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IrJu_Columna_Concejo

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Hace 30 años, el 13 de marzo de 1988, acudimos a la primera elección popular de alcaldes en Colombia. De esa época hasta hoy Cartagena nunca había padecido una situación tan crítica. Esa mala hora del Concejo y de la Alcaldía que tanto golpea en la vida diaria, puede ser la oportunidad para cambios de fondo.

Hace 30 años, el 13 de marzo de 1988, acudimos a la primera elección popular de alcaldes en Colombia. De esa época hasta hoy Cartagena nunca había padecido una situación tan crítica. Esa mala hora del Concejo y de la Alcaldía que tanto golpea en la vida diaria, puede ser la oportunidad para cambios de fondo.

Desde hace una semana el Concejo de Cartagena tiene solo 8 de sus 19 miembros, luego que una juez dictara medida de aseguramiento contra 9 de ellos. Otros 2 ya estaban fuera del cargo por cuenta del mismo proceso: la elección presuntamente ilegal de la Contralora.

Por otra parte, el próximo 6 de mayo -si la Registraduría no sigue aplazando los comicios- tendrá que elegirse nuevo alcalde, y si la situación no cambia, esos 8 concejales harán control político y aprobarán acuerdos fundamentales para la ciudad, como el que adoptará el nuevo plan de desarrollo. Esta situación deja a Cartagena en una deriva mayor de la que ya traía.

Entre los candidatos a la Alcaldía no se ven caras nuevas, y lo que es peor, tampoco se asoman procesos ciudadanos fuertes y renovadores que canalicen expresiones de indignación ciudadana como las que protagonizaron hace unos días jóvenes que borraron la publicidad política al Congreso en sitios públicos. Algunos sectores gremiales y cívicos, mediante cartas públicas, ya tomaron partido por una u otra de las candidaturas más opcionadas, sin arriesgarse a estimular nuevos escenarios ciudadanos.

Esa mala hora del Concejo y de la Alcaldía que tanto golpea en la vida diaria, puede ser la oportunidad para cambios de fondo. El desprestigio del Concejo, expresado también en las encuestas, tiene que conducir a su renovación absoluta en el próximo periodo (2019-2022). Así mismo urge transformar los escenarios políticos locales, tanto dentro de los partidos políticos, como desde los movimientos ciudadanos organizados de mujeres, jóvenes, afros, o gestores culturales, que trabajan con éxito en escenarios barriales, y que ahora deben hacer causa común para apostarle a cambiar toda la ciudad.

Hace 30 años, el 13 de marzo de 1988, acudimos a la primera elección popular de alcaldes en Colombia. De esa época hasta hoy Cartagena nunca había padecido una situación tan crítica. Como respuesta a esa crisis, las próximas candidaturas a la Alcaldía y al Concejo (2019-2022) tienen que surgir de escenarios de confluencia ciudadana organizada.

Mientras tanto a la ciudadanía le corresponde exigir la elección en mayo, votar bien, e informarse y participar de lo público a largo plazo sin esperar milagros, porque Cartagena requiere de varios periodos sucesivos de buena administración para comenzar a ver algunos cambios. Hay que empezar, y ya. Esta puede ser una oportunidad que no se repita.

Nota: Desde este espacio, manifiesto mi respaldo al columnista Carlos Díaz Acevedo, quien el pasado 28 de febrero escribió su última columna. Invito a las y los lectores a solidarse por la muerte de los dos jóvenes de 17 y 21 años, denunciada en sus escritos, y a que como ciudadanía exijamos respuesta de las autoridades a la familia y al barrio Santa Rita.

De interés: Cartagena / Corrupción

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