Política de drogas con enfoque de género

Este 25 de septiembre tendrá lugar el foro de “Mujeres, política de drogas y encarcelamiento en las Américas” que busca promover políticas más humanas y eficaces alrededor del tema.

El foro tiene como objetivo explorar el problema de las mujeres encarceladas por delitos relacionados con drogas en Colombia, con el propósito de promover discusiones y debates para reformar las políticas vigentes. 

En este foro, convocado por Dejusticia, Corporación Humanas, El Ministerio de Justicia y del Derecho de Colombia, El Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC), La Oficina en Washington sobre Asuntos Latinoamericanos (WOLA) y La Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de los Estados Americanos

También contará con las experiencias de otros países de América Latina que han tenido avances en reformas de políticas de drogas con enfoque de género, como es el caso de Ecuador, Brasil, México y Costa Rica.

Las mujeres actualmente encarceladas por delitos de drogas son en su mayoría detenidas por participar en los eslabones más bajos de la cadena del mercado de las drogas y el encarcelamiento tiende a recrudecer su situación de vulnerabilidad. El encarcelamiento de mujeres por delitos menores de drogas no ha servido para proteger la salud y la seguridad públicas, pero sí ha contribuido a agravar el problema del hacinamiento y la sobre-población carcelaria.   

A lo largo de América Latina, los índices de encarcelamiento de mujeres por delitos menores y no violentos relacionados con drogas han aumentado considerablemente. Pese a que las mujeres constituyen una minoría en el sistema penitenciario pero, las dimensiones de género de la problemática del encarcelamiento por delitos de drogas requieren atención y consideración especiales. El encarcelamiento de mujeres madres y cuidadoras en particular puede tener consecuencias devastadoras para ellas, sus familias y comunidades. La mayoría de las mujeres encarceladas por estos delitos han tenido pocas oportunidades educativas, viven en condiciones de pobreza y son responsables del cuidado de dependientes niños/as, jóvenes y ancianos/as. De hecho, muchas de las mujeres encarceladas en América Latina son madres solteras y se involucran en el negocio de las drogas como una manera de sobrevivir a la pobreza o como resultado de la coacción de una pareja o familiar.