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Petro ONU

En su discurso, Petro perpetuó discursos y narrativas que encasillan a la persona que usa drogas, desconociendo usos no problemáticos y la búsqueda del placer que está en el fondo de toda motivación de usar sustancias. | Dejusticia con imágenes de EFE

Cinco reflexiones sobre el discurso de Petro ante la ONU

Consideramos que es positivo que haya centrado su primer discurso en dos agendas globales: el deterioro climático y la política de drogas. Sin embargo, el paralelismo entre ambos merece cautela para evitar estigmatizaciones.

Por: DejusticiaSeptiembre 26, 2022

El 20 de septiembre, Gustavo Petro dio su primer discurso como presidente de Colombia ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas. Desde Dejusticia consideramos que es positivo que haya centrado su primer discurso en dos agendas que son inevitablemente globales: el deterioro climático y la política de drogas. Sin embargo, el paralelismo entre ambos temas merece tratarse con cautela para evitar estigmatizaciones y para responder a cada problemática con mejores estrategias. Aquí cinco reflexiones que nos deja su intervención de hace unos días:

 

No es la primera vez que se habla del fracaso de la guerra contra las drogas

En los años 80, cuando sucedió la explosión del narcotráfico, Virgilio Barco llevó este discurso a la Asamblea General de Naciones Unidas. También el gobierno de Juan Manuel Santos lideró una estrategia impulsada por países latinoamericanos para tener un debate franco y abierto sobre las actuales estrategias fallidas, en el marco de la Organización de Estados Americanos, y de las Naciones Unidas. Como resultado, se celebró la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el problema mundial de las drogas, conocida como la UNGASS 2016.

Para que se materialice en el gobierno de Gustavo Petro, se debe impulsar el liderazgo desde la Cancillería y el Ministerio de Justicia, en los espacios naturales de negociación de políticas de drogas, así como en otros escenarios multilaterales y hemisféricos. Además, un liderazgo internacional de esta índole cumpliría con la deuda pendiente del Acuerdo Final de Paz sobre una conferencia internacional de drogas y las recomendaciones de la Comisión de la Verdad sobre impulsar el debate de la reforma en la escena global.


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Petro, la guerra contra las drogas y la prohibición

El encarcelamiento acá y allá

Vemos con buen ojo que Petro haya mencionado los efectos negativos de la prohibición sobre las poblaciones vulnerables e históricamente discriminadas, como lo son las personas racializadas, las mujeres y los campesinos cocaleros. Sin embargo, hizo énfasis en el encarcelamiento de estas poblaciones en el norte global, cuando esta realidad también aplica para Colombia, donde casi la mitad de las mujeres que están condenadas en las cárceles, cometieron delitos de drogas no violentos, es decir, delitos de pobreza.

El cambio de enfoque debe orientarse en dejar de perseguir y judicializar a los eslabones más vulnerables y menos rentables de las cadenas, agilizar la aplicación de proyectos de ley de tratamiento penal diferenciado a mujeres cabeza de hogar que cometan delitos menores, como la Ley 093/19, así como establecer mecanismos efectivos de reparación.

El paralelismo entre la guerra contra las drogas y la crisis climática

Es cierto que ambas guerras están fracasando, y ese fracaso debe llevar a reorientar la estrategia. En el caso de la guerra contra las drogas, para superar este fracaso se debe buscar derribar el paradigma de la prohibición y transitar el camino de la regulación de sustancias, empezando por apoyar las posibilidades regulatorias de la marihuana que cursan hoy en el Congreso y respaldando el debate público sobre la regulación de la cocaína. En el caso de la crisis ambiental y climática, el fracaso de las estrategias actuales debe exigir una reorientación de las estrategias, pero continuando con la defensa de la selva y sus sumideros de carbono, y medidas que cesen el enfoque militarista y donde se lleguen a acuerdos de corresponsabilidad entre los países.

La desafortunada comparación entre la adicción a la cocaína y la adicción al petróleo

La adicción al petróleo está enfermando al planeta y es fuente del deterioro climático. Para atender esto es urgente disminuir y eliminar el uso de combustibles fósiles para frenar este deterioro. Por otro lado, la cocaína es una sustancia psicoactiva como cualquier otra y la mayoría de sus usos no son problemáticos, como lo confirman las cifras globales de consumo de las mismas Naciones Unidas. La cocaína no es una sustancia que se pueda o deba eliminar, pues el uso de sustancias psicoactivas es natural para la humanidad, ni cuyo uso automáticamente lleva a la enfermedad. Para que el uso de sustancias sea menos riesgoso es crucial respaldar y financiar las apuestas de reducción de daños, que deben incluir información para optar por una gestión responsable del placer.

Lenguaje estigmatizante hacia las personas que usan drogas

En su discurso, Petro perpetuó discursos y narrativas que encasillan a la persona que usa drogas, desconociendo usos no problemáticos y la búsqueda del placer que está en el fondo de toda motivación de usar sustancias. Petro describió el uso de drogas como algo que se da en medio de la soledad, usando siempre connotaciones negativas. Esto genera visiones como la del «adicto» o «enfermo» que por años han justificado un tratamiento discriminatorio hacia las personas que usan drogas.Para cambiar esta narrativa es necesario pasar del discurso de la enfermedad a uno del reconocimiento de la autonomía personal, que el Estado debe acompañar optando por un enfoque de salud pública y derechos humanos.

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