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Lucha contra el narcotráfico

La aspersión aérea de glifosato no tiene en consideración que golpear los cultivos afecta poco o nada las finanzas de las organizaciones criminales. | Policía de Colombia, EFE

Siguiendo el ejemplo del queso, y al igual que las erradicaciones forzadas, la aspersión aérea no tendrá un impacto sustancial en las finanzas de las organizaciones criminales.

Siguiendo el ejemplo del queso, y al igual que las erradicaciones forzadas, la aspersión aérea no tendrá un impacto sustancial en las finanzas de las organizaciones criminales.

El presidente Iván Duque y el Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, han señalado al narcotráfico como el causante de las recientes masacres cometidas en el país. Según ellos, este fenómeno es la causa de todos los problemas de nuestro país, causa desempleo, corrupción gubernamental, aumenta todos los delitos y destruye familias. Solo les falta decir que el narcotráfico trajo el Covid-19 a Colombia y que ocasionó la secesión de Panamá.

Para brindar una solución al problema identificado y así, supuestamente, reducir las masacres, proponen retomar las fumigación aérea con glifosato. Afirman que esta es la herramienta más eficaz para golpear las finanzas de las organizaciones criminales y reducir su poder, con lo que eventualmente se reduciría la violencia que ejercen sobre la población civil. Sin embargo, esta propuesta no tiene en consideración que golpear los cultivos afecta poco o nada las finanzas de las organizaciones criminales. Veámoslo ejemplificado.

Supongamos que, por alguna razón, el mundo se une para prohibir el queso. Todos los Estados firman un tratado en el que se comprometen a gastar un sinfín de recursos con el objetivo de lograr un mundo libre de queso. Un Estado inteligente enfocaría todos sus esfuerzos en decomisar la mayor cantidad de queso listo para ser consumido y el dinero producto de su venta, puesto que, en este punto de la operación los productores han pagado la leche a todos los ganaderos, han invertido tiempo y dinero en transformarla, y ante la ausencia del producto terminado o el dinero producto de su venta, no pueden recuperar la inversión ni comprar leche para hacer más queso.

Un Estado torpe dirigiría todos sus esfuerzos a matar a las vacas y para hacerlo de forma más eficiente, propondría rociar veneno en aviones sobre ellas, sin importar los daños que la sustancia pueda ocasionar en el medio ambiente y en las personas que viven en las zonas ganaderas. Dado que es muy difícil matar a todas las vacas de un país, y el gobierno no ofrece ningún incentivo para dejar de criar vacas, los productores de queso comprarían la leche más cara o en otras regiones, mientras que los ganaderos buscarían lugares más recónditos donde las vacas no puedan ser agredidas. Esto llevaría a que haya vacas donde antes no había y por los costos de operación y ante la ausencia de regulación, el precio del queso podría aumentar. En todo caso, así salga más caro producirlo, los productores de queso recuperarían una gran parte de la inversión una vez se venda el producto final.


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Lo mismo acontece con la hoja de coca y la cocaína y desafortunadamente, nuestro gobierno actúa de forma torpe. Según el más reciente informe de la Unodc, las incautaciones de cocaína se redujeron un 35 por ciento en el año 2019 en comparación con el 2018. Se incautaron 102 toneladas menos de cocaína en el año, una cifra que no se presentaba desde el 2014.

Fuente: Elaboración propia con base en la información del Observatorio de Drogas de Colombia, consultada en el informe de Unodc Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2019.

En el Pacífico, donde ocurrieron las masacres de Samaniego, Llanoverde, Ricaurte, Leiva y Algeria, la disminución fue casi del 50 por ciento.

Tomado de: Unodc Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2019.

La disminución en las incautaciones de clorhidrato de cocaína, demostrada con cifras del Observatorio de Drogas de Colombia adscrito al Ministerio de Justicia, y la ausencia de información pública sobre el resultado de las acciones de extinción de dominio sobre los bienes de las organizaciones criminales, deja ver que la política de drogas del actual gobierno no está enfocada en golpear financieramente a las grandes organizaciones criminales, contrario a lo que afirma públicamente el Ministro de Defensa. Se enfoca en el campesino que deriva su subsistencia de los cultivos de uso ilícito, lo que se ve reflejado en la disminución del número de hectáreas sembradas y en el crecimiento de los grupos móviles de erradicación; sin que esto tenga mayor impacto en las finanzas de las organizaciones criminales, a las cuales, por supuesto, no pertenecen los campesinos.

Siguiendo el ejemplo del queso y al igual que las erradicaciones forzadas, la aspersión aérea no tendrá un impacto sustancial en las finanzas de las organizaciones criminales. Por lo tanto, no es un argumento para reducir las masacres, que el gobierno está en la obligación de sancionar y prevenir, aún más teniendo en consideración la existencia de alertas tempranas de parte de la Defensoría del Pueblo en estos municipios.

De interés: Drogas / Gobierno / Iván Duque / glifosato

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