La censura de la comida chatarra
César Rodríguez Garavito Junio 7, 2018
CRG_Columna_Bebidas-azucaradas |
La verdadera razón de la censura es que los productores de comida chatarra presionan a algunos medios para que no publiquen los anuncios, recordándoles que pueden perder su lucrativa pauta publicitaria.
La verdadera razón de la censura es que los productores de comida chatarra presionan a algunos medios para que no publiquen los anuncios, recordándoles que pueden perder su lucrativa pauta publicitaria.
Me perdonarán que vuelva al debate sobre las bebidas azucaradas y la comida chatarra en general. Pero un fallo de tutela de esta semana recuerda que no es un asunto menor, sino una cuestión de libertades básicas y derechos humanos.
La tutela fue interpuesta por Red PaPaz, la organización de padres de familia que viene promoviendo una popular campaña educativa sobre la publicidad que la industria de alimentos ultraprocesados dirige a los niños y niñas por los medios de comunicación. “No comas más mentiras” es el eslogan de la campaña, una invitación a los padres e hijos a informarse sobre el contenido real y los efectos sobre la salud de las papas fritas, galletas, gaseosas y demás comestibles chatarra. Contenido y efectos que suelen ser distorsionados por los anuncios publicitarios de la industria, como los que dicen que los jugos azucarados son “de fruta” o que la comida ultraprocesada es una fuente de saludables nutrientes.
Un caso previo, que comenté en este espacio, había mostrado cómo la industria y algunos medios censuran los anuncios de este tipo. El año pasado, la Corte Suprema y la Corte Constitucional tuvieron que intervenir para que pudiera circular un video informativo de la ONG Educar Consumidores, que advertía sobre la cantidad de azúcar que hay en las bebidas endulzadas. El video había sido censurado irregularmente por la Superintendencia de Industria y Comercio, por petición de Postobón.
En un fallo que fue reconocido por la Universidad de Columbia por su importancia mundial para la libertad de expresión (T-543 de 2017), la Corte Constitucional garantizó el derecho que tenemos los consumidores a informarnos sobre los productos que nos ofrecen, y el derecho de las organizaciones a difundir esa información.
A pesar del antecedente, los canales de televisión RCN y Caracol se negaron a transmitir el anuncio de Red PaPaz. Como lo hizo la Superintendencia en el caso anterior, le exigieron a esta organización respaldar científicamente el uso de la expresión “comida chatarra”. Con ese mismo argumento, los canales y los medios tendrían que pedirles a las empresas sustentar las afirmaciones que hacen en sus anuncios para vender gaseosas y otros ultraprocesados.
Fue preciso que un juez repitiera lo que ya había dicho la Corte y ordenara que los canales difundan el anuncio, por cuyos contenidos ofreció responder la Red PaPaz y cuyos costos estaba dispuesta a cubrir. Lo que sugiere que la verdadera razón de la censura es que los productores de comida chatarra presionan a algunos medios para que no publiquen los anuncios, recordándoles que pueden perder su lucrativa pauta publicitaria.
El cabildeo de la industria ayuda a explicar también las dificultades que ha encontrado el proyecto de ley que cursa en el Congreso y que busca que los paquetes de alimentos chatarra tengan etiquetas que muestren claramente su contenido como se hace en Chile. Por eso el proyecto, a pesar de haber estado 17 veces en la agenda del Congreso, se ha discutido solo en cuatro ocasiones, y en todas se ha deshecho el quórum a última hora, como sucedió hace poco porque la bancada del Centro Democrático se levantó para evitar la votación.
Habrá que ver el video de Red PaPaz por los canales de televisión, ahora que el juez les ordenó transmitirlo. Y saber que, por lo que indica el panorama político, el debate por la libertad de expresión y los derechos de los consumidores va para largo.