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Comedia

Muchas veces se ha acusado al humor de estar muy cerca del matoneo. La sátira, los estereotipos, las burlas a quienes son “diferentes” logran la carcajada en los grupos dominantes. |

Hannah enfoca sus rutinas de comedia alrededor de su orientación sexual. Nos confiesa que su experiencia como lesbiana la transformó en momentos de hilaridad compartida con el público, pero que en realidad vienen acompañados de sentimientos profundos de rabia, frustración y dolor.

Hannah enfoca sus rutinas de comedia alrededor de su orientación sexual. Nos confiesa que su experiencia como lesbiana la transformó en momentos de hilaridad compartida con el público, pero que en realidad vienen acompañados de sentimientos profundos de rabia, frustración y dolor.

 “And that is what happens when you soak one child in shame and give permission to another to hate.”

 

Me gusta mucho el stand-up comedy y hace un par de días tuve la fortuna de encontrarme con Hannah Gadsby y su show “Nanette”, una comediante que para el final de su monólogo decide renunciar a la comedia. Decide renunciar porque a través de su trayectoria como comediante cae en cuenta de que la verdadera conexión con las personas surge a través de las historias y no del chiste. (Mi recomendación, más que leer mi blog, es que lo vean primero en Netflix.)

Me impactó mucho su mensaje, y su forma muy innovadora y reflexiva de pensar la comedia, incluso en Rolling Stone afirman que este monólogo es un “…gamechanger, It will likely go down as one of the greatest stand-up sets of our time”.

Quiero traer a este blog, advirtiendo que está lleno de “spoilers”, algunas de sus reflexiones.

La rutina empieza con una clase “magistral” sobre la estructura de un chiste. Hay dos partes esenciales: el “set-up” y el “punchline”. El set-up es la preparación, el contexto, la creación de tensión, según la fórmula de Gadsby, y el “punchline” es un resultado inesperado que libera esa tensión y causa la risa. Sin embargo, un chiste no es una historia completa. Casi siempre ocurren muchas cosas después de la carcajada, que siendo muy importantes, a lo mejor no son tan divertidas.

I feel like, in a comedy show, there’s no room for the best part of the story, which is the ending. You know, in order to finish on a laugh, you have to end with punchlines. Like, take my coming-out story, for example. The best part of that story is the fact that Mom and I have a wonderful relationship now.

Hannah enfoca sus rutinas de comedia alrededor de su orientación sexual y en “Nanette” nos cuenta que a lo largo de su carrera los chistes se han inspirado en su propia vida. Nos confiesa que su experiencia como lesbiana la transformó en momentos de hilaridad compartida con el público, pero que en realidad vienen acompañados de sentimientos profundos de rabia, frustración y dolor.

I do think I need to quit comedy though. (…) I built a career out of self-deprecating humor. And… I don’t want to do that anymore.

En cada momento de creciente tensión, Gadsby le da a su audiencia una vía de escape a través de su “punchline”. La tensión y el desahogo se suceden frase tras frase, hasta que de repente el tono cambia. Grandes silencios aprobatorios que se sienten de repente en el teatro. El público no se atreve a hacer ningún ruido y Gadsby, magistralmente, deja que la sala calle por una fracción de segundo para continuar con una frase aún más intensa que la anterior.

A manera de ejemplo, se refiere a una historia que suele contar en su monólogo: Una vez que se acercó a una mujer a coquetearle, al poco tiempo llegó su novio y amenazó con golpearla. El hombre de la historia al caer en cuenta que ella era también una mujer se retracta y le dice que “nunca golpearía a una mujer”.

But in order to balance the tension in the room with that story, I couldn’t tell that story as it actually happened. Because I couldn’t tell the part of the story where that man realized his mistake. And he came back. And he said, “Oh, no, I get it. You’re a lady f*****. I’m allowed to beat the shit out of you.” And he did.

Para conectar verdaderamente con el otro es necesario conocer la historia completa y no quedarse sólo con el “punchline”. Gadsby confiesa que su dolor ha sido minado, manipulado y despojado de contexto para hacer una buena broma.

 (…) the only way I can tell my truth…  is with anger. (…) But what I don’t have a right to do is to spread anger. I don’t. Because anger, much like laughter, can connect a room full of strangers like nothing else.

Because I take my freedom of speech as a responsibility, and just because I can position myself as a victim, does not make my anger constructive. It never is constructive.

Muchas veces se ha acusado al humor de estar muy cerca del matoneo. La sátira, los estereotipos, las burlas a quienes son “diferentes” logran la carcajada en los grupos dominantes. Con frecuencia la respuesta de quienes han sufrido estos abusos consiste en auto flagelarse. Hannah lo llama “self deprecating humor”, con chistes que van a causar una risa en su auditorio, culposa en algunos y solidaria en la mayoría. Sin embargo, aunque éste es un recurso muy eficaz para transmitir el mensaje, resulta muy extenuante y destructivo para el mensajero.

Hoy un llamado de atención como el que hace “Nanette” cobra total relevancia. Sentir rabia está bien, sobre todo si se trata de alguien que ha tenido que enfrentar experiencias muy dolorosas como Gadsby, sin embargo su decisión de no querer propagarla es muy responsable. Además de los espacios de entretenimiento como el stand-up, la rabia se tiende a reproducir en otros contextos y espacios y organizaciones y activistas están tratando de hacer algo similar a lo que hace Gadsby pero como defensoras y defensores de derechos humanos. Por ejemplo han surgido iniciativas tales como: “Desarmar la palabra” en Colombia, #WeCounterHate en Estados Unidos o “No Hate Speech Movement” en Europa.

Propagar rabia puede resultar muy peligroso porque, como afirma Hannah Gadsby en su monólogo, ésta es altamente contagiosa. En un escenario encendido y rabioso como el actual es necesario acercarnos y reconocer al otro en su diferencia, por eso creo que la invitación más valiosa en “Nanette” es a sentir empatía por el otro, a tomarnos el tiempo de escuchar la introducción, el nudo y el desenlace.

De interés: Derechos / LGBTI

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