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Si quiere realizar el “sueño americano” y llegar a ser muy rico gracias sólo a su talento y esfuerzo tiene que irse a Dinamarca o a Suecia, pero no a Estados Unidos. Esa es la conclusión que surge de los influyentes trabajos del economista canadiense Miles Corak sobre igualdad y movilidad social.

Si quiere realizar el “sueño americano” y llegar a ser muy rico gracias sólo a su talento y esfuerzo tiene que irse a Dinamarca o a Suecia, pero no a Estados Unidos. Esa es la conclusión que surge de los influyentes trabajos del economista canadiense Miles Corak sobre igualdad y movilidad social.

La igualdad económica hace referencia a la distribución de la renta y la riqueza entre los distintos estratos de una sociedad. Es pues una igualdad de resultados y una de las medidas más usuales para calcularla es el coeficiente de Gini, que varía entre 0 (igualdad absoluta) y 1 (desigualdad máxima). Un Gini de 0,25 es propio de un país igualitario, como Suecia, mientras que en Colombia, país muy desigual, es de 0,56.

La movilidad social hace referencia a la igualdad de oportunidades, pues mide qué tanto la suerte social de las personas está determinada por sus condiciones de nacimiento o qué tanto depende de su esfuerzo y talento. Hay poca movilidad social si es pequeña la probabilidad de que una persona nacida en un estrato bajo pueda llegar debido a sus esfuerzos a un estrato alto, y viceversa. Una medida usual de movilidad es el coeficiente de elasticidad intergeneracional del ingreso, que busca medir qué porcentaje del ingreso de una persona depende del de sus padres. Este coeficiente varía también entre 0 y 1. Si es de 0,15, como en Dinamarca, significa que sólo el 15% del ingreso de una persona depende del hogar en donde nació.

Algunos economistas han justificado la desigualdad creciente en países como Estados Unidos, con el argumento de que no es grave, pues no afectaría la igualdad de oportunidades, que es la importante. Que en Estados Unidos la desigualdad puede haber aumentado, pero que cualquiera puede llegar a ser rico, pues es un país con mayor movilidad social que la vieja Europa. Los trabajos de Corak destruyen esa tesis, pues muestran que a mayor coeficiente de Gini mayor coeficiente de elasticidad intergeneracional del ingreso, lo cual significa que los países más desiguales, como Estados Unidos, tienen menor movilidad social, que los países más igualitarios como Dinamarca o Suecia.

O por decirlo de otra forma, que es un mito que haya igualdad de oportunidades y movilidad social cuando la desigualdad económica se torna muy aguda. No puede haber igualdad de oportunidades sin una cierta igualdad de resultados y por ello el sueño americano es hoy … escandinavo.

Estas investigaciones de Corak son pertinentes no sólo para Dinamarca, sino también para Cundinamarca, como lo confirma la reciente publicación de los trabajos de la Misión de Equidad y Movilidad Social, coordinada por Armando Montenegro y Marcela Meléndez. Estos importantes textos reiteran que Colombia es muy desigual, lo cual se sabía; pero demuestran además que la movilidad social en el país es bajísima.

Todos estos trabajos, de recomendable lectura, confirman que debemos esforzarnos por reducir nuestra intolerable desigualdad, lo cual contribuiría además a una paz más duradera.

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