Defending Santa Rita
Irina Junieles October 21, 2017
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The weight of state neglect fell on the 40 year-old building in the Santa Rita Market, until the community’s claims bore fruit in June 2011, when the Mayor of Cartagena socialized the designs for its renovation and left in a 12,000 million pesos allocation for its construction. However, today the work is a monument to district inefficiency.
The weight of state neglect fell on the 40 year-old building in the Santa Rita Market, until the community’s claims bore fruit in June 2011, when the Mayor of Cartagena socialized the designs for its renovation and left in a 12,000 million pesos allocation for its construction. However, today the work is a monument to district inefficiency.
The contract was extended for two years, until January 2014, when the vendors left the plaza with the promise of returning soon. Construction began, although four years later it has not yet been completed, despite having been handed over by former Mayor Dionisio Vélez on December 31, 2015 with the controversial name of Santa Rita Plaza. This week, it was announced that it will soon open to the public, and the paradox is that there are not many reasons to be happy.
Desde su creación en 2014, la veeduría Nuevo Mercado de Santa Rita ha advertido las afectaciones si el Distrito no toma medidas: (1) la transformación forzada del barrio por el cambio de uso de suelo de los inmuebles aledaños y el mayor impacto por la decisión unilateral de elevar el número de locales de 201 a 286, (2) la reducción de la movilidad y el perjuicio a la salud pública por acumulación de basuras con aumento vectores, (3) y el incremento de la inseguridad.
La Veeduría ha planteado soluciones: 1) Expedir un plan parcial de ordenamiento que limite la expansión del comercio y un estricto régimen de uso para los vendedores, 3) la ampliación de la vía, y desarrollo de un plan de manejo ambiental, (3) así como un programa estratégico que garantice la seguridad. Ninguna de estas peticiones ha tenido respuesta contundente y el temor es que lo que debería ser un caso de renovación urbana, acabe siendo un segundo Bazurto.
Esta veeduría, ejemplo de participación ciudadana, ha ganado a punta de disciplina algunas batallas, entre ellas, salvar el campo de softbol contiguo al Mercado, único escenario deportivo en kilómetros a la redonda, amenazado por la supuesta necesidad de mas parqueaderos.
El barrio no se queda ahí y sigue dando ejemplo. En julio pasado eligió una Junta de Acción Comunal conformada por 16 jóvenes entre los 18 y 23 años, pertenecientes al Colectivo +Social, fruto del valioso trabajo de pedagogía para la ciudadanía que ha desarrollado Funsarep en la zona.
Cartagena vive una grave crisis de gobierno, éste es justo el momento para acompañar estas experiencias de defensa de lo público, que de ser escuchadas, evitarían el escalamiento de los problemas. Esta no puede ser otra oportunidad perdida para recuperar un mercado sectorial en condiciones dignas y proteger procesos participativos con incidencia positiva. Respaldemos a Santa Rita.