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The paramilitaries and the campaigns of Uribe
Two academic studies found statistically significant relationships between the ratings of former President Uribe in 2002 and 2006 and the degree of control exercised both by paramilitaries and guerrilla groups in the municipalities.
Por: Javier Eduardo Revelo Rebolledo | May 21, 2012
Como todo el mundo sabe, las elecciones de la última década se hicieron bajo la mira de los actores armados. Entre todos ellos, los paramilitares fueron particularmente efectivos influyendo en la elección de alcaldes, concejales, diputados, gobernadores, representantes a la Cámara, y senadores. Pues bien, ¿qué pasó en las elecciones presidenciales de ésta época?, ¿fueron éstas las únicas elecciones que no les interesaron a los paras?
En un régimen presidencial como el colombiano, en el cuál el Presidente es el centro de la política, es bastante improbable que las elecciones presidenciales pasaran desapercibidas. Esto es aun más improbable si se tiene en cuenta que en 1994 el Cartel de Cali ya había buscado influir en la campaña del ex presidente Samper.
Además de poco probable, el papel de los grupos armados en las elecciones presidenciales de la última década está probado. Dos investigaciones académicas encontraron relaciones estadísticamente significativas entre las votaciones del ex presidente Uribe en 2002 y 2006 y el grado de control que ejercieron tanto grupos paramilitares como guerrilleros en los municipios.
La primera de estas investigaciones es el libro de Rodrigo Losada “Atlas sobre las elecciones presidenciales de Colombia 1974-2002”. Una de las conclusiones del texto es que en zonas con actividad armada de los grupos guerrilleros se votó menos por Uribe. La segunda investigación es el artículo de Miguel García titulado “Bajo la mira de los actores armados”. Según García “en los municipios controlados por los paramilitares la candidatura de Uribe gozo de mayor apoyo electoral”.
Las recientes declaraciones de Salvatore Mancuso sobre su supuesto apoyo a las campañas del ex presidente Uribe vendrían a reafirmar estos estudios. A pesar de ello, no es claro si el ex presidente Uribe conoció o toleró este apoyo. De hecho, convencido de su inocencia, Uribe prometió denunciar a Mancuso penalmente.
El ex presidente está en lo correcto cuando afirma que es inocente hasta que un juez demuestre lo contrario. Sin embargo, Uribe olvida que la presunción de inocencia no es un argumento suficiente para negar que, con o sin su conocimiento, el control paramilitar influyó en sus triunfos electorales.