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La senadora Viviane Morales y el señor Carlos Alonso Lucio, líder del Comité de Promotores del referendo, siguen en su empeño de establecer constitucionalmente un modelo de familia excluyente que contradice tanto la Constitución como la realidad de las familias colombianas.

La senadora Viviane Morales y el señor Carlos Alonso Lucio, líder del Comité de Promotores del referendo, siguen en su empeño de establecer constitucionalmente un modelo de familia excluyente que contradice tanto la Constitución como la realidad de las familias colombianas.

“Madresolteras de todos los sitios colombianos… Madres todas que
ganan el pan, que lo multiplican en la boca de sus hijos hambreados y lo
mezquinan en la propia. Que duplican su vida para ser padres y madres.
Indefensas madres, gestoras de esta patria: para vosotras, mi trabajo y
mi fe sin límites”, así hablaba la santandereana más grande que nos dio
el siglo XX y que pueden ver en el nuevo billete de 10 mil pesos:
Virginia Gutiérrez de Pineda. Esta científica social dedicó toda su vida
a analizar las familias colombianas y a entender la fuerza de la
cultura en la institución que se considera base de la sociedad. La
diversidad de la familia colombiana es un hecho social evidente: somos
un país de solteros, viudas, madres cabeza de hogar, parejas que viven
sin casarse o de otros que se casan por las iglesias y se divorcian por
lo civil. Examine su propia familia, vea la de su vecino, pregunte por
la de sus padres o abuelos, y se dará cuenta que las familias son
diversas porque todos decidimos vivir con quien nos ama y nos cuida.

Mucho se puede decir –y se ha dicho– 
contra el referendo de Morales y Lucio, pero lo más  indignante y
regresivo es querer imponer una familia ideal o como ellos dicen “la
mejor familia posible”. Para imponer la “familia ideal”, es decir, la
pareja heterosexual y monogámica se ha usado como chivo expiatorio para
las parejas del mismo sexo. Hacer política con la discriminación siempre
es fácil: simplemente se elige un grupo sobre el que existan más
prejuicios y se le acusa de falsedades.

Una lectura detallada de
la exposición de motivos y de la ponencia para el primer debate de este
referendo permite evidenciar que la senadora Morales supone que las
parejas del mismo sexo somos un riesgo para los niños, por ejemplo, dice
que el Estado debe excluir “la posibilidad de cualquier riesgo” para
los niños (Expo, p. 5), “ que el niño asuma el riesgo” (Ponencia, p. 15)
o dice en la exposición de motivos que “existen dudas razonables sobre
las consecuencias que generaría la adopción por parte de parejas del
mismo sexo” (Expo, p.13). Para sustentar esto, la senadora Morales ha
manoseado la ciencia hasta más no poder. Primero, usó razones tomadas de
una pseudociencia discriminatoria que se puede consultar en su página web y
verificada por cualquier persona que tenga un conocimiento en
psicología, salud pública o medicina. Luego, usó otros estudios, como el
del doctor Pruett, que claramente fueron manipulados como lo mostró mi colega Rodrigo Uprimny  y el propio Pruett en una carta.
Ahora dice en su ponencia para el primer debate que la “ciencia no es
conclusiva” y, por tanto, debemos acudir al “principio de cautela”. ¿De
qué riesgos y de qué consecuencias está hablando la senadora? ¿Cual es
el peligro del que nos advierte tan vehementemente la senadora? ¿Cuál es
la cautela de la que habla? lo que se esconde detrás de todo este
debate es una idea discriminatoria: que las parejas del mismo sexo no
somos idóneos para tener ni criar hijos.

Por si fuera poco, esta
falta de idoneidad no sólo se predica de las parejas del mismo sexo –
que ya sabemos siempre seremos una minoría  – sino que además se predica
de todas las personas solteras. Este referendo no sólo es contra las
familias de parejas del mismo sexo, es contra todas las familias
conformadas por madres y padres cabezas de hogar que en Colombia son un
grupo importante y destacado de familias. Las personas solteras,
separadas y viudas no podrán adoptar sin importar su orientación sexual.
Esto está claramente probado en el formulario con el cual recogieron
las firmas que dice sin ningún pudor:
“Esto significa que no podrán adoptar las parejas del mismo sexo, ni
las personas solteras” . Algo que además se deduce del texto de la
reforma a la Constitución que quieren aprobar. Para la senadora Morales y
el promotor Lucio, las personas solteras no son idóneas para adoptar
porque se salen de su idea de la familia ideal. Esta agresión contra las
familias colombianas ha sido ocultada hábilmente por la senadora como
se puede ver en la ponencia para el primer debate dónde hizo una reseña
de la audiencia pública, pero borró de los antecedentes legislativos a
las valerosas madres cabeza de hogar que fueron a defender sus derechos.

Esta
propuesta de referendo busca imponer un modelo familiar puro y
excluyente. Digamos las cosas por su nombre: es una reforma
constitucional liderada por dos políticos intolerantes que usan a las
parejas del mismo sexo como una excusa para denigrar de todas las
familias que ellos consideran inferiores. Este referendo es una acto
tiránico contra las minorías, pero también una advertencia general para
todos aquellos que se salgan del anhelo de pureza que pregonan los sumos
sacerdotes.

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