Bajo la consigna “No comas más mentiras”, la Corporación Colombiana de Padres y Madres —Red Papaz— creó una campaña educativa para alertar a los padres de familia sobre los riesgos del consumo de alimentos ultraprocesados o “comida chatarra” para la salud de niños, niñas y adolescentes y para crear conciencia sobre la necesidad de que estos productos mostraran en sus etiquetas información clara y veraz sobre el contenido de sodio, azúcar y grasas saturadas.

El video de la campaña dura 30 segundos y muestra a niños y niñas consumiendo jugos de caja, gaseosas, papas fritas y cereales que justo en el momento de ser llevados a la boca se convierten en azúcar blanca y en bloques de grasa.

El Consorcio de Canales Nacionales Privados, integrado por RCN y Caracol —los dos canales nacionales privados principales—, se negó a transmitir esta pieza. El Consorcio argumentó que no cumplía con las especificidades técnicas, que la solicitud no estaba dirigida a la persona correcta, y que le faltaba sustentación científica al mensaje y ellos no podían responsabilizarse por una pieza de “publicidad engañosa”.

Como respuesta, Red Papaz entregó la  información que respaldaba científicamente el planteamiento del mensaje, disponible para el gran público en la página de la campaña www.nocomasmasmentiras.org, y ofreció firmar un acuerdo para exonerar a los canales de cualquier responsabilidad por los daños que el mensaje pudiera causar. Pero aún así el Consorcio se negó y a Redpapaz no le quedó otra opción que presentar una tutela contra RCN y Caracol.

Hace un mes, la tutela se resolvió a favor de Redpapaz y el Tribunal de Bogotá ordenó al Consorcio emitir el mensaje por sus canales. En efecto, el Consorcio cumplió la orden y emitió el mensaje —actualmente al aire—, pero al mismo tiempo apeló la decisión de la tutela.

Dejusticia intervino en este proceso en segunda instancia para defender la libertad de expresión de Red Papaz y el derecho de los consumidores a recibir información veraz e imparcial sobre asuntos de interés público como la salud de niños, niñas y adolescentes.

En la intervención argumentamos que el mensaje de Red Papaz se encuentra protegido por la libertad de expresión, y por eso condicionar su divulgación a un control de contenido es una forma de censura previa que está prohibida en la Constitución. Si bien es cierto que la información que divulguen los medios debe ser veraz e imparcial, la verificación del cumplimiento de estos requisitos solo puede hacerse después de publicada y no antes, como hicieron los canales privados en este caso.

Además, este mensaje sobre los impactos negativos de la comida chatarra en menores de edad es un mensaje minoritario dentro de un universo mayoritario de mensajes comerciales de televisión. Los medios de comunicación emiten un contenido amplio y variado publicitando productos  ultraprocesados, mientras que proveen muy poca información sobre las repercusiones del consumo habitual de estos productos en la salud de las personas y su relación con la obesidad.

Según la Organización Mundial de la Salud la obesidad en menores de edad se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años y la publicidad de comestibles ultraprocesados ha tenido que ver con esto.

La Corte Constitucional ha reconocido que la solidez de una democracia depende en cierta medida de que en la televisión se garantice la libertad de expresión y el pluralismo, pues este es un medio con un enorme poder de influenciar la opinión pública. En Colombia, RCN y Caracol concentran casi el 43% de la audiencia, según IBOPE Media, y por esta razón es importante garantizar que su contenido sea verdaderamente diverso y plural.

La divulgación de un mensaje informativo y minoritario como el de Red Papaz se convierte entonces en un mensaje fundamental para una toma de decisiones consciente y responsable por parte de los consumidores.