales.

No existen rutas institucionales para abordar la violencia digital. En la Sentencia T-280 de 2022, la Corte Constitucional señaló que existe un vacío jurídico que dificulta que las autoridades investiguen esas conductas con debida diligencia. 

Barreras para regularizar a las personas migrantes

La falta de un estatus migratorio regular sigue siendo la principal barrera que enfrentan las personas migrantes venezolanas para acceder a derechos como la salud, la educación y el trabajo. A pesar de la importancia del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPMV), este mecanismo presenta serias falencias.

La falta de una reglamentación clara sobre las funciones y competencias de Migración Colombia llevó a arbitrariedades como la expulsión masiva de un grupo de 59 personas de nacionalidad venezolana en el marco de las manifestaciones de noviembre de 2019.

Barreras laborales

Persisten barreras de tipo legal, como la ausencia de un estatus migratorio regular y dificultades para poder mantenerlo. También hemos identificado barreras en la interacción con otros actores del mercado laboral como los bancos, las aseguradoras de salud, los fondos de pensiones y las aseguradoras de riesgos laborales que niegan el acceso a las personas migrantes venezolanas debido a que no reconocen el PPT como documento válido de identificación, a pesar de serlo. 


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Barreras educativas

Los esfuerzos que el Gobierno colombiano ha adelantado para garantizar este derecho han permitido que miles de niños y niñas hayan ingresado al sistema educativo. Sin embargo, a nivel territorial aún existen circunstancias que limitan el impacto de estas medidas adoptadas por el Gobierno. Asimismo, hay factores estructurales que afectan su permanencia en la escuela y que se agravan por situaciones como la ausencia de un estatus migratorio regular, la xenofobia y las diferencias curriculares, que pueden empujarlos a abandonar sus estudios. 

Descarga el informe aquí 

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