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5 asuntos clave que deja la COP16 y que definen el rumbo del resto de la jornada

El cierre de las primeras discusiones estuvo marcado por debates sobre financiamiento, compromisos de conservación y nuevas alianzas entre comunidades locales y pueblos indígenas y afro para enfrentar la crisis ambiental global.

Por: Dejusticiaoctubre 29, 2024

La COP16 —la Conferencia de las Partes (COP) del Convenio de Diversidad Biológica (CDB) —, va llegando a su recta final en medio de presiones por la financiación y una agenda vertiginosa de discusiones relacionadas, entre otros temas, con la participación de los pueblos indígenas y afro, el tráfico de especies, la crisis climática y los pendientes críticos del Marco Mundial de Biodiversidad del Kunming- Montreal —el acuerdo de cuatro objetivos y 23 metas que 190 países acordaron cumplir a 2030 para desacelerar la crisis planetaria—. 


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Los problemas ambientales más urgentes se seguirán debatiendo hasta este primero de noviembre, ya con unas primeras negociaciones trazadas y varios temas definitorios. Desde Dejusticia destacamos algunos de los temas más importantes han tenido lugar y que son fundamentales para entender el pulso que están tomando las conversaciones entre los delegados de más de 190 países.

  1. Se suman apoyos al Plan de Acción de Biodiversidad presentado por Colombia

Como país anfitrión, Colombia presentó el ambicioso plan hasta 2030 que será la guía para enfrentar la acelerada pérdida de biodiversidad y de ecosistemas. Este Plan de Acción de Biodiversidad (PAB) cuenta con seis objetivos nacionales alineados a los 23 globales, 30 acciones estratégicas y más de 80 indicadores. Estas acciones involucran a 15 carteras ministeriales y al Departamento Nacional de Planeación. 


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El plan incluye acciones concretas en planificación territorial, gestión de la información ambiental y de los servicios ecosistémicos, gobernanza, conservación y cuidado de la naturaleza. En cuanto al coste de estas metas, los cálculos iniciales del PAB indican que, para lograr su implementación, el país necesitará cerca de $14.48 billones de pesos, lo que exigiría movilizar recursos adicionales estimados en $302 mil millones de pesos al año.

El PAB también ofreció un panorama en términos de conservación de la biodiversidad del país: si bien aún no existen inventarios biológicos detallados y completos para todo el territorio, Colombia tiene 54.871 especies registradas en la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad (GBIF) de los diferentes grupos biológicos. Se estima que son endémicas 34 especies de mamíferos, 367 de anfibios, 66 de aves, 115 de reptiles, 1.500 de plantas y 1.543 de orquídeas. Sin embargo, se han identificado 1.203 especies en distintas categorías de amenaza. De ellas, 173 se encuentran en peligro crítico, 390 en peligro y 640 en categoría vulnerable. 

A modo de balance de los espacios de trabajo iniciales, Susana Muhamad, ministra de Ambiente y presidenta de la COP16, explicó que “tenemos al menos dos documentos de sala para la COP16, cinco documentos de sala para el Protocolo de Cartagena y cinco documentos de sala para el Protocolo de Nagoya. Hemos tenido la mayor participación, con 20.000 delegados y más de 40.000 personas visitando la Zona Verde”. 

  1. Alianzas y coaliciones cruciales concretan la incidencia de los pueblos indígenas en los planes de conservación

Una alianza inédita, denominada G9 de la Amazonía, fue presentada por comunidades indígenas de nueve países amazónicos (incluyendo Colombia, Brasil y Perú), en representación de 511 pueblos de la región amazónica. En su declaración, este grupo reafirmó su rol como guardianes de la biodiversidad y exigió la titulación de tierras y financiación directa para proteger la Amazonía. 


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“Ante las amenazas que enfrentamos, la explotación de recursos naturales, la deforestación, la explotación de hidrocarburos, la minería, el crimen organizado, la variabilidad climática, la invasión y la expansión de la frontera agrícola, el despojo de nuestros territorios, reafirmamos nuestro compromiso ancestral de ser socios estratégicos en la protección y conservación de la biodiversidad y la vida”, explican en su declaración. 

Otra discusión álgida relacionada con el conocimiento de las comunidades locales tiene que ver con la distribución de los beneficios de los recursos genéticos. En este aspecto se adelanta un difícil y retador debate sobre la creación de un fondo global en el que las empresas farmacéuticas y otros usuarios de estos recursos puedan compensar a las comunidades locales que protegen a la biodiversidad. 

  1. Reconocimiento de las comunidades afrodescendientes, respaldo al Chocó biogeográfico y algunos desacuerdos diplomáticos

Representantes de las comunidades afrocolombianas, raizales y palenqueras ratificaron su compromiso con la defensa de la biodiversidad y manifestaron la necesidad de ser tenidos en cuenta en la toma de decisiones, siempre con el reconocimiento de sus saberes ancestrales.  Uno de los temas más debatidos fue la inclusión de estas comunidades en el Convenio de Diversidad Biológica. 

Colombia ha propuesto explícitamente que se reconozca su papel en la protección ecosistémica, con su inclusión y mención explícita en el artículo 8J del Convenio de Diversidad Biológica. Sin embargo, esta propuesta tuvo algunos choques diplomáticos en el inicio de la COP16, con una marcada oposición del grupo de negociación de los países africanos, como lo expresó el delegado de República Democrática del Congo (RDC), vocero de este bloque. Se espera que las consideraciones finales sobre este tema se acuerden esta semana. 


