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“Juntas” tells the story of the first female couple who married in Latin America and who, after two decades of living outside Colombia, return to the country to remember. A delicate and intimate film that leaves us many lessons for activism in the region.

“Juntas” tells the story of the first female couple who married in Latin America and who, after two decades of living outside Colombia, return to the country to remember. A delicate and intimate film that leaves us many lessons for activism in the region.

Norma and Cachita were the first female couple to get married in Latin America. Although one is Uruguayan and the other is Argentine, they lived their love for several decades in Pivijay, in the Colombian department of Magdalena. In the film Juntas, by Laura Martínez Duque and Nadina Marquisio, the couple go back to the roads, admire the trees, enjoy the sea, talk to their old friends, and finally recover their memories in the Caribbean coast: “We left Colombia swearing we were going to be back very soon, but time had other plans for us and wanted more than 20 years to pass, now we are here, following the game to memory.

 

Es una película delicada e íntima que nos deja muchas lecciones para el activismo de los derechos en la región. Esos 20 años en los que Norma y Cachita no volvieron a Colombia coinciden con las dos décadas más intensas en la lucha por los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y trans en América Latina. “¿Cuándo comenzó este viaje?, ¿fue al salir de Buenos Aires o al llegar a Colombia?”, se preguntan en la película. Al escuchar la voz en off, no dejaba de pensar en lo influyente que ha sido el activismo lgbti argentino para el resto de América Latina, desde las políticas contra la discriminación, pasando por el reconocimiento del matrimonio igualitario hasta la ley de identidad de género. Pensaba también que los caminos del cambio social y legal en nuestra región se cruzan de manera asombrosa.


Norma y Cachita se enamoraron y pasaron días felices en un pueblo de una de las regiones más conservadoras de Colombia. ¿Quién se hubiera imaginado que en un pueblo que podría ser Macondo se escondía un amor que luego rompería el silencio exigiendo igualdad en las lejanas tierras argentinas? “¿Qué hago? ¿Peleo por mí? ¿Vivo el amor? ¿Lo defiendo? Son días, horas, años que se van quedando ahí, es nada más y nada menos que la vida mía”, dice Norma mientras recorre la casa donde vivieron.

En la lucha por los derechos lgbti, hemos aprendido mucho unos de otros. Celebramos cada avance legal latinoamericano. Nos han inspirado las movilizaciones argentinas, uruguayas, brasileñas y mexicanas. Por años hemos hecho amigos del activismo en Chile, Paraguay, Perú, Bolivia, Venezuela, Cuba, Costa Rica, entre muchos otros países. Sin embargo, nos ha costado crear más redes y alianzas sólidas. Los latinoamericanos tenemos tantas cosas en común, pero tan poco espacio para trabajar juntos.

Este mismo fin de semana, mientras se proyectaba Juntas en el Festival Internacional de Cine en Bogotá (BIFF), en Guayaquil se hacía una marcha convocada por las iglesias contra la ideología de género bajo el lema “Con mis hijos no te metas”. Movilizaciones casi idénticas se han dado en Colombia, Perú, Paraguay, México y ahora en Ecuador. Incluso en Colombia recordamos dolorosamente que hace un año los fundamentalistas religiosos lograron movilizar esa idea contra el acuerdo de paz.

Juntas da un mensaje claro al activismo: debemos crear una nueva cooperación latinoamericana para enfrentar la movilización conservadora que quiere detener o retroceder en los avances en los derechos lgbti en la región. Cachita y Norma a sus 70 años nos enseñan con el ejemplo que los cambios toman tiempo y se construyen con mucho amor y solidaridad.

Of interest: Derechos LGBTI

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