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Además de la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos de los impactos, los Estados deben implementar medidas para mitigar las emisiones de CO2 y para adaptarse al cambio climático.

Además de la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos de los impactos, los Estados deben implementar medidas para mitigar las emisiones de CO2 y para adaptarse al cambio climático.

El cambio climático ya está afectando a las comunidades en todo el mundo. Desde el aumento del nivel del mar en Bangladesh a las sequías en Brasil, los expertos han llamado al cambio climático como el mayor reto para los derechos humanos de nuestro tiempo. Éste, no sólo agravará las desigualdades existentes y pondrá en peligro el derecho al desarrollo, sino que impactará, desproporcionalmente, a las poblaciones más pobres y marginadas. El siguiente gráfico muestra la relación entre violaciones a los derechos humanos e impacto climático:

Gráfico realizado a partir de la presentación de Las Maldivas a la Oficina del Alto Comisionado en septiembre de 2008.

 

Recientemente, las implicaciones del cambio climático sobre los derechos humanos han sido reconocidas internacionalmente. En 2005, el pueblo Inuit presentó una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, argumentando que el cambio climático ha tenido efectos devastadores sobre los derechos de los pueblos indígenas del Ártico. Éste, fue el primero de varios referentes internacionales en materia de derechos humanos y cambio climático. En 2008 y 2014, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU reconoció las implicaciones que los cambios ambientales, derivados del cambio climático, tendrán sobre el goce de los derechos humanos.

El carbón y los derechos humanos

El carbón es uno de los combustibles fósiles más contaminadores y es el responsable de un tercio del total de las emisiones de CO2 en el mundo. La industria del carbón presenta un gran desafío para los derechos humanos ya que, además de ser el principal motor del aumento de las temperaturas, su extracción y transporte conducen a graves violaciones de derechos humanos.

Más de una vez hemos escuchado que “el uso carbón está en declive”. En los últimos años, un número importante de plantas de carbón en el Norte Global – sobre todo en los Estados Unidos, Australia y Europa – han cerrado. En este sentido, la tendencia hacía la desinversión ha incrementado el impulso para desfinanciar la exploración y la quema de carbón. Además, nuevos informes han demostrado que el combustible fósil no es la respuesta a la pobreza energética. Incluso, el Banco Mundial anunció que sólo en “circunstancias excepcionales” financiará las plantas de carbón. Cada vez más líderes han hablado acerca de la importancia de disminuir las emisiones de gases, para así reducir el efecto invernadero que surge a partir de la explotación del carbón. Y sin embargo, la idea de que “el uso carbón está en declive” no es más que una ilusión.

De acuerdo con el informe de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. publicado en 2014, en la última década el consumo mundial de carbón ha aumentado. Considerando la creciente demanda por parte de países en vía de desarrollo y desarrollados, la exploración de carbón continúa en los países del Sur Global. En 2012, el Instituto de Recursos Mundiales identificó que se crearán 1.200 nuevas plantas de carbón en el mundo, aproximadamente el 75% de éstas se encuentra en China e India.

Colombia es un ejemplo de un país que, recientemente, se convirtió en víctima a causa de la exploración de carbón. Lo anterior, se debe a que, a pesar de que Colombia no utiliza la mayor parte del carbón que produce – exporta el 92% a países como Holanda y los Estados Unidos – su población es altamente vulnerable a los impactos de la quema del carbón y de las violaciones a los derechos humanos producidas por la industria carbonera.

Debido a su contribución al cambio climático y a los altos costos sociales asociados a su producción, la exploración y explotación de carbón se debe enmarcar como una cuestión de derechos humanos. Además, la aplicación de una perspectiva de derechos humanos a los impactos del cambio climático, permite un enfoque más integral. En este sentido, Mary Robinson afirma: “Un enfoque de derechos puede informar y fortalecer nuestra respuesta y maximizar la eficacia de nuestras acciones locales, nacionales e internacionales en materia climática».

¿Quién es responsable?

Los expertos argumentan que los deberes existentes, en el marco de los derechos humanos, deben extenderse al cambio climático, teniendo en cuenta que los impactos ambientales se constituyen como violaciones a los derechos humanos. John Knox , Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos y el medio ambiente, afirma: “The protection of human rights and a healthy environment are mutually reinforcing.” [«La protección de los derechos humanos y un medio ambiente saludable se refuerzan mutuamente.»]

Además de la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos de los impactos, descritos al inicio del Blog, los Estados deben implementar medidas para mitigar las emisiones de CO2  y para adaptarse al cambio climático. Vale la pena mencionar, que cualquier medida que se implemente para reducir dichas emisiones (Ej, detener la extracción de carbón y la construcción de plantas hidroeléctricas) no deberá contribuir con la violación a los derechos humanos. En este sentido, la coherencia entre los distintos regímenes internacionales es crucial.

Siempre y cuando el statu quo no cambié la extracción, el transporte, la exportación, y la quema de carbón continuarán generando graves violaciones a los derechos humanos. Lo anterior, no sólo afectará a las comunidades que viven cerca de los sitios de extracción o transporte de carbón, sino a aquellos que son vulnerables a los efectos devastadores de la quema de combustibles fósiles.

Se espera que, para finales del presente año, los líderes mundiales acuerden un tratado que permita mantener la temperatura global promedio por debajo de 2 ° C. Un grupo de trabajo de derechos humanos y cambio climático ha instado a los Estados Partes en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a incluir obligaciones en derechos humanos en dicho acuerdo. Lo anterior, (1) fortalecería nuestra respuesta actual; (2) promovería coherencia entre los distintos regímenes internacionales; y (3) garantizaría la protección de los derechos humanos frente a la producción y quema de carbón.

Para más información acerca de los efectos del cambio climático y el pleno goce de los derechos humanos haga clic aquí.

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