Las cámaras de fotodetección, comúnmente conocidas como fotomultas, son un mecanismo tecnológico instalado en zonas de alta siniestralidad para mejorar la seguridad vial. | Ilustraciones: Juan José Restrepo
Peros al sistema de fomultas y su relación con los derechos humanos
Por: Dejusticia | Marzo 3, 2025
Cada año, al menos 1.19 millones de personas mueren en siniestros viales en el mundo, y el 40% de estos casos están relacionados con el exceso de velocidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Colombia, la situación es similar: en 2024, al menos 8.271 personas perdieron la vida en siniestros viales, siendo el exceso de velocidad una de las principales causas.
La velocidad es un factor clave en la seguridad vial, ya que influye directamente en la gravedad de una colisión, el tiempo de reacción para evitar un obstáculo y la capacidad de mantener el control del vehículo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La Corte Constitucional colombiana también ha reconocido que conducir es una actividad riesgosa.
Para enfrentar este problema, se ha implementado el sistema de fotomultas, pero su aplicación enfrenta desafíos. El nuevo informe de Dejusticia “Desafíos en la aplicación de fotomultas: equilibrando responsabilidad objetiva y sanción individual” analiza estos problemas y propone recomendaciones.
¿Qué son las fotomultas?
Las cámaras de fotodetección, comúnmente conocidas como fotomultas, son un mecanismo tecnológico instalado en zonas de alta siniestralidad para mejorar la seguridad vial. Estas cámaras identifican los vehículos, miden con precisión su velocidad y detectan infracciones, como el exceso de velocidad y el cruce de semáforos en rojo.
¿Funcionan las fotomultas?
Sí. En Bogotá, donde las cámaras de fotodetección están ubicadas en zonas de alta siniestralidad, los accidentes han disminuido un 28 % desde su instalación, según la Secretaría Distrital de Movilidad. Cali es otro ejemplo, pues la instalación de cámaras fijas resultó en una reducción del 19,2 % en todos los siniestros y del 24,7 % en los aquellos con lesiones o fatalidades en las áreas de intervención.
Estas cámaras cumplen funciones clave:
- Previenen accidentes, al disuadir a los conductores de exceder los límites de velocidad en tramos de alta siniestralidad, sabiendo que podrían ser capturados por las cámaras y eventualmente recibir una multa.
- Educan y fomentan una conducción responsable, al promover mayor conciencia sobre las normativas de tráfico y la importancia de respetar las reglas de la carretera.
Desafíos de las fotomultas
El debate jurídico
¿A quién debe sancionarse? Si bien las cámaras de fotodetección registran el vehículo (carro/moto) que comete la infracción, no siempre identifican a la persona que lo conducía en ese momento.
Para las autoridades, es una ayuda el contar con estos mecanismos que facilitan la emisión de comparendos porque posibilita contar con mayores pruebas, ya que la placa del vehículo permite acceder a los datos del propietario. Sin embargo, esto plantea una pregunta clave: ¿qué sucede cuando quien conducía no era el dueño del carro? ¿Es justo sancionar al propietario por una infracción que no cometió?
Este dilema ha sido objeto de debate jurídico. Inicialmente, en 2020, la Corte Constitucional determinó que solo se podía multar si se identificaba específicamente al infractor, bajo la idea de que no se puede castigar a alguien por algo que no hizo. En 2022, el tribunal cambió su postura y estableció que el propietario del vehículo también tiene la responsabilidad de garantizar que quien lo maneje cumpla con las normas de tránsito. Entonces, la Corte estableció que el propietario del vehículo debe ser vinculado al proceso, incluso si no era quien conducía en el momento de la infracción.
El informe de Dejusticia plantea otras preguntas sobre qué pasa con la regla de la Corte en casos atípicos, como por ejemplo, cuando el propietario alega que no eran quien iba conduciendo al momento de la infracción, porque su carro fue robado o usado sin permiso, y el propietario quiere colaborar con las autoridades para dar con el verdadero infractor.
La experiencia de países como España, Gran Bretaña y Alemania podría ser valiosa para Colombia, pues en estas jurisdicciones se ha establecido que los dueños de los vehículos tienen el deber de colaborar con las autoridades para determinar quién estaba conduciendo en el momento de la infracción.
La eficacia
Pese a los esfuerzos presupuestales y técnicos de algunas administraciones locales para implementar estos sistemas de detección electrónica, hasta ahora la aplicación de su cobro es relativamente baja. En Bogotá, por ejemplo, solo un 29 % de los infractores terminaron pagando sus multas entre 2020 y 2023.
¿Cómo mejorar el sistema de fotomultas?
- Más campañas educativas: a pesar de los avances normativos, la desinformación sobre las fotomultas sigue siendo un problema recurrente, lo que convierte la percepción pública en uno de los principales obstáculos para su implementación efectiva. Por eso, es clave acompañar la instalación de las cámaras con información clara sobre su propósito y la importancia de respetar los límites de velocidad, porque finalmente eso se traduce en salvar vidas en las vías.
- Transparencia y acceso a la información: los ciudadanos deben recibir notificaciones claras sobre sus infracciones y tener canales accesibles para apelar cuando corresponda. Esto no solo garantiza el derecho a la defensa, sino que también fomenta una cultura de respeto y cumplimiento de las normas de tránsito.
- Evaluación continua: se necesitan revisiones periódicas y ajustes basados en evidencia para garantizar que el sistema realmente contribuya a la seguridad vial.
- Mayor efectividad en el cobro: una multa que no se paga no cumple su función. Se deben fortalecer los mecanismos para hacer efectivas las sanciones y evitar la sensación de que se puede escapar a las consecuencias de las infracciones de tránsito.
Las fotomultas son una herramienta complementaria, pero crucial, para prevenir siniestros viales. Para que sean más efectivas, se requiere un enfoque integral que combine herramientas tecnológicas con estrategias educativas y de transparencia.