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Expertas, funcionarios y líderes se reunieron en Dejusticia para proponer alternativas al problema de la deforestación asociada a la producción de carne. | Marcela Madrid

Carne y deforestación: tres propuestas urgentes para enfrentar el problema

En el conversatorio ‘Hablemos de carne y deforestación en la Amazonía’ surgieron propuestas de organizaciones ambientales, campesinas, la academia y las autoridades.

Por: Diciembre 28, 2022

Durante el último año, en Dejusticia hemos explicado y debatido cómo parte de la deforestación de la Amazonía colombiana está asociada a la producción de carne. En nuestra publicación ¿Carne deforestadora? ahondamos en los tres grandes cuellos de botella que enfrentan las autoridades y los privados para detener el problema: la trazabilidad incompleta, el desgobierno en la producción y los incentivos empresariales difusos.

Para discutir sobre estos retos y plantear alternativas, el pasado 12 de diciembre realizamos el conversatorio ‘Hablemos de carne y deforestación en la Amazonía’. En él participaron representantes del Gobierno, organizaciones ambientales, campesinas y la academia. 

Los y las panelistas coincidieron en que el reto no es fácil y requiere el esfuerzo de todos los actores involucrados: las autoridades ambientales y policivas, los privados, las comunidades y los consumidores. Estas son algunas de las propuestas más urgentes que surgieron de la conversación.

1. Cruzar y transparentar la información

La información necesaria para entender en detalle cómo funciona la deforestación asociada a la ganadería hoy está incompleta, dispersa y en manos de pocos. Por un lado, el monitoreo del ganado se hace por lotes y no de manera individual a cada vaca, lo que facilita hacerle trampa al control estatal. Además, esos datos sobre los recorridos del ganado no se cruzan con información sobre áreas deforestadas. Finalmente, las empresas privadas se niegan constantemente a transparentar la información relacionada con el origen de la carne. 

Para Laura Santacoloma, directora de justicia ambiental en Dejusticia, este es un problema estructural que impide la veeduría por parte de la ciudadanía. Así lo confirmó Julio Patiño, investigador de la Environmental Investigation Agency (EIA): “Nos llevó más de dos años generar resultados para nuestra investigación, tuvimos que presentar una acción de tutela para que el ICA proporcionara información. Es fundamental mayor transparencia de los entes gubernamentales para que la sociedad civil pueda aportar análisis a esta problemática”. 

Carolina Jarro, subdirectora de Gestión y Manejo de Áreas Protegidas de Parques Nacionales Naturales, aseguró que el gobierno ya está avanzando en propuestas para garantizar el acceso a la información: “Las bases del nuevo Plan Nacional de Desarrollo plantean que la información tiene que ser pública, como lo establece el Acuerdo de Escazú, y que el cruce de información debe darse. Pronto va a ser el lanzamiento del sistema de información de áreas protegidas”.

Algunas soluciones que han funcionado en otros lugares serían demasiado demoradas y costosas para Colombia, como explicó Carlos Olaya, coautor de la investigación ¿Carne deforestadora? Cuellos de botella en el control de las cadenas de suministro de carne bovina en Colombia: “El modelo ideal es Uruguay, que tiene todas sus vacas con microchip y pueden rastrearlas por todo el país. Aquí lo están haciendo en Arauca para detener el contrabando con Venezuela, pero es muy costoso, entonces pueden intentarlo pero se demorarían unos 10 años más en tener una trazabilidad completa”.


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2. Apoyar la conservación comunitaria

Parte de la solución está en las comunidades campesinas e indígenas que viven en la Amazonía. Así lo aseguró Elda Martinez, integrante de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc): “Reconocer que en la Amazonía hay habitación campesina y  procesos de conservación es importante para que las apuestas de protección de estos ecosistemas puedan funcionar”.

En esto coincidió Carolina Jarro, de Parques Nacionales: “En la Zona de Reserva Campesina de El Pato-Balsillas, la comunidad ha demostrado que se puede conservar. Muchas veredas dentro de Parques Nacionales han decidido salir de las actividades ilegales a las de conservación de áreas protegidas”. 

De manera más concreta, Carlos Olaya planteó la necesidad de fortalecer el monitoreo comunitario del ganado que hacen las juntas de acción comunal: “Las juntas tienen una capacidad muy buena para saber cuántas vacas hay, quiénes son los dueños, quiénes están tumbando y quiénes no. Hay que acompañarlos porque están en medio del fuego cruzado y ese monitoreo puede ponerlos en contra de actores peligrosos”. 

3. Involucrar a los consumidores

Uno de los cuellos de botella de este problema radica en los consumidores de carne. Como explica Olaya, “estamos en un país donde todavía no hay cultura de exigencia del consumidor.  Si al Éxito se le descubre una cadena deforestadora, no pasa mucho”. Esto lleva a que la mayoría de empresas no vean incentivos fuertes para comprometerse en acuerdos de cero deforestación. 

Según Julio Patiño, es importante sensibilizar a los consumidores para que puedan hacer veeduría. En particular, “para que decidan si van a ser partícipes de dinámicas relacionadas con la deforestación en la compra de carne, o más problemático aún, con el financiamiento a grupos armados”. 

Sin embargo, parece haber una creciente tendencia a pedir transparencia por parte de los mercados internacionales: “Hay una iniciativa legislativa que avanza en la Comisión Europea relacionada con la trazabilidad. Hacia futuro, si Colombia quiere tener otros mercados, va a tener que cumplir con ciertos requisitos sobre el origen de la carne”, aseguró Patiño. 

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