Indolence against femicide
Irina Junieles September 9, 2017
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According to Forensic Medicine, of the 50,707 case of domestic partner violence registered in 2016, 86% were for violence against women, violence that in many cases ended in femicides.
According to Forensic Medicine, of the 50,707 case of domestic partner violence registered in 2016, 86% were for violence against women, violence that in many cases ended in femicides.
“Ali was smoking at the end of the stairs, watching her bleed,” said a relative of Patricia Ortiz Franco, after entering the house where the 45-year-old woman was killed on September 1. It happened in a residence in the neighborhood Villas de La Candelaria, where she lived with the father of his two daughters, Ali Pasos Carrillo, alleged killer, who was released for procedural errors in his capture.
Sobre el caso de Patricia, muchos medios de comunicación informaron, sin evidencias concluyentes, que se trató de un crimen pasional, en una actitud que debilita la condena social sobre una conducta grave y que reduce el delito a una anécdota inevitable producto de la naturaleza humana.
“Lo hice porque la amo demasiado, fue muy fuerte perderla y verla en brazos de otro”.
Eso decía la carta que dejó Jesús Rincón el pasado 18 de enero, después de asesinar a Katherine González, de 17 años. Tenían tres meses de convivencia, cuando ella terminó la relación porque no soportaba los celos permanentes de su pareja.
La calificación a la ligera de estos casos como crímenes pasionales es delicada y puede esconder que son producto de la construcción social, que muchas veces validamos con comportamientos cotidianos que relegan a la mujer a la condición de objeto y que le otorgan al hombre el poder de decidir sobre la vida, la muerte y el destino.
Según Medicina Legal, de los 50.707 casos de violencia de pareja registrados en 2016, el 86% fue por violencia contra la mujer, violencia que en muchos casos terminó en feminicidios.
La Mesa del Movimiento Social de Mujeres de Cartagena y Bolívar ha denunciado reiteradamente la falta de voluntad política del gobierno local para afrontar el problema preventivamente, al tiempo que ha reclamado acciones concretas en investigación judicial.
Y están en lo cierto, hay poca voluntad política. He asistido a los espacios creados por la ley para enfrentar esta situación, y en ellos, funcionarias comprometidas oyen las quejas y hacen lo que pueden, mientras sus jefes, con capacidad y poder de decidir, están ausentes.
Hace exactamente un año, ante la ocurrencia de dos feminicidios en menos de 72 horas, se prometió atender radicalmente el tema, y aquí seguimos esperando.
Las autoridades judiciales y el Gobierno distrital están obligados a abordar con eficacia la violencia de género, para lo cual, urge, como lo reclaman amplios sectores sociales, máxima diligencia en las investigaciones, la aplicación ejemplar de la ley, lo mismo que atención sicosocial a las víctimas y programas educativos para la población.