Sobre la dictadura venezolana
Dejusticia enero 12, 2025

Para Rodrigo Uprimny, no cabe duda de que la Venezuela de Maduro es una dictadura. | EFE
Los llamados a romper relaciones diplomáticas con Venezuela me parecen equivocados, pues esa decisión no sólo afectaría a Colombia en muchos aspectos, sino que puede contribuir a un aislamiento dictatorial.
Los llamados a romper relaciones diplomáticas con Venezuela me parecen equivocados, pues esa decisión no sólo afectaría a Colombia en muchos aspectos, sino que puede contribuir a un aislamiento dictatorial.
Tengo algunas certezas sobre la situación venezolana actual con la posesión de Maduro para un nuevo período presidencial, pero tengo igualmente dudas sobre qué deberíamos hacer desde Colombia para contribuir a una transición democrática en ese país hermano. Comparto estas certezas y dudas para intentar encontrar salidas lúcidas frente a esta dolorosa crisis.
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No me cabe duda de que la Venezuela de Maduro es una dictadura. Afirmo esto no a la ligera sino tomando en cuenta tres criterios básicos que desde la teoría política se usan para caracterizar a un régimen de esa manera.
Primero, el Estado de derecho ya no existe en Venezuela por la aniquilación de la separación de poderes. Este proceso empezó hace muchos años, especialmente a partir de 2004, en que Chávez, a través de una ley de reforma del Tribunal Supremo, cooptó ese tribunal y fue convirtiendo a la justicia en un apéndice del Gobierno. Antes había algún decoro y algunas formas eran respetadas. Hoy la situación es burda, como lo ilustró la actitud sumisa del Tribunal Supremo cuando Maduro le pidió, bueno, le exigió, que certificara que no había habido fraude electoral. Pocos días después el tribunal obedeció y concluyó, oh sorpresa, que la elección había sido limpia.