Desde Dejusticia nos estamos preparando para participar en la COP en alianza con diversas organizaciones sociales, sobre todo del sur global. | EFE
Camino a la COP30: 5 mensajes que desde ya hacen eco en Brasil
Por: Dejusticia | Junio 5, 2025
En 2025, el mundo sigue mirando hacia Brasil. La COP30, la conferencia climática más importante del planeta, se celebrará por primera vez en la Amazonía. Los desafíos son varios: una geopolítica tensa, falta de confianza en el multilateralismo y un ataque abierto a los mecanismos internacionales para hacerle frente al cambio climático.
Inspirado por el “mutirão”, un esfuerzo colectivo heredado de los pueblos indígenas, Brasil llama al mundo a unirse en una causa común: combatir el cambio climático juntos. Belém, ciudad amazónica elegida como sede, enfrenta enormes desafíos: pobreza, contaminación, y presión por infraestructura que podría generar riesgos al medio ambiente. Pero, a pesar de eso, es clave que sea esta la sede: los impactos del cambio climático que son sentidos acá muchas veces no llegan a los centros de decisión. Que la COP sea en Amazonía también le muestra al mundo cómo la región se ve afectada por estos cambios. Esta COP también llega en un momento clave: los países deberán presentar nuevas y más ambiciosas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs).
Seguir yendo a la COP sigue siendo importante. Porque, con todas sus limitaciones, es el único espacio global donde podemos exigir compromisos climáticos, visibilizar nuestras agendas y construir alianzas. Somos conscientes de que el espacio tiene limitaciones y contradicciones, y nuestro compromiso es construir el contrapoder colectivo que se requiere para hacerlo más efectivo.
Desde Dejusticia nos estamos preparando para participar en la COP en alianza con diversas organizaciones sociales, sobre todo del sur global. Estuvimos hace unos días en Manaos, entendiendo qué queremos sacar de este espacio y por qué debe seguir siendo un espacio clave de articulación para la sociedad civil. Luego estuvimos en Belén articulándonos para poder participar de este espacio, reconociendo la importancia de que sea un espacio concreto de acción. Para ello, destacamos estos cinco mensajes:
- Que la protección de la Amazonía debe hacerse de la mano a sus poblaciones y en un marco de derechos humanos y justicia social.
- Que la transición energética debe ser participativa, desde los territorios, no impuesta a ellos.
- Que los mercados de carbono deben respetar la autonomía y el consentimiento de los pueblos, fortaleciendo su propia gobernanza, rediseñando los mercados de carbono desde una mirada de justicia climática.
- Que es clave implementar reformas fiscales que incorporen criterios ambientales, eliminando subsidios y beneficios tributarios que fomentan prácticas nocivas para el medio ambiente, incluyendo la gestión de riesgos climáticos en políticas económicas, la inversión en prevención de desastres y la adopción de medidas tributarias progresivas que permitan financiar programas de adaptación al cambio climático.
- Que la reforma del sistema financiero mundial debe apoyar a los países que son más vulnerables al cambio climático, es decir, a los países del sur global, para que puedan hacer una transición hacia un modelo de desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima, que no perpetúe dinámicas desiguales como exportadores de materia prima.
Que la deforestación, el campesinado y la crisis alimentaria están conectadas. Existe un vínculo innegable entre las prácticas de deforestación de la Amazonía, las formas de producción de alimentos y el cambio climático. El vínculo entre la ganadería y la agroindustria es evidente, y ambos sectores contribuyen masivamente a la deforestación. La búsqueda de alternativas económicas es fundamental para evitar que la Amazonia llegue a un punto de no retorno.