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¿Es correcto atribuir la caída de las ventas de los tenderos a esta medida que apenas inició en noviembre de 2023? | EFE

¿Por qué los estudios que analizan la caída de las ventas y la atribuyen al impuesto saludable no analizan el hecho de que las frutas frescas, alimentos naturales, fueron las que más aportaron a la inflación del último mes y que los hogares están dejando de comprarlas?

¿Por qué los estudios que analizan la caída de las ventas y la atribuyen al impuesto saludable no analizan el hecho de que las frutas frescas, alimentos naturales, fueron las que más aportaron a la inflación del último mes y que los hogares están dejando de comprarlas?

Un reciente estudio muestra que el consumo de productos comestibles y bebibles ultraprocesados (PCBU) cayó un 5% respecto al 2021, según sus autores, a causa del impuesto saludable. Sin embargo, ¿es correcto atribuir la caída de las ventas de los tenderos a esta medida que apenas inició en noviembre de 2023?

La tendencia de la inflación en el último año viene en descenso, bajando de 11,45% en marzo de 2023 a 7,7% en el mismo mes del 2024. Sin embargo, aún estamos lejos de la meta del 3% del Banco de la República. Mientras llegamos a esta cifra, algunos medios discuten si con esta alta inflación en la que estamos, el impuesto saludable si es “saludable” para la economía.

En primer lugar, los precios se dispararon desde el 2021, es decir, mucho antes de la implementación del impuesto, por lo que venimos de una fuerte tendencia inflacionaria que poco a poco ha obligado a los hogares a apretarse el cinturón. De igual forma, la subida de tasas de interés también ha afectado las ventas.

Por esto, de acuerdo con la amplia evidencia que se ha recogido en otros países, es importante entender los elementos de cómo se debe hacer el seguimiento del impuesto:

  1. Monitoreo de precios: se debe monitorear si los precios de las bebidas azucaradas aumentan en la misma proporción que el impuesto. Este seguimiento puede ayudar a entender si los fabricantes están absorbiendo parte del impuesto o si lo están trasladando completamente a los consumidores.
  2. Evaluación del consumo: Se debe evaluar si el consumo de bebidas azucaradas disminuye después de la implementación del impuesto. Esto puede implicar encuestas a los consumidores o el análisis de datos de ventas.
  3. Estudio de sustitución de productos: Es importante investigar si los consumidores están sustituyendo las bebidas azucaradas por otras bebidas o alimentos.
  4. Impacto en la salud pública: A mediano y largo plazo, esto puede incluir la evaluación de cambios en las tasas de obesidad, diabetes y otras enfermedades relacionadas con el consumo de nutrientes críticos.
  5. Revisión de la política fiscal: Con base en estos estudios, si el impuesto no está teniendo el efecto deseado, podría ser necesario aumentarlo.

En este sentido, los pronunciamientos recientes solo tienen en cuenta, parcialmente, el segundo elemento (datos de ventas) y el tercero (sustitución de productos). Pero, ¿por qué estos estudios no analizan el hecho de que las frutas frescas, alimentos naturales, fueron las que más aportaron a la inflación del último mes y que los hogares están dejando de comprarlas?

Por eso el gobierno debe hacerle seguimiento basado en evidencia, incluyendo en sus análisis a los alimentos reales. De lo contrario, vamos a seguir enfrentándonos a criterios sesgados que buscan equiparar los productos ultraprocesados con alimentos que sí son esenciales para la dieta. A pocos meses de la implementación del impuesto saludable aún es muy pronto para hablar sobre el impacto del impuesto. Como mínimo, según la evidencia, se necesita de al menos un año para sacar las primeras conclusiones.


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