El liderazgo en la República del Caribe
Irina Junieles diciembre 2, 2017
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Casa Grande Caribe, la iniciativa donde confluyen academia, entidades privadas, y otros actores de la sociedad civil, que toma su nombre de la novela “La casa grande”, de Cepeda Samudio, permitió que casi 500 personas nos encontráramos en Santa Marta para cerrar un ciclo de discusiones previas realizadas en cada uno de los ocho departamentos. Como resultado de ese encuentro firmamos un compromiso para promover el avance regional en cinco áreas: educación, nutrición, salud, saneamiento básico, y financiamiento y calidad del gasto.
Casa Grande Caribe, la iniciativa donde confluyen academia, entidades privadas, y otros actores de la sociedad civil, que toma su nombre de la novela “La casa grande”, de Cepeda Samudio, permitió que casi 500 personas nos encontráramos en Santa Marta para cerrar un ciclo de discusiones previas realizadas en cada uno de los ocho departamentos. Como resultado de ese encuentro firmamos un compromiso para promover el avance regional en cinco áreas: educación, nutrición, salud, saneamiento básico, y financiamiento y calidad del gasto.
República del Caribe fue el título que Álvaro Cepeda Samudio le dio a una columna escrita en 1969 en la que empezaba aclarando que no se trataba de afanes separatistas sino de mostrar el evidente, cotidiano e innegable aislamiento de esta región respecto del resto del país. En el texto, publicado en El Diario del Caribe, se quejaba de los malos servicios públicos a pesar del aporte que se hacia en impuestos.
Durante los 48 años que han pasado de esa columna, los problemas de comunicación en algunos lugares se fueron resolviendo no por la vía de la garantía estatal sino por los adelantos tecnológicos y la ampliación del mercado de las empresas privadas de comunicaciones. Sin embargo, el Caribe sigue siendo esa república que no alcanza el ritmo de desarrollo del centro del país, entendido como condiciones de vida digna para su gente.
En esta semana, Casa Grande Caribe, la iniciativa donde confluyen academia, entidades privadas, y otros actores de la sociedad civil, que toma su nombre de la novela “La casa grande”, de Cepeda Samudio, permitió que casi 500 personas nos encontráramos en Santa Marta para cerrar un ciclo de discusiones previas realizadas en cada uno de los ocho departamentos. Como resultado de ese encuentro firmamos un compromiso para promover el avance regional en cinco áreas: educación, nutrición, salud, saneamiento básico, y financiamiento y calidad del gasto.
Los documentos técnicos que abordan esos temas plantean acciones puntuales, datos concretos sobre las inversiones que se requieren, así como las fuentes de financiación a las que podría acudirse. Buena parte de la tarea está hecha, ahora se requiere el compromiso y la voluntad política de los gobernantes de la región.
Adolfo Meisel, uno de los gestores de Casa Grande, planteó que un problema por superar es la profunda crisis de liderazgo político que vive el Caribe y su baja incidencia en las decisiones nacionales, a pesar del peso que tiene su economía, el tamaño de su población y su capacidad de decidir en contiendas electorales. Propone convertir el poder político en factor para superar la pobreza, para lo cual la primera tarea es elegir buenos dirigentes.
Al análisis y propuesta de Meisel, debemos sumarle la necesidad de encontrar puntos que articulen las numerosas acciones de liderazgo transformador que ocurren desde la base de la sociedad civil (algunas con alto grado de madurez en lo local), fortaleciendo su tejido en redes para potenciar el impacto. Casa Grande Caribe podría ser también escenario propicio para construir rutas colaborativas ciudadanas que exijan más a los gobernantes electos y jalonen juntas políticas nacionales para superar el rezago de esta República del Caribe a la que se refería Cepeda.