Skip to content

En Colombia tenemos que civilizar el debate político y eso empieza por la despolitización de la barbarie. Una sociedad que asiste indiferente al asesinato de sus líderes es una sociedad ignominiosa. | EFE

En Colombia la política es invasiva; coloniza todo o casi todo y eso no es bueno. En una sociedad debe haber asuntos que no sean objeto de controversia, ajenos a la política, en los que todos estemos de acuerdo.

En Colombia la política es invasiva; coloniza todo o casi todo y eso no es bueno. En una sociedad debe haber asuntos que no sean objeto de controversia, ajenos a la política, en los que todos estemos de acuerdo.

En Colombia la política es invasiva; coloniza todo o casi todo y eso no es bueno. En una sociedad debe haber asuntos que no sean objeto de controversia, ajenos a la política, en los que todos estemos de acuerdo. La barbarie es uno de esos asuntos. Pero en Colombia no hemos logrado despolitizar la barbarie y una muestra de ello es lo que viene ocurriendo con las masacres y el asesinato de líderes sociales. Es verdad que en este caso nadie defiende esos hechos terribles, o al menos eso creemos, pero sí hay algunos, sobre todo los más radicales, que hacen un uso selectivo del silencio y la denuncia.


Lee también la columna ‘El poder del presidente’ de Mauricio García Villegas


En una investigación publicada esta semana por La Silla Vacía se demuestra cómo la izquierda y la derecha, en términos generales, denuncian cuando están en la oposición y se callan cuando están en el gobierno. La investigación analiza el comportamiento de los 36 influenciadores más relevantes del país, según su simpatía por Iván Duque o por Gustavo Petro. Estos últimos publicaron 248 trinos denunciando las masacres ocurridas en 2020, cuando estaban en la oposición, y solo han publicado 50 durante el gobierno actual y ello a pesar de que el número de masacres se ha mantenido estable. En el caso del asesinato de líderes sociales, los influenciadores petristas denunciaron 506 veces en 2019, pero pasaron a 70 trinos en 2023 y eso a pesar de que la matanza no ha disminuido.

Los que más trinan hoy sobre esta infamia son los uribistas que, cuando estaban en el gobierno, callaban frente a esos mismos hechos. El #NosEstánMatando, que la izquierda hizo visible en años anteriores, ahora es patrocinado por la derecha. Esto dijo esta semana el senador Miguel Uribe: “Nos están matando en toda Colombia (…), solo en el gobierno de Petro 100 líderes asesinados, 15 excombatientes de las FARC y 60 masacres”. La senadora María Fernanda Cabal, a su turno, trinó esto el pasado 11 de mayo: “En abril, cada 48 horas matan a un líder social y cada cuatro días hubo una masacre en Colombia”. Algo similar están haciendo los 13 influenciadores que se oponen al presidente Petro. Incluso la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares (Acore) ha empezado a usar la etiqueta #NosEstánMatando.


Encuentra aquí ‘Normas de papel’, una investigación de Mauricio García Villegas


En Colombia tenemos que civilizar el debate político y eso empieza por la despolitización de la barbarie. Una sociedad que asiste indiferente al asesinato de sus líderes es una sociedad ignominiosa. Pero no quiero moralizar el asunto porque no solo hay insensibilidad por parte de la sociedad y de los políticos. También hay mucho de incapacidad del Estado para controlar los territorios; un Estado que durante décadas ha permitido el enseñoramiento de todo tipo de mafias, guerrillas y bandoleros en la periferia. Los políticos deberían ser conscientes de esa incapacidad y, en lugar de utilizar el silencio y la denuncia de manera estratégica cuando ocurre la barbarie, tendrían que denunciarla siempre, como corresponde. No solo por razones morales, sino por coherencia política: ellos saben, porque han estado en el gobierno y en la oposición, lo difícil que es gobernar este país y deberían saber que echarle la culpa siempre al gobierno de turno es, por decir lo menos, un oportunismo amañado.

Por ahora termino con lo que muchas veces he dicho en esta columna: la democracia colombiana solo se consolidará bajo, por lo menos, estas dos condiciones: 1) cuando se construya un Estado operante y legítimo en las regiones y 2) cuando se consolide una cultura de la despolitización de la barbarie en la que se denuncien siempre los hechos inicuos, sin importar si se está o no en la oposición.

Powered by swapps
Scroll To Top