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Esperando las disculpas de “Don Antonio”

Lesbianas, gay, bisexuales y transgeneristas -LGBT- tambiƩn quieren conocer la verdad, acceder a la justicia y ser reparados/as.

Por: Dejusticia |Ā Enero 27, 2012

SegĆŗn una denuncia reportada en 2002 por el CINEP, tres homosexuales habrĆ­an sido asesinados y marcados ā€œcon cuchillo en distintas partes del cuerpo con nĆŗmeros romanos y otros signos”. Estos hechos ocurrieron en el municipio de Soledad y fueron cometidos por el Bloque Norte. Sin embargo, nada de esto, ni otras situaciones similares, quedaron registradas en la sentencia que el 7 de diciembre de 2011 expidió el Tribunal Superior de BogotĆ” en el marco de la aplicación de la ley de justicia y paz.

Estos hechos, a pesar de que fueron documentados en un peritaje aportado por la Procuraduría delegada al proceso, no fueron tenidos presentes en la señalada sentencia, por lo que con fallos como este, seguimos teniendo una visión incompleta del impacto del conflicto en las personas LGBT, lo cual no solo resulta problemÔtico para ellos y ellas, sino también para la construcción de una sociedad mÔs democrÔtica.

En dicha sentencia, fue condenado Edgar Ignacio Fierro Flores alias ā€œDon Antonioā€, quien comandó el Frente JosĆ© Pablo DĆ­az que hacĆ­a parte del Bloque Norte, y que operó en los departamentos del Cesar, Magdalena, Guajira y AtlĆ”ntico entre los aƱos de 2000 y 2006.

De las 994 hojas del texto, me quiero referir a un aspecto muy especĆ­fico del mismo, ā€œal ofrecimiento de disculpas pĆŗblicas a las vĆ­ctimas de los delitos por ellos cometidos y la sociedad en generalā€, incluyendo particularmente, a quienes diferĆ­an de la postura social y moral del Frente. Este grupo, como seƱalaban algunos panfletos, lo conformaban personas en situación de indigencia, en ejercicio de la prostitución, consumidores de drogas, quienes tenĆ­an ā€œcortes de cabello extraƱosā€ y las personas LGBT. Quiero preguntar en el marco del proceso de la Ley de Justicia y Paz por estas Ćŗltimas.

En relación a esta sentencia, Āæpor quĆ© el tribunal no hizo una referencia especĆ­fica a dicha población? ĀæPor quĆ© a pesar de que la ProcuradurĆ­a expresó su preocupación frente al reconocimiento social que habĆ­a en las comunidades en relación a la tolerancia a los homicidios de este grupo de ā€œindeseablesā€, y ā€œde las restricciones a la libertad en la apariencia fĆ­sica y la elección sexualā€, no mereció ello ningĆŗn tipo de mención por el Tribunal?

De otra parte, ¿por qué los esfuerzos del grupo de trabajo que asesoró a la Procuraduría y realizó el peritaje en el que se evidenció la radicalización de los prejuicios de la población por las acciones violentas de este Frente, contra la población LGBT, no motivó ningún tipo de indagación por parte de la Fiscalía?

Bastó que ā€œDon Antonioā€ negara que hubiese prejuicios contra dicha población y la existencia de violencia especĆ­fica dirigida contra ella, para que no se hablara mĆ”s del tema. Pero las declaraciones de las comunidades, los panfletos, los desplazados, e incluso las seƱas de tortura que quedaron en los cuerpos de hombres y mujeres LGBT en la región, como lo seƱala el informe pericial del grupo de trabajo, dan fe de lo contrario.

Sin embargo, creo que este fallo puede ser tambiĆ©n una oportunidad. Con esta sentencia, el movimiento LGBT deberĆ­a hacerse presente y exigir –en los tĆ©rminos de las ordenes judiciales- a los alcaldes municipales correspondientes a los departamentos de AtlĆ”ntico, Cesar y Magdalena, que les incluyan en este proceso de disculpas pĆŗblicas e iniciar acciones de incidencia al reconocimiento a sus derechos a la verdad, justicia y reparación.

Es necesario que las comunidades afectadas y toda la sociedad colombiana, entiendan que estos actos contra la población LGBT, cometidos en el pasado, son inaceptables y totalmente repudiables. En este sentido, corresponde a jueces y fiscales encaminar sus esfuerzos también para visibilizar dicha situación. Sólo de esta forma podremos rechazar en el presente los panfletos amenazantes, que siguen incluyendo a la población LGBT y que circulan por Medellín y AtlÔntico, por la misma violencia de siempre registrada con un nuevo nombre: BACRIM. No quisiéramos que de aquí a unos años tengamos que volver a escuchar las mismas disculpas difusas que hoy escuchamos.

De interƩs:

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