‘No hay democracia sin pluralidad de voces y mensajes’: Catalina Botero, Magistrada auxiliar de la Corte Constitucional, acaba de ser elegida relatora especial para la Libertad de Expresión, de la OEA.

1. ¿Qué significa haber sido elegida relatora especial para la Libertad de Expresión, de la OEA, entre 69 aspirantes?
C.B. Una gran distinción y una enorme responsabilidad, pues se trata de atender los déficits en materia de libertad de expresión, acceso a la información y democratización del mercado de las ideas.
2. Su nuevo papel encaja muy bien con su trayectoria en la defensa de los derechos humanos.
Tengo una profunda convicción en que en el Estado de Derecho hay valores y principios que no se negocian, y que el poder encuentra sus límites en ellos. Y uno es el derecho a expresarse con libertad y en condiciones de igualdad y equidad. La Relatoría es un lugar perfecto para ejercer esa defensa.
3. ¿En qué está la libertad de expresión en Latinoamérica?
Hay avances importantes pero persisten problemas serios. En muchos países asesinan o amenazan a los periodistas por cumplir con sus tareas investigativas, especialmente sobre narcotráfico, corrupción y violaciones a los derechos humanos. También hay intentos de censura -muchas veces exitosos- mediante la asignación de frecuencias de radio y canales de televisión o el uso de publicidad oficial para premiar a los medios condescendientes y castigar a los independientes. Muchos Estados no han entendido que la verdadera democracia solo es posible si los ciudadanos pueden acceder libremente a la información pública y si hay procesos comunicativos incluyentes que permitan no solo la pluralidad de voces y de mensajes, sino la inclusión de grupos tradicionalmente excluidos del debate.
4. ¿Y en Colombia?
Preferiría no adelantar una opinión sobre Colombia mientras siga cumpliendo funciones en la Corte Constitucional. En un par de meses hablamos sobre el tema.
5. ¿Qué hacer para que países como Cuba, Venezuela y Ecuador respeten la libertad de expresión?
En cada uno de los Estados del continente, desde Argentina hasta Canadá, hay que trabajar seriamente con los Estados y con los otros actores estratégicos para mejorar las garantías de este derecho y asegurar su plena vigencia. Sin embargo, creo que tenemos que comenzar por diferenciar rigurosamente el contexto y la situación de cada país. Por eso no podemos comparar, por ejemplo, la situación de Venezuela y Ecuador, que tienen presidentesdemocráticamente electos, con el caso de Cuba.
6. ¿Qué le dejó su paso por la Corte Constitucional como magistrada auxiliar?
Ni en los momentos de mayor optimismo de mi época de estudiante pensé que era posible que el Derecho tuviera un potencial emancipador, incluyente y democratizador como el que ha demostrado el Derecho Constitucional en Colombia. Me siento privilegiada por haber participado en este proceso y espero que los tiempos que vienen no comprometan lo que la Corte ha construido en 16 años de trabajo.
7. ¿Alguna frustración por no haber sido magistrada titular?
Probablemente. Si en 20 años me hace la misma pregunta, la respuesta sería afirmativa. Por ahora he tenido la fortuna de ser magistrada auxiliar y trabajar con personas de la categoría humana e intelectual de Ciro Angarita, Eduardo Cifuentes y Jaime Córdoba. Además, el año pasado fui magistrada encargada por algunos meses por designación de los magistrados de la Corte.
8. ¿Qué tanto se cumple la Constitución del 91?
Gracias a la tutela y a la labor ejemplar y a veces solitaria de los jueces, la gente ha comenzado a hablar el lenguaje de los derechos y eso es un paso esencial. Cuando una persona siente que tiene derechos y la seguridad de que un juez, sin pedir nada a cambio ¿plata, votos, nada…¿ va a proteger ese derecho, estamos avanzando en el camino correcto. Sin embargo, la promesa de un verdadero Estado social y democrático de derecho aún está lejos de cumplirse.
9. ¿Cómo analiza el acercamiento entre el Presidente y las Cortes?
Fundamental, sobre todo en lo que se refiere a la Corte Suprema, pues a sabiendas de lo impopular de algunas de sus actuaciones, ha sido un ejemplo de temple, independencia e imparcialidad. La lucha contra la criminalidad organizada y su infiltración en la política es tal vez una de las más importantes batallas que debemos librar para lograr construir una sociedad realmente civilizada y viable. La Corte ha sido un factor para comenzar a romper la tolerancia con esos fenómenos y creo que es muy importante que el Gobierno la apoye en forma contundente e incondicional.
10. ¿Qué va a extrañar más de Colombia?
A la gente que quiero, pero afortunadamente existe Skype.
¿QUIÉN ES CATALINA BOTERO?
Nacimiento: Bogotá, 1965.
Estudios: Derecho, Universidad de los Andes; programas de posgrado en las universidades de Los Andes de Bogotá y Complutense, Carlos III y el Centro de Estudios Constitucionales de Madrid.
Publicaciones: Libertad de información, Democracia y control judicial, Los derechos constitucionales de los jóvenes y Constitución Política comentada, entre otras.

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