La siniestralidad vial: una tragedia silenciosa
Rodrigo Uprimny Yepes Enero 2, 2023
Según el Anuario Nacional de Siniestralidad Vial de 2021 de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), casi la mitad de las 7.238 víctimas fatales de 2021 fueron jóvenes entre 15 y 35 años. | EFE
Abordo este triste tema en épocas navideñas no sólo para expresar mi solidaridad a las familias que perdieron seres queridos en estos accidentes, sino además porque creo que un propósito colectivo del año que empieza debería ser reducir radicalmente esta vergonzosa y trágica siniestralidad vial.
Abordo este triste tema en épocas navideñas no sólo para expresar mi solidaridad a las familias que perdieron seres queridos en estos accidentes, sino además porque creo que un propósito colectivo del año que empieza debería ser reducir radicalmente esta vergonzosa y trágica siniestralidad vial.
Para más de 7.000 familias colombianas esta Navidad fue triste porque alguno de sus miembros murió en un accidente de tránsito.
Esta tragedia de miles de muertes y personas gravemente lesionadas por la inseguridad en las vías no es exclusiva de este año. Desde hace al menos dos décadas en Colombia mueren aproximadamente 7.000 personas al año, unas 19 en promedio cada día, por la siniestralidad vial. Como lo muestra el libro sobre el tema de las colegas de Dejusticia Paula Angarita y Diana Guarnizo, Normas, vehículos y usuarios: un análisis constitucional de siniestralidad y seguridad vehicular en Colombia, disponible en nuestra página web, en 2006, durante el gobierno Uribe, murieron 6.114 personas por accidentes de tránsito; en 2015, durante el gobierno Santos, fueron 7.220 y en 2018, durante el gobierno Duque, 7.085. En 2022 la tendencia se mantuvo: las muertes por accidentes de tránsito rondaron 7.400.
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Esta matazón es particularmente dolorosa pues afecta especialmente a los jóvenes. Según el Anuario Nacional de Siniestralidad Vial de 2021 de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), casi la mitad de las 7.238 víctimas fatales de 2021 fueron jóvenes entre 15 y 35 años. Probablemente pertenecientes a hogares de ingresos medios o bajos. Un estudio de 2017 de José Ignacio Ruiz y Aura Nidia Herrera, investigadores de la Universidad Nacional, concluyó que el 74 % de los heridos en accidentes de tránsito pertenecían a los estratos 1 y 2.
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A diferencia de los homicidios, que hemos logrado reducir significativamente pues pasamos de tasas superiores a 60 por 100.000 habitantes a inicios de este siglo, a tasas cercanas a 25 por 100.000 habitantes en los últimos años, la siniestralidad vial ha persistido, tanto en gobiernos de derecha, como los de Uribe o Duque, de centro, como los de Santos, o de izquierda, como el de Petro. Es más, la tendencia es a un cierto agravamiento pues, según los datos de la ANSV, hemos pasado de tasas de mortalidad vial de 12 por 100.000 habitantes en 2012 a 14 por 100.000 habitantes en 2021.
Esta tragedia ocurre prácticamente en silencio; esas muertes no provocan noticia ni generan escándalos. Pero esta siniestralidad vial debería avergonzarnos no sólo porque el sufrimiento y las pérdidas económicas y sociales son enormes sino además porque estas muertes son evitables o al menos pueden ser considerablemente reducidas. En efecto, estudios comparados, como el de la Organización Mundial de la Salud de 2009 sobre seguridad vial o su informe de recomendaciones “Salve vidas” de 2017, han decantado cuáles son los factores sobre los que hay que actuar para reducir la mortalidad vial: exceso de velocidad, consumo de alcohol al conducir, falta de cultura vial y control por las autoridades, ausencia de instrumentos protectores como cinturón de seguridad o cascos, vías inadecuadas, etc. En Colombia existe además evidencia clara que el descontrol con las motos ha agravado la situación, pues no sólo aproximadamente 60 % de las víctimas fatales son usuarios de moto, según datos de la ANSV, sino que existe, además, una clara correlación entre el aumento de motos y el de víctimas fatales. El número de motos pasó de poco más de cuatro millones en 2011 a más de 10 millones en 2021. El número de fallecidos usuarios de moto pasó de 2.187 a 4.324 en esos años.
Abordo este triste tema en épocas navideñas no sólo para expresar mi solidaridad a las familias que perdieron seres queridos en estos accidentes, sino además porque creo que un propósito colectivo del año que empieza debería ser reducir radicalmente esta vergonzosa y trágica siniestralidad vial. Al menos debería ser un compromiso claro del Gobierno Petro, que ha dicho que quiere hacer de Colombia una potencia mundial de la vida.
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