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Yes there is a left and a right
Mauricio García Villegas maintains that progressive ideas are more valid each day in this country.
Por: Mauricio García Villegas | March 6, 2006
Las ideas progresistas son cada día más válidas en el país.
Hace unos años, el filósofo del presidente Reagan, Francis Fukuyama, declaró que, con la caída del comunismo, se daba por terminado el debate entre las ideologías. En Colombia tenemos al asesor presidencial José Obdulio Gaviria ?una versión criolla de aquel filósofo del poder?, que por la misma línea de pensamiento sostiene que la diferencia entre derecha e izquierda no tiene ya sentido en Colombia. En esta época de elecciones y en medio de tanta filosofía política lacaya, quizás valga la pena hacer un poco de sindéresis de conceptos políticos.
Empiezo por decir que es cierto que hoy en día la distinción no parece tan clara como en los inicios de la Revolución Francesa, cuando patriotas y monarquistas, estrictamente ubicados a la izquierda y a la derecha del presidente de la Asamblea Nacional, se enfrentaban entre sí. ¿Qué pasó desde entonces?
Lo que ha pasado es que la visión política de izquierda se ha hecho más estrecha que la visión política progresista. Esta última incluye a los llamados nuevos movimientos sociales, que luchan por los derechos de las mujeres, los negros, los indígenas, los gays, etc. Todos ellos basan sus reivindicaciones en criterios de identidad y cultura y no necesariamente en criterios económicos o de clase social. Entre los progresistas también están los libertarios, opuestos a toda intervención del Estado en decisiones de vida de los individuos, tales como el aborto, el consumo de drogas psicoactivas o la eutanasia. Por último, entre los progresistas están los políticos de izquierda en sentido estricto, que defienden la solidaridad económica entre las clases sociales con la idea de que quienes peor están en la escala social no merecen esa suerte, sino que son víctimas de condiciones estructurales de desigualdad.
Todos estos progresistas suelen estar de acuerdo entre sí, pero no siempre lo logran. Hay, por ejemplo, feministas que defienden el libre mercado, comunistas que se oponen a los derechos de las minorías y libertarios que se oponen a las políticas re-distributivas del Estado. Todas ellas son posiciones políticas progresistas, pero no todas necesariamente son de izquierda.
Sin embargo, del hecho de que existan progresistas que no siempre se identifican con la izquierda solidarista no se puede inferir, como parecen hacerlo los nuevos filósofos del poder, que la izquierda ya no defiende ideas valiosas o, peor aún, que los demás progresistas se pasaron para la derecha.
Una cosa es que la propuesta de una sociedad más igualitaria no suscite consenso entre los progresistas y otra, que haya perdido sentido. En un mundo cada vez más desigual ?para no ir más lejos, en Estados Unidos hay hoy 37 millones de pobres (The Observer, 19-02-06)?, la izquierda democrática tiene un futuro cruelmente promisorio. Más aún en Colombia, donde, a diferencia de Europa, nunca han operado las estrategias de inclusión e igualación social del Estado-bienestar.
Alguien dijo alguna vez que en Europa el marxismo tenía razón porque era falso, queriendo decir con ello que la crítica marxista le había impuesto al capitalismo una sociedad más justa e igualitaria, y cuando ello sucedió, dicha crítica dejó de tener validez. Las opiniones sobre la izquierda de José Obdulio Gaviria podrían ser interpretadas en ese sentido: como ideas que, a fuerza de ser aceptadas, dejaron de ser polémicas. Pero Gaviria no habla de Europa; habla de Colombia, un país gobernado por una derecha que promueve un proyecto de sociedad tradicional y premoderna, con finqueros, caciques, gamonales y terratenientes a la cabeza. Una derecha que, a falta de reforma agraria, ha consolidado una contrarreforma agraria. Todo esto me hace pensar que en Colombia las ideas de izquierda ?en la actual situación diría incluso lo mismo de las ideas liberales? tienen razón porque cada día son menos falsas.