Santos: ¿con Minsalud o con Mincomercio?
César Rodríguez Garavito abril 28, 2017
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Es bien sabido que la gestión del presidente Santos es ponderada y permite desacuerdos entre ministros. El estilo tiene ventajas, porque explora opciones y alienta una sana diversidad.
Es bien sabido que la gestión del presidente Santos es ponderada y permite desacuerdos entre ministros. El estilo tiene ventajas, porque explora opciones y alienta una sana diversidad.
Pero hay momentos en que el presidente debe tomar partido. Este es uno de ellos: Santos tendrá que decirles a los colombianos si apoya las políticas del ministro de Salud que promueven el acceso a los medicamentos, o la guerra que le han declarado a esa política la ministra de Comercio y el gremio farmacéutico internacional (Afidro).
La disputa se volvió pública por un cruce de comunicaciones entre el ministro Gaviria y el presidente de Afidro, quien fuera superintendente de Salud antes de salir por la puerta giratoria directamente a representar los intereses de la industria ante el gobierno del que hizo parte. Como lo revelaron este diario y documentos publicados en el sitio Public Eye, Afidro viene usando todos los medios —litigios nacionales, amenazas veladas de demandas internacionales, reuniones con el presidente y la ministra de Comercio— para que Gaviria revoque una decisión que le ahorra al sistema de salud una suma estimada en 12.000 millones de pesos anuales.
El Minsalud declaró de interés público un medicamento contra el cáncer llamado Imatinib, que mantiene con vida a miles de personas y cuya versión comercial (Glivec) es monopolio de la compañía suiza Novartis. Ante la petición de la Federación Médica y la evidencia de que Imatinib era bastante más caro en Colombia que en muchos otros países —lo que le costó al erario público 400.000 millones en seis años—, el Minsalud creó un sistema sensato y transparente para regular el precio del medicamento, basado en precios de países de referencia. Todo ello de acuerdo con las normas de la Organización Mundial del Comercio y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. La empresa y Afidro ejercieron su derecho a controvertir la decisión ante el ministerio y las cortes. Pero luego optaron por acudir a Santos y a Mincomercio insinuando que usarían al mecanismo de resolución de controversias del acuerdo bilateral de inversiones entre Suiza y Colombia, que podría terminar en un litigio costosísimo para el Estado colombiano. Y le pidieron al presidente poner orden en casa y disciplinar al Minsalud.
Lamentablemente, la ministra de Comercio se alineó con Afidro y fue más allá, supuestamente para cumplir con requisitos de entrada del país a la OCDE sobre propiedad intelectual. No sólo está dando la pelea dentro del gobierno contra Gaviria, sino que redactó un decreto que acaba de cambiar las reglas de juego para hacer casi imposible que se vuelva a controlar el precio de un medicamento de interés público. Para ello, publicó el borrador de decreto mediante un procedimiento breve, justo antes de que entraran en vigencia nuevas normas sobre transparencia y publicidad que, esas sí, son requeridas por la OCDE y habrían permitido un mayor debate público.
“Sin intervención del gobierno, muchos colombianos con leucemia simplemente morirán”, escribió Todd Howland, alto comisionado de la ONU para Colombia y paciente de leucemia, cuya vida depende de Imatinib. Señor presidente: ¿con quién esta usted?