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Montes de María

Urge que el enfoque territorial tenga más fuerza en las nuevas iniciativas de paz, no solo en el discurso, también en las acciones. | Ricardo Maldonado, EFE

Montes de María siempre le ha apostado a la pacificación del territorio y requiere estar priorizada en los planes de paz del gobierno.

Montes de María siempre le ha apostado a la pacificación del territorio y requiere estar priorizada en los planes de paz del gobierno.

Esta columna fue publicada en RCN Radio Cartagena. Puede escucharla a continuación:


Esta semana la Defensoría del Pueblo emitió la Alerta Temprana Estructural 033 del 2022 correspondiente a la subregión de los Montes de María, donde advierte sobre la consolidación y expansión que viene haciendo el Clan del Golfo en este territorio sin que el Estado tome medidas que detengan este escalamiento y protejan a la población civil. En contraste, en este mismo lugar, a contracorriente, sus pobladores siguen persistiendo en la búsqueda de la paz y la reconciliación del territorio, pues el 1 y 2 de diciembre se realizó el V Festival de la Reconciliación en Zambrano, Bolívar; municipio que hace parte de esta alerta.

La Defensoría una vez más señala al Estado colombiano que el Clan del Golfo estaría usurpando funciones de éste, especialmente en materia de gobernanza territorial, a través de la toma de decisiones sobre la apertura, el cierre o el mantenimiento de las vías; financia proyectos locales; y tiene injerencia en la resolución de los conflictos comunitarios, lo que evidentemente acrecenta el control y la regulación del grupo armado sobre la vida social, económica y política de esta subregión.

La situación se agrava porque además de las economías ilegales relacionadas con el tráfico de drogas, armas, extorsión y préstamos al paga diario (gota a gota), se le suma el regreso del contrabando de medicinas, licores y cigarrillos. En lo que tiene que ver con el tráfico de madera, se dan el lujo de tercerizarlo, ya que no realizan directamente el cobro de las ganancias. Esto da cuenta de que este grupo no solo se mueve sin control, sino que su ascenso viene dándose en múltiples niveles a la vista de todas las autoridades; incluido el gobierno del cambio.

A 6 años del Acuerdo de Paz, lejos de pacificar al territorio, lo que ha habido es un traslape de actores armados que no conocemos a profundidad, porque tampoco desde el Estado ha habido una caracterización que defina su estructura, modus operandi y patrones de macrocriminalidad. La región cada vez más está sometida a un drama prácticamente en solitario, pues más allá de la sanción de la ley de Paz Total y los diálogos con el ELN —que sin duda son importantes—, el gobierno hasta ahora no ha trazado una estrategia inmediata que contrarreste este arraigo violento, ni ha presentado una propuesta conceptual y metodológica estructurada sobre cómo será el sometimiento del Clan del Golfo, especialmente en esta región.

Mientras tanto, las comunidades desde sus esfuerzos autónomos jalonan a la institucionalidad de la paz para que se implemente el Acuerdo y se profundice en investigaciones rigurosas que den cuenta de quiénes son los máximos responsables de los daños padecidos en el conflicto armado en la región.

El Espacio Regional de Construcción de Paz organizó el Festival de la Reconciliación de los Montes de María, e invitó a los despachos de la Jurisdicción Especial para la Paz que tienen a su cargo las medidas cautelares otorgadas a las comunidades del Canal del Dique, así como el caso 08 que investigará las relaciones criminales entre miembros del Estado, terceros civiles y paramilitares que se asociaron para cometer violaciones a los derechos humanos en la región. También participó la excomisionada de la Comisión de la Verdad, Martha Ruíz. Las representantes del Sistema Integral dejaron mensajes contundentes sobre la justicia restaurativa, su enfoque en la centralidad de las víctimas, el reconocimiento, las garantías de no repetición, la reconciliación, y la necesidad de institucionalizar la paz.

Montes de María siempre le ha apostado a la pacificación del territorio y requiere estar priorizada en los planes de paz del gobierno. Urge que el enfoque territorial tenga más fuerza en las nuevas iniciativas de paz, no solo en el discurso, también en las acciones.


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