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Más allá de estos roces y pugnas diplomáticas, hay que mencionar que la noticia más alentadora fue para el Chocó biogeográfico —un ecosistema de más de 9,000 especies de plantas vasculares, 200 mamíferos, 600 aves, 100 reptiles y 120 anfibios, con aproximadamente el 25% de especies endémicas—. El Gobierno de Colombia y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) anunciaron la creación de un fondo multidonante para su conservación y restauración. 

Sobre el enfoque biocultural para la conservación, Paulo Ilich Bacca, subdirector de Dejusticia, explicó que “los pueblos necesitan tener la posibilidad de mantener sus conocimientos tradicionales, sus biosaberes. Esto asegura la posibilidad de tener un pluriverso de miradas y garantizar la diversidad biológica y cultural”.

  1. El rol del campesinado en los diálogos y negociaciones

Antes de que comenzara la COP16, desde la sociedad civil propiciamos varios espacios de diálogo en los que insistimos que, debido a su vínculo directo y particular con la tierra, las comunidades campesinas desempeñan un papel crucial en la conservación y gestión local de la naturaleza, aunque históricamente hayan gozado de poco reconocimiento en esta materia. 

Este vacío llevó a que, en Cali y por primera vez en la historia de este escenario internacional sobre biodiversidad, el campesinado fuera reconocido como sujeto e hiciera parte de las discusiones en los grupos de trabajo de la COP. La novedad es relevante, pero insuficiente, pues el campesinado todavía no está presente en los escenarios de decisión de la COP, y aún no se ha logrado un real acuerdo entre los Estados para su reconocimiento y para garantizar su acceso diferencial a los recursos.

  1. El gran lío de la COP16: las finanzas ambientales globales

Las discusiones relacionadas con los recursos financieros para salvaguardar la biodiversidad han ocupado los titulares. Aunque el objetivo de movilizar 200,000 millones de dólares anuales para 2030 ya había sido trazado, varios países y oenegés han abogado por la creación de un nuevo fondo bajo la autoridad del Convenio de Diversidad Biológica (CDB). Este fondo estaría enfocado en cerrar la brecha de financiamiento para la biodiversidad en países en desarrollo. 

Diferentes Estados y redes en representación de la sociedad civil (Sudáfrica, Colombia, Fiji, Rusia, India, Bangladesh, Japón, Vietnam) precisaron que la estrategia de movilización de recursos, así como las estructuras de los fondos GEF (Fondo Mundial para el Medio Ambiente) y GBF (Kunming-Montreal Global Biodiversity Framework), son insuficientes e inadecuados. Algunos pidieron que se aumentaran las contribuciones y otros, además, solicitan reformas al mecanismo financiero. 

De acuerdo con Earth Negotiation Bulletin, un boletín que sigue las negociaciones, los delegados analizaron varias de las opciones existentes, incluidas que el FMAM (Fondo para el Medio Ambiente Mundial) siga operando el mecanismo financiero.  Otros subrayan la necesidad de un instrumento específico para cerrar la brecha de financiación de la biodiversidad, instando a que se celebren debates concretos para su establecimiento y puesta en marcha.  

“Ahí, hasta ahora, hemos visto una resistencia muy fuerte de los países más ricos a crear un nuevo fondo y a contribuir con el déficit de financiamiento de 700 mil millones de dólares para la biodiversidad”, explicó Sergio Chaparro, coordinador internacional de Dejusticia.  

 

El rol determinante del Sur Global en las discusiones venideras

Y los recursos, ¿para quién? Las conversaciones sobre la financiación también se preguntaron por los mecanismos que harían posible una participación más directa de los pueblos indígenas y las comunidades locales con la promoción del acceso directo a recursos. Sobre este punto, los delegados del Sur Global han manifestado un especial compromiso e interés. 

El grupo africano, en particular la República Democrática del Congo y Sudáfrica, reclamaron nuevamente un fondo específico para la biodiversidad. Reflejaron, además, el compromiso de la región con la implementación del CDB y el Marco Mundial para la Diversidad Biológica. 

Sudáfrica y Colombia hicieron hincapié en que el Fondo GBF sigue siendo inadecuado y apoyaron un instrumento mundial dedicado a la financiación de la biodiversidad.

Sobre esto, Chaparro explica que es necesario modificar el derecho internacional para que las reglas de cooperación permitan, a países del Sur Global como Colombia, prosperar y avanzar al tiempo con la restauración natural y la descarbonización. 

Desde hoy,  martes 29 de octubre,  comenzó el segmento de alto nivel de la COP16. En este escenario, representantes de varios países encabezarán las negociaciones. Según anunció la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, en Cali están seis jefes de Estado, cinco cancilleres, 114 ministros, 33 viceministros y otros 25 representantes de alto nivel.

El secretario  general de la ONU, Antonio Guterres, también presente en Cali, pronunció un discurso que marca el tono de las negociaciones de esta semana: “No podemos darnos el lujo de irnos de Cali sin compromisos para aprovechar el fondo del marco de biodiversidad y sin un compromiso para movilizar otras fuentes de finanzas privadas y públicas para desarrollar el marco en su plenitud”. 

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