Petro y las instituciones
Rodrigo Uprimny Yepes febrero 11, 2024
Petro tiene razón en criticar los sesgos en su contra de la procuradora y del fiscal general. También tiene razón en sus reparos a las demoras de la Corte Suprema en reemplazar a Barbosa. Pero eso no justifica su desestabilizador trino del pasado 2 de febrero. | EFE
Petro tiene razón en criticar los sesgos en su contra de la procuradora y del fiscal general. También tiene razón en sus reparos a las demoras de la Corte Suprema en reemplazar a Barbosa. Pero eso no justifica su desestabilizador trino del pasado 2 de febrero.
Petro tiene razón en criticar los sesgos en su contra de la procuradora y del fiscal general. También tiene razón en sus reparos a las demoras de la Corte Suprema en reemplazar a Barbosa. Pero eso no justifica su desestabilizador trino del pasado 2 de febrero.
Petro tiene razón en criticar los sesgos en su contra de la procuradora y del fiscal general. También tiene razón en sus reparos a las demoras de la Corte Suprema en reemplazar a Barbosa. Pero eso no justifica su desestabilizador trino del pasado 2 de febrero, en el que informa al mundo que hay una “ruptura institucional” en Colombia porque la Procuraduría suspendió al canciller Leyva y la Fiscalía allanó e investiga a Fecode por posibles donaciones ilegales a su campaña presidencial.
Esas actuaciones de Cabello y Barbosa pueden ser criticadas por sesgadas y desproporcionadas, pues no tomaron medidas semejantes frente a abusos iguales o más graves durante el gobierno Duque. Por ejemplo, como lo documentó este diario, no hubo ni allanamientos ni investigaciones por donaciones empresariales que probablemente llegaron a la campaña de Duque, incluida una de más de 500 millones por Carlos Mattos, condenado por corrupción. Pero esas actuaciones, por sesgadas que sean, no son una ruptura institucional: la Procuraduría tiene esa facultad de suspensión de funcionarios y el manejo de la licitación de pasaportes por el canciller Leyva ha sido desastroso. Por su parte, la Fiscalía puede y debe investigar delitos electorales, como la violación de topes de gastos en las campañas.
Igualmente exagerado fue que Petro anunciara al mundo una “toma mafiosa de la fiscalía” y que era el “momento de la expresión popular” porque “no se puede tumbar un presidente progresista, el primero en un siglo”. Esto animó, además, la movilización y el plantón de sectores cercanos al gobierno ante la Corte Suprema el pasado jueves.