La fuerza de la sociedad civil a través de 32 ejemplos de solidaridad
Nina Chaparro Mayo 14, 2024
La sociedad civil es un tejido que está vivo en todos los rincones del mundo y Colombia no es una excepción. Este libro es un homenaje a estas personas y organizaciones que le aportan tanto a la defensa de nuestra democracia. | Archivo Tejido Vivo
En nuestra nueva publicación, “Tejido vivo», contamos las historias de 32 organizaciones que desde distintos lugares de Colombia han creado formas de defender la democracia, sus derechos, y de resistir a la discriminación, la guerra y la violencia.
En nuestra nueva publicación, “Tejido vivo», contamos las historias de 32 organizaciones que desde distintos lugares de Colombia han creado formas de defender la democracia, sus derechos, y de resistir a la discriminación, la guerra y la violencia.
La sociedad civil se mueve en todo el mundo. En Argentina, miles de estudiantes marchan en contra de la desfinanciación de la educación pública. En Venezuela, distintas organizaciones piden a la comunidad internacional hacer presencia en las próximas elecciones presidenciales. En Colombia, un grupo de pescadores raizales de Providencia hace poco impidió la construcción de una base militar para evitar un daño ecológico. Y en Estados Unidos, un gran número de estudiantes universitarios se une al clamor mundial contra del genocidio del pueblo palestino.
¿Pero qué es la sociedad civil? Aunque es un concepto difícil de definir, uno podría afirmar que es el ciudadano de a pie que de forma voluntaria se asocia con otros para debatir problemas que tienen en común. La sociedad civil es conocida también como “el tercer sector”, pues generalmente es independiente tanto del Gobierno de turno como del sector empresarial con ánimo de lucro. A veces se organizan en ONGs, medios periodísticos, organizaciones de base comunitaria, centros de estudios, organizaciones de derechos humanos u organizaciones religiosas, entre otros.
La importancia de este tercer sector es además esencial en una democracia. Si bien las democracias necesitan Estados estables y economías justas, también es indispensable que las personas puedan reunirse de forma libre, debatir y formar opiniones que puedan incidir en sus vidas. Un ejemplo claro fue cuando en 2017 el pueblo de Cajamarca en el Tolima se apartó de la presión del Gobierno y de los intereses económicos de la empresa minera Anglo Gold Ashanti, y en una consulta popular el 98% le dijo NO a la explotación de minería a cielo abierto con cianuro que acabaría con sus montañas. En esta lucha de David contra Goliat solo una sociedad civil independiente podía defender su territorio del poder político y privado que lo amenazaban.
En nuestro país y en otros territorios la sociedad civil ha sido callada y azotada por la violencia. Entrar a la página de Indepaz, que cuenta con un registro actualizado de líderes y lideresas asesinados en Colombia, da un dolor profundo. Pues más allá de las cifras, que son absurdamente altas, cada vez que matan a un líder social, tal como lo dijo Yolanda Ruíz en una bella columna, se están llevando lo mejor de nuestra sociedad.
El pasado martes 30 de abril desde Dejusticia lanzamos en la Feria del Libro de Bogotá el libro Tejido Vivo, que les hace un reconocimiento a estas organizaciones. De la mano de periodistas aliados e investigadoras de Dejusticia, quienes también hacemos parte de la sociedad civil, contamos las historias de 32 organizaciones, en su mayoría rurales y de base comunitaria, que desde distintos lugares del territorio colombiano han creado formas de defender sus derechos y de resistir a la discriminación, la guerra y la violencia.
Son historias que van desde la iniciativa de campesinos para proteger sus tierras o ser contados en el censo nacional, organizaciones que trabajan de forma incansable en la construcción de paz, mujeres que le apuestan a la soberanía alimentaria y la protección del medio ambiente, comunidades afro e indígenas que defienden sus tradiciones y el derecho a habitar en sus territorios ancestrales, medios de comunicación alternativos que dan vida a otras voces, hasta la valentía de unas madres para defender y proteger los derechos de sus hijos LGBT o con discapacidad.
La sociedad civil es un tejido que está vivo en todos los rincones del mundo y Colombia no es una excepción. Este libro es un homenaje a estas personas y organizaciones que le aportan tanto a la defensa de nuestra democracia.