Cumbiamba para Barranquilla
Vivian Newman Pont Enero 1, 2015
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Un cruce de cuatro calles cierra la circulación de los carros barranquilleros. Una cumbiamba se instala en el centro. Una rueda de cumbia de gente de todos los colores baila alrededor. Las caderas se mueven. Las frentes sudan. Las faldas ondean en medio de los restos de la brisita decembrina.
Un cruce de cuatro calles cierra la circulación de los carros barranquilleros. Una cumbiamba se instala en el centro. Una rueda de cumbia de gente de todos los colores baila alrededor. Las caderas se mueven. Las frentes sudan. Las faldas ondean en medio de los restos de la brisita decembrina.
Es el 1º de enero en el Barrio Abajo: los que trabajaron el 31 de diciembre celebran ahora el año que comienza, pero también el carnaval que se aproxima, fundiendo todo en una sola fiesta que parece darle la bienvenida a una nueva y prometedora ciudad. Pero persiste también una vieja y aletargada Barranquilla que obstaculiza los cambios.
El Barrio Abajo creció en los aƱos treinta por una de las razones que hicieron florecer a Barranquilla: la posición de privilegio del rĆo Magdalena, al lado del mar Caribe. Los navegantes y trabajadores apreciaban tener un pie a tierra cerca del rĆo, asĆ que se inventaron su propio espacio de casas con patios de tierra, portales con mecedoras, juegos de dominó y tiendas, muchas tiendas. Por esas Ć©pocas llegaban a chorros Ć”rabes y judĆos, catalanes y castellanos, italianos, alemanes y chinos que aportaban y recibĆan de la ciudad que al cabo de unos decenios empezó a perder su brillo, quedĆ”ndose adormilada.
Han pasado muchos aƱos desde entonces y Barranquilla empieza a despertarse de su letargo. Hay un boom en la construcción, expansión en la infraestructura social y una promoción deliberada de la posición de privilegio de la ciudad frente al TLC que, ademĆ”s de al rĆo, le estĆ” hincando el diente a la canalización de algunos de los legendarios arroyos. La Arenosa pasa el aƱo con saldo positivo y arranca 2015 con planes de crecimiento.
Pero el riesgo sigue siendo uno que estaba presente cuando floreció Barranquilla en el siglo XX: el predominio de instituciones y grupos polĆticos depredadores y excluyentes que concentran la riqueza, como sostienen Robinson y Acemoglu en Por quĆ© fracasan las naciones. Y el riesgo no es menor pues la historia de corrupción de la ciudad se encuentra registrada en los libros y las almas de los barranquilleros. Y no es un riesgo del pasado. La Ćŗltima medición del Pulsómetro de Barranquilla indica que un 27,6% de los barranquilleros considera que son necesarias las palancas y el 45,4% estima que se requiere de trĆ”fico de influencias para hacer trĆ”mites y procedimientos.
Volvamos entonces a la rueda de cumbia donde el 1Āŗ de enero pasado habĆa una morena voluptuosa que organizaba a las niƱas pequeƱas y a su vez movĆa deliciosamente todo su cuerpo. Era Juanita, la de āVolvió Juanita, vamos a celebrar con una fiestecitaā. La que le dijo que no volvĆa a Esthercita Forero, pero volvió a celebrar el 1Āŗ de enero en el Barrio Abajo, cerca al rĆo, donde el ambiente de carnaval ya es casi absoluto. Sólo queda un resquicio para desear que haya vuelto con una maleta ya no cargada de lejanĆa sino con la fórmula para aprovechar esta nueva ola y asĆ darle con tranquilidad la bienvenida a la Barranquilla de 2015.