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Los viejos demonios europeos, sin embargo, no han desaparecido; siguen rondando por los pasillos de la extrema derecha | EFE/JIM LO SCALZO

Los demonios que amenazan a Europa no son los que dice J. D. Vance: son Rusia, que quiere invadir a Ucrania, y son ellos, el gobierno de los Estados Unidos, que quiere destruir el humanismo democrático europeo para reemplazarlo por la barbarie trumpista.

Los demonios que amenazan a Europa no son los que dice J. D. Vance: son Rusia, que quiere invadir a Ucrania, y son ellos, el gobierno de los Estados Unidos, que quiere destruir el humanismo democrático europeo para reemplazarlo por la barbarie trumpista.

Los seres humanos libramos una lucha entre los demonios y los ángeles que llevamos dentro y es solo gracias a la educación que algunos logran poner a raya los primeros y empoderar a los segundos. “El hombre –decía Xavier de Maistre– se compone de un alma y de una bestia. Estos dos seres son absolutamente distintos, pero están tan encajados el uno en el otro, o el uno sobre el otro, que es necesario que el alma tenga cierta superioridad sobre la bestia, para poder establecer la distinción”.

Los países, como las personas, también libran una batalla entre sus ángeles y sus demonios y es gracias a su constitución y sus leyes que logran domesticar a los primeros. Muchos países (como las personas) no son conscientes de esa lucha y creen que todos los ángeles están de su lado y todos los demonios del lado del enemigo: nosotros, los civilizados; ellos, los bárbaros. Montaigne, en su célebre ensayo sobre los caníbales, fue el primero en advertir que es muy frecuente que la barbarie se anide en la civilización.

Digo esto pensando en las tensiones actuales entre los Estados Unidos y Europa a propósito de Ucrania. Hace un par de semanas, en Múnich, el vicepresidente de los Estados Unidos, J. D. Vance, dijo que Europa no estaba amenazada por Rusia ni por China, sino por un enemigo interno que ha menoscabado “sus valores fundamentales”. Puesto en los términos de esta columna, eso equivale a decir que el problema de Europa es que sus ángeles (sus viejos valores) han sido vencidos por sus nuevos demonios. Pero lo que está ocurriendo es justo lo contrario de lo que dice Vance. Europa está amenazada por enemigos externos que están intentando empoderar a sus demonios internos para que acaben con ella.

Lo primero que hay que decir es que el gobierno de los Estados Unidos ha sido capturado por el lado bárbaro de la sociedad, el cual ha decidido instaurar un régimen plutocrático e imponer un nuevo orden mundial basado en la fuerza, la supremacía blanca y el quebranto del derecho internacional. Europa, en cambio, ha construido un régimen admirable de convivencia pacífica y tolerancia, que es un ejemplo, como no hay otro en el planeta, de entendimiento entre pueblos que durante siglos vivieron en medio de la desconfianza y la guerra. Después de mucho sufrimiento causado por ese modus vivendi endemoniado, los europeos se dieron cuenta, como lo explica Héctor Abad en una columna reciente, de que el mejor mundo posible (que no es un mundo ideal) estaba del lado del humanismo de Montaigne y de Erasmo y no del lado de Carl Schmitt o de Marx. Uno de los símbolos más dicientes y conmovedores del triunfo de la civilización sobre la barbarie en Europa es la imagen de los presidentes François Mitterrand y Helmut Kohl en 1984, tomados de la mano al frente al osario de Douaumont, en Verdún, lugar de la batalla más sangrienta de la primera Guerra mundial.

Los viejos demonios europeos, sin embargo, no han desaparecido; siguen rondando por los pasillos de la extrema derecha (sobre todo en Alemania, Francia y España), de los movimientos separatistas en Cataluña y Brexit y del gobierno populista húngaro. Lo dramático del momento actual es que los Estados Unidos están decididos a alentar a esos viejos demonios para que se apoderen de Europa, como lo hicieron en el pasado.

En síntesis, los demonios que amenazan a Europa no son los que dice J. D. Vance: son Rusia, que quiere invadir a Ucrania, y son ellos, el gobierno de los Estados Unidos, que quiere destruir el humanismo democrático europeo para reemplazarlo por la barbarie trumpista.

De interés: Trump / Vance / Zelensky / extrema derecha

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