Los superricos y los impuestos: Gates, Buffett y Sarmiento
Rodrigo Uprimny Yepes Diciembre 12, 2021
En su reciente entrevista con Vicky Dávila, sin que mediara pregunta alguna, Luis Carlos Sarmiento se fue lanza en ristre contra quienes buscamos mayor igualdad en Colombia, con el argumento de que todos somos distintos y que no es posible que todos tengan la misma plata. Una objeción realmente banal. | Ricardo Maldonado, EFE
Las visiones contrastadas sobre igualdad e impuestos de estos billonarios son impactantes. Y lo son aún más si tenemos en cuenta que Estados Unidos sigue siendo mucho más igualitario que Colombia.
Las visiones contrastadas sobre igualdad e impuestos de estos billonarios son impactantes. Y lo son aún más si tenemos en cuenta que Estados Unidos sigue siendo mucho más igualitario que Colombia.
Warren Buffet y Bill Gates, dos de los hombres más ricos del mundo, han aceptado en varias ocasiones que los más ricos no pagan suficientes impuestos en Estados Unidos en comparación con el resto de la población y que eso no sólo alimenta una desigualdad excesiva, que corroe y amenaza la democracia, sino que además desfinancia programas públicos esenciales, como la educación y la salud. Por eso consideran que (son palabras literales de Buffett) el Estado debe dejar de consentir a los superricos y debe ponerlos a pagar más impuestos.
Varios otros billonarios de Estados Unidos (no todos) están de acuerdo con Gates y Buffett. Estos billonarios no son ángeles; tampoco son socialistas ni quieren acabar el capitalismo, pero han visto los efectos corrosivos de la desigualdad en ese país, que alimenta peligrosos populismos como los de Trump. Comprenden que una tributación progresiva, en la que los más ricos paguen tarifas efectivas más altas, no sólo es necesaria para reducir esa desigualdad corrosiva sino que, además, si está bien diseñada, en vez de afectar el desarrollo económico, lo robustece.
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La opinión de Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más rico de Colombia, es distinta. En su reciente entrevista con Vicky Dávila, sin que mediara pregunta alguna, Sarmiento se fue lanza en ristre contra quienes buscamos mayor igualdad en Colombia, con el argumento de que todos somos distintos y que no es posible que todos tengan la misma plata. Esa objeción es realmente banal, pues quienes consideramos que la desigualdad en Colombia es un problema grave y debe ser combatida no desconocemos las diferencias entre las personas, ni propugnamos porque todos tengan el mismo ingreso. Simplemente buscamos reducir nuestras desigualdades, que son extremas.
De otro lado, contrariamente a Buffett y a Gates, Sarmiento Angulo se opuso a aumentos de impuestos porque considera que eso desestimularía la actividad empresarial y terminaría matando a la gallina de los huevos de oro. Imagino que se refería a sus empresas.
Las visiones contrastadas sobre igualdad e impuestos de estos billonarios son impactantes. Y lo son aún más si tenemos en cuenta que Estados Unidos sigue siendo mucho más igualitario que Colombia. El coeficiente de Gini, que varía entre 0 (perfecta igualdad) y 1 (total desigualdad), es en Estados Unidos 0,43, mientras que en Colombia rondaba 0,54 en diciembre de 2020, una diferencia fuerte. Además, los superricos de Colombia no pagan muchos impuestos. En efecto, la Comisión Internacional de Expertos en Beneficios Tributarios, creada por Duque, confirmó el hallazgo de los estudios criollos de Garay y Espitia en su excelente libro Desigualdad y reforma estructural tributaria en Colombia, a saber: aunque la tarifa nominal de las personas más ricas es progresiva, su tarifa efectiva (esto es, lo que efectivamente pagan) deja de serlo, debido a los enormes beneficios tributarios que tienen. El resultado: en Colombia los superricos (esto es, el 1 % más rico) pagan tarifas efectivas propias de la clase media. Esto en parte explica que nuestro sistema tributario no tenga capacidad redistributiva. Mientras que en Estados Unidos (e incluso en la mayor parte de los países latinoamericanos) la desigualdad disminuye sensiblemente después de impuestos y transferencias, eso no sucede en Colombia.
Por todo eso, creo que Sarmiento Angulo se equivoca en su visión de los impuestos y la igualdad y, con todos sus defectos, me quedo con Buffett cuando ya hace diez años decía: “Yo y mis amigos ya hemos sido consentidos demasiado por un Congreso muy amistoso con los billonarios. Es tiempo de que el gobierno se ponga serio”.