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Cuando vemos desde los ojos del oprimido vemos que la situación de ocupación de Gaza y Cisjordania es inaceptable.

Cuando vemos desde los ojos del oprimido vemos que la situación de ocupación de Gaza y Cisjordania es inaceptable.

Murió Enrique Dussel. El maestro mexicano-argentino nos dejó una obra prolífica, compleja y brillante que extrañaremos, sobre todo en estos tiempos de turbulencia social. Extrañaremos su agudeza intelectual y poética en asuntos tan diversos como la economía, la política, la sociología, la ética, la estética. Extrañaremos, sobre todo, al padre de la filosofía de la liberación, corriente latinoamericana que enfatiza la necesidad de pensar desde la posición del oprimido. Esto sería, hoy en día, pensar desde la postura del pobre, del género subordinado, del sujeto racializado, de la nación colonizada. 

La fascinación de Dussel con la liberación se manifiesta en su máxima pureza cuando trae a colación el concepto de mesianismo de Walter Benjamin, soberbio filósofo judío. El momento mesiánico, nos dice Dussel, es el momento de liberación misma; se da cuando se pone en cuestión un sistema dado. El ejemplo bíblico es el de Moisés y el del pueblo judío, quienes ante la explotación y maltrato que sufrían, en el esclavista sistema egipcio, se liberan luego de una ardua lucha. Obtienen la tierra prometida de la liberación.   No es de extrañarnos que Dussel use metáforas teológicas, pues el maestro abrazó la idea de que la crítica de la teología es la crítica de la política; la crítica del cielo es la crítica de la tierra. Cuando se critica la opresión que sufrió un pueblo en un texto como la biblia, esa misma critica aplica para las opresiones vivas de ahora. 

De hecho, la misma metáfora teológica de Moisés es retomada por el profesor Edward Said. Said, intelectual palestino del más alto calibre, quien tuvo que huir de su tierra durante la Nakba (la expulsión y limpieza étnica que sufrieron los palestinos en 1947-1948), sugiere que la esclavitud que sufrió el pueblo hebreo a manos del faraón, es la que sufre ahora el pueblo palestino a manos del Estado de Israel. En una lectura que parte de los oprimidos, como lo ordena la filosofía de la liberación, Said nos muestra la paradoja de que un pueblo hermano colonice y excluya a otro. 

Cuando vemos desde los ojos del oprimido vemos que la situación de ocupación de Gaza y Cisjordania es inaceptable. La violencia y dominación abrumadora que sufre el pueblo palestino es inaceptable. La muerte de innumerables seres humanos, la mayoría civiles, con la justificación de una legítima defensa, es inaceptable. La continuidad de la Nakba es inaceptable. 

Pero lamentablemente el pueblo palestino no es el único oprimido en la actualidad; incluso en Israel hay oprimidos. Pobres sigue habiendo por doquier. El machismo perdura y resiste a la resistencia. El racismo muta y se disimula (a veces ni siquiera), pero sigue igual de violento. El sistema dado de hoy en día parece invencible, pero la resistencia y movimientos sociales parecen cambiar a veces el balance de fuerzas. El momento mesiánico de liberación parece más cercano ante la evidencia de que el capitalismo, patriarcal, racista, no ofrece soluciones sino problemas. No puede ofrecerlas, pues es la causa misma de los problemas. 

Partir de la filosofía de la liberación, partir del punto de vista del oprimido, puede ser un punto de partida para analizar los problemas sociales. Ojalá el maestro Dussel haya alcanzado la liberación. Que Dios bendiga su alma.

De interés: dussel / gaza / liberación / palestina

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