Audiencia campesina, una cita histórica con preguntas urgentes
Marcela Madrid julio 30, 2020
Desde la zona rural del Carmen de Bolívar, un líder le preguntará a Mininterior qué ha hecho para proteger el proyecto de vida campesino. | Ricardo Maldonado/EFE.
Desde los Montes de María, un líder le preguntará al Ministerio del Interior qué medidas ha tomado para proteger el proyecto de vida campesino. Las respuestas deberían importarle a todo el país.
Desde los Montes de María, un líder le preguntará al Ministerio del Interior qué medidas ha tomado para proteger el proyecto de vida campesino. Las respuestas deberían importarle a todo el país.
Este 31 de julio ocurrirá un encuentro histórico para la población campesina: la Audiencia Nacional por la tierra, el territorio y el campesinado, que convoca la Procuraduría en su canal de Youtube. Y aunque será virtual, no es un webinar más; es un espacio que han reclamado las organizaciones campesinas desde hace años y que por fin se materializa.
Durante 5 horas, Colombia podrá ver a un grupo de líderes y lideresas pidiéndoles respuestas concretas a varios altos funcionarios del Gobierno sobre una lista de temas pendientes y urgentes. Los representantes de cada entidad deberán responder en vivo sobre temas como la política pública para el campesinado, la adopción de la Declaración de derechos campesinos de la ONU, la implementación del Acuerdo de Paz y la protección de líderes y lideresas.
Desde la zona rural del Carmen de Bolívar participará la Mesa del Agua de los Montes de María, una organización que trabaja diariamente a través de la pedagogía, la movilización y las comunicaciones para defender el derecho al agua de las comunidades campesinas. Esta lucha les ha costado la tranquilidad a los líderes y lideresas de la Mesa en una región donde deben enfrentarse a la deforestación, la contaminación, la ganadería extensiva, los monocultivos y la minería para proteger sus fuentes de agua.
A pesar de vivir rodeados de agua dulce y de un distrito de riego, las comunidades campesinas tienen que salir a pelear por cada gota del agua que permanece acaparada por los grandes empresarios de la palma. Mientras tanto, “los alimentos que producimos se enfrentan a la falta de apoyo estatal, las semillas se nos mueren por las intervenciones químicas y paquetes tecnológicos de los productos transgénicos. Nuestra fauna y flora son devastadas en segundos”. Así lo cuenta el líder Geovaldis González en un texto que titula El dolor y la esperanza de un campesino de los Montes de María,
Este viernes, Geovaldis le preguntará al Ministerio del Interior qué medidas ha tomado el Gobierno para proteger el proyecto de vida campesino. La Ministra o el funcionario que delegue también deberá responder cuál es el presupuesto y qué logros han tenido los programas creados en este Gobierno para la protección de las organizaciones sociales.
Estas respuestas no solo son importantes para la Mesa del Agua y para la población campesina, deberían serlo para todo el país. Desde la firma del Acuerdo de Paz, 971 defensoras y defensores de derechos humanos han sido asesinados; el mayor impacto ha sido en campesinos y campesinas con 342 de esos homicidios, según el último reporte de Indepaz.
Los Montes de María no parecen ser la excepción y la Defensoría del Pueblo lo viene alertando desde marzo. Pero, como casi siempre, estas alertas quedan sin respuestas y nadie detiene la tragedia: el pasado 27 de junio asesinaron al líder sindical Ovidio Baena a golpes en su finca en Macayepo.
Cartagena, Bolívar y todo el país deberían voltear la mirada a lo que pase en esta Audiencia, pero no solo a lo que responda el Ministerio. Las comunidades campesinas también tienen propuestas para proteger la vida, como las que le entregaron 47 organizaciones de diferentes regiones al Presidente en abril o las que presentó un grupo de Montes de María hace un mes.
Estas propuestas van más allá de los esquemas de seguridad e incluyen también lo cultural, lo deportivo, la educación, lo productivo y las comunicaciones. Piden que el Estado atienda y responda a las alertas de la Defensoría pero también tienen claro que se trata de promover una “cultura de paz territorial para alcanzar la sanación colectiva y la reconstrucción del tejido social”.
Las preguntas y las propuestas de las organizaciones campesinas merecen ser escuchadas. Pero no se pueden quedar en un acta. Es necesario que las entidades se comprometan realmente a cumplir estos compromisos con las comunidades, y también que la sociedad civil se encargue de pedirle cuentas al Gobierno sobre estos pactos.