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Mentiras que alivian

EL MUNDO NO SE ACABÓ EL PASADO 21 de mayo, como sostenía el pastor Harold Camping. Muchos se alegraron de que esa predicción no ocurriera, no tanto porque pensaran que podía ser cierta, sino porque era la ocasión para desmentir al pastor evangélico. "Un charlatán apocalíptico menos", me dijo un amigo el 22 de mayo, seguro de que en adelante los fieles de Camping dejarían de ir a su iglesia.

Incentivos y honestidad

A PROPÓSITO DE LOS ESCÁNDALOS de corrupción en el sistema de salud, Alejandro Gaviria, en su columna de la semana pasada, llama la atención sobre la inutilidad de las quejas morales: de nada sirven las peroratas sobre la omnipresencia de los avivatos, o sobre nuestro deterioro moral, dice.

Populismo jurídico

La lucha contra el crimen no debe hacerse con cruzadas justicieras que alimenten nuestra sed de venganza, sino con una política criminal equilibrada, razonable y eficaz.

Cambiar derechos por desafueros

QUE UN ALCALDE MALO SEA SACADO de su cargo y reemplazado por otro bueno, qué más quisiera uno. El problema con esto es que no es fácil encontrar un mecanismo adecuado para lograr ese propósito.

Final descorazonador

NUNCA ME HAN CONVENCIDO LOS argumentos de quienes a ultranza defienden las bondades de la privatización y del desmonte del Estado.

Las lluvias y los verdes

POR ESTOS DÍAS DE TRAGEDIA INVERnal me pregunto por qué los colombianos le damos tan poca importancia al tema del medio ambiente y por qué en este país no prosperan las ideas de los partidos verdes.

Las montañas de todos

MONIQUE PERRIAUX ES UNA AMIGA francesa que conozco desde hace más de veinte años. Nació y vive en Grenoble, pero pasó seis años de su vida en Colombia (entre 1998 y 2006) de los cuales guarda muchos recuerdos y un hijo adoptado que se llama Sebastián. La semana pasada me encontré con Monique y estuvimos caminando por las montañas y hablando de la vida, de los amigos y de Colombia.

Sobre la confesión y el perdón

CUANDO YO ERA NIÑO, EN LOS DÍAS previos a la Semana Santa (como estos que acaban de pasar) sucedía algo extraordinario en el interior de las familias: los hombres mayores de la casa iban a la Iglesia para confesar sus pecados.

La corrupción como norma

EN LA DÉCADA DE LOS SETENTA UN grupo de economistas sostenía que, en ciertas etapas del desarrollo de los países, la corrupción no sólo es inevitable sino que es una especie de enfermedad benéfica; una suerte de fiebre social que puede ser necesaria para lograr la modernización.
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