Avances igualitarios, pero prejuicios que matan
Rodrigo Uprimny Yepes junio 29, 2014
|
Ayer 28 de junio se celebró el día del orgullo LGBT.
Ayer 28 de junio se celebró el día del orgullo LGBT.
Estas marchas y celebraciones conmemoran las protestas de la comunidad gay en 1969 en Nueva York, que para muchos analistas marcan el inicio abierto de un movimiento de la comunidad LGBT contra la discriminación por razones de orientación sexual diversa. Es una buena fecha para reflexionar sobre qué tanto hemos avanzado en este campo en Colombia.
El balance es mixto, pues ha habido avances jurídicos muy importantes y hay un mayor respeto político y social a la población LGBT; pero subsisten discriminaciones normativas y, sobre todo, prejuicios sociales intensos, que llegan incluso a la violencia.
Los avances normativos son notables. Basta recordar que hace menos de 20 años, un homosexual no podía ser docente o notario, pues la homosexualidad era una falta disciplinaria. Eso fue corregido por varias sentencias de la Corte Constitucional de los años noventa. Pero hasta 2006 persistieron discriminaciones muy graves contra las parejas del mismo sexo, pues un homosexual no podía darle protección patrimonial, ni en salud, ni en pensión a su pareja. La movilización política y jurídica de la comunidad LGBT llevó a que en los últimos años esas discriminaciones también fueran eliminadas por varias decisiones de la Corte Constitucional.
El paso más reciente en esa dirección igualitaria fue la sentencia C-577 de 2011, que hace unos tres años ordenó que el Congreso superara la discriminación que sufrían las parejas del mismo sexo al no poder casarse, como podemos hacerlo las parejas heterosexuales. Esa sentencia abrió entonces el camino al matrimonio igualitario, pero ha sido un camino tortuoso por la ambigüedad misma de la sentencia, la resistencia del Congreso a legislar sobre el tema y la oposición intolerante del procurador y de la iglesia. Las parejas del mismo sexo que quieren casarse enfrentan entonces obstáculos muy duros.
Subsisten entonces discriminaciones jurídicas contra la comunidad LGBT, que se acompañan de prejuicios intensos en ciertos sectores sociales.
Estos prejuicios se expresan a veces en forma sutil, pero llegan a veces a la violencia letal. El informe lanzado el pasado jueves por Colombia Diversa sobre la situación de derechos humanos de la población LGBT así lo muestra, pues documenta que en 2012, al menos 20 personas fueron asesinadas en Colombia por su orientación sexual o su identidad de género diversas. A pesar de los avances jurídicos, y usando el título del citado informe, subsisten prejuicios homofóbicos que matan.
Los colombianos seguimos teniendo dificultades para aceptar la diferencia, que seguimos viendo como amenazante. Son necesarios nuevos esfuerzos a nivel social y cultural con el fin de remover esos temores y prejuicios, que tanto injusto sufrimiento han ocasionado.