Seguridad alimentaria: una excusa de la agroindustria para expandirse
Hobeth Martínez Septiembre 24, 2018
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La producción agroindustrial a gran escala suele justificarse como un medio efectivo para garantizar la seguridad alimentaria del país, pero algunos datos demuestran que funciona como coartada para otros intereses.
La producción agroindustrial a gran escala suele justificarse como un medio efectivo para garantizar la seguridad alimentaria del país, pero algunos datos demuestran que funciona como coartada para otros intereses.
La producción agroindustrial a gran escala suele justificarse con varias ideas. Una de esas, quizá no la más importante pero sí una muy recurrente, es aquella de que la agroindustria es un medio efectivo para garantizar la seguridad alimentaria del país, esto es, que todas las personas tengan acceso a alimentos nutritivos y estén protegidas contra el hambre. Aunque, algunos datos sugieren que esta justificación puede no ser del todo sincera y que más bien funciona como coartada para otros intereses.Para ilustrar un poco esta aparente incoherencia, vale la pena usar como ejemplo el caso de la palma de aceite, ya que es uno de los cultivos agroindustriales más importantes del país. En el 2017, fue el de mayor producción después de la caña de azúcar, aunque lo que realmente le distingue entre toda la producción agrícola colombiana es una tendencia constante al crecimiento que viene desde hace casi dos décadas: el número de hectáreas sembradas y la cantidad de aceite resultante del proceso industrial han aumentado de manera progresiva desde el año 2000. En los últimos cinco años, las hectáreas cultivadas aumentaron en más de 100.000 y la producción de aceite se incrementó alrededor del 40 por ciento, lo que contrasta con el hecho de que ningún otro cultivo ha presentado una tendencia similar durante el mismo periodo.
Ahora bien, ¿en qué contribuye el aumento en las hectáreas de palma de aceite en la seguridad alimentaria del país? La experiencia revela que el aumento en la producción de aceite crudo obtenido del procesamiento industrial primario de la palma no está relacionado con la garantía de la seguridad alimentaria del país. De acuerdo con Fedepalma, cerca del 50 por ciento de la producción nacional tiene como destino los mercados internacionales, particularmente a la Unión Europea( 72%), principal comprador, y a países como México (12%) y Brasil (8%). Colombia pasó de exportar 328 mil toneladas de aceite de palma en 2016, a 638 mil toneladas en 2017.
Por otro lado, la producción que no se exporta tampoco está necesariamente dirigida a alimentar personas. El último informe de gestión presentado por Fedepalma sostiene que, a nivel interno, durante el último año el principal uso dado al aceite de palma crudo fue la producción de biodiesel, y otra cantidad significativa se destinó a la industria de aceites y grasas comestibles. Es indudable entonces que el principal destino del aceite de palma dentro del país no es el mercado alimentario, sino en el de los biocombustibles.
Si se continúa analizando la cadena de producción asociada a la palma de aceite y a la industria alimentaria, lo que se encuentra no es muy alentador. Según Cenipalma, el centro de investigación del gremio palmero, los aceites y grasas extraídos de la palma se usan para la elaboración de frituras, margarinas y mantecas, comidas prefritas y cocidas, pastas y snacks, helados y leche en polvo.
Algunos de esos usos parecen confirmar lo que ciertos estudios han venido sosteniendo: que el aceite de palma utilizado en la industria alimentaria es una fuente de grasas saturadas y trans usadas en productos ultraprocesados, muchos de ellos con contenidos elevados de sal, azúcar y grasas. Además, la fabricación de este tipo de productos parece estar asociada al aumento del comercio global de comida chatarra que, a su vez, estaría causando un alza en la demanda de aceite de palma para la elaboración de productos comestibles, los cuales son nocivos y su consumo habitual constituye un riesgo para la salud.
Estos datos cuestionan, entonces, parte del lema de la XIX Conferencia Internacional sobre Palma de Aceite que tendrá lugar en Cartagena: Innovación y sostenibilidad en palma de aceite, nutriendo personas y protegiendo el planeta. Más aun, ponen en duda la narrativa de la seguridad alimentaria como finalidad de los grandes monocultivos y, por consiguiente, cuestionan parte de la justificación de la agroindustria. No todo lo que esta produce sirve para la seguridad alimentaria de un país; no todo lo que se come, nutre. De ahí las medias verdades.