Más allá de las pistas normativas señaladas en esta cartilla, las herramientas para una mayor garantía de estos derechos deberán encaminarse hacia una construcción colectiva. | Ilustraciones: Luisa Cruz
Frente a la tragedia de la prohibición, una guía para proteger los derechos de mujeres que usan drogas
Por: Dejusticia | Octubre 30, 2020
En la discusión sobre derechos sexuales y reproductivos aún les debemos un espacio a las mujeres que usan drogas y a sus necesidades específicas.
Los retos para ejercer la maternidad, la violencia institucional por parte de los prestadores de salud y la precariedad en el acceso a servicios para quienes ejercen trabajo sexual son algunos elementos que atraviesan la vida cotidiana de estas mujeres.
Partiendo del trabajo comunitario de la Corporación Temeride, y en alianza con Dejusticia, presentamos ‘Las tragedias de la prohibición: guía para proteger los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres que usan drogas’, una cartilla construida a partir de los relatos de usuarias en Pereira y Dosquebradas.
En su mayoría, se trata de mujeres entre los 20 y 40 años, que crecieron en ambientes violentos y pertenecen a un contexto de pobreza. Muchas solo cursaron hasta la primaria. Otras más terminaron el bachillerato y tan solo algunas cuentan con algún tipo de educación técnica. Gran parte del grupo se dedica a trabajos precarizados, como ventas informales o trabajo sexual. A su vez, su trayectoria de vida se ha enmarcado en la violencia, el maltrato y la discriminación por parte de los agentes del Estado (como la Policía), de sus comunidades, de los profesionales de la salud e incluso de sus círculos familiares.
“Más o menos tengo unas ocho, seis, siete puñaladas en el cuerpo ya… Bueno… Tres me las hizo mi mamá… Cómo le parece que ella vino a llevárseme los niños, los dos pequeños, ya cuando ya estaban grandes. Ella vino por ellos y yo no dejé y me fui con ella. Y a la semana siguiente empezó a decirme que yo me le estaba comiendo el marido; yo tenía 7 años. Siete años tenía cuando eso pasó, tan… Desde ahí me descarrié”, contó una de las mujeres a quienes entrevistamos.
Nuestra motivación principal para dar a conocer los difíciles testimonios de las mujeres que están en la guía es suscitar cambios institucionales y sociales que eviten tragedias, mitiguen el dolor que han sufrido y eviten que estos ciclos de violencia y victimización sigan ocurriendo.
¿Qué buscamos con la cartilla?
El objetivo de este documento es brindar una guía para entender y garantizar los derechos sexuales y reproductivos de mujeres que todavía están en los márgenes de los cuidados y la discusión pública: cómo se vive la interrupción voluntaria del embarazo y la violencia obstétrica y sexual en su cotidianidad, qué obstáculos encuentran para ser atendidas por infecciones de transmisión sexual o en la anticoncepción, qué normas las protegen y qué normas regulan el trabajo sexual, cuáles son las obligaciones de los prestadores de servicios de salud con ellas y por qué trabajar o vivir en la calle las hace merecedoras de especial protección
La guía está dirigida a un público amplio: funcionarios públicos y privados, profesionales de la salud y personas que usan drogas. Queremos dar una primera aproximación al concepto de estos derechos, a las normas que los protegen y a las situaciones más apremiantes que deben atravesar las mujeres que usan drogas al momento de ejercerlos. El contenido está inspirado en el trabajo de campo que Dejusticia y Teméride realizaron, en septiembre de 2019, con mujeres de Pereira y de Dosquebradas con distintos grados de consumo de drogas. A ellas les agradecemos por compartirnos sus relatos y experiencias.
¿Por qué cobra vigencia?
En la reciente década se ha reconocido, cada vez más, el uso problemático de sustancias psicoactivas como un asunto de salud pública y no de seguridad. Este reconocimiento debe ir acompañado de un mejor entendimiento de los contextos y de las estructuras en los que el consumo ocurre y de qué otras dinámicas sociales y culturales lo favorecen.
El caso particular de la situación de las mujeres usuarias de drogas es aún muy desconocido en el país y, de ese desconocimiento, resultan intervenciones mal diseñadas y poco ajustadas a sus realidades.
Lo mismo sucede en el campo de los derechos sexuales y reproductivos. Mucho más que una agenda aspiracional, se trata de realidades atravesadas por factores que hacen que el ejercicio y la garantía de estos derechos sean un reto diario.
En la intersección de estos dos mundos aspiracionales —el de la salud pública como pilar al abordar el consumo de drogas y el de los derechos sexuales y reproductivos— están estas mujeres, con huellas de trauma y violencia. Las transformaciones institucionales y sociales para no repetir más estos ciclos de victimización son tarea conjunta de las autoridades en salud, de los y las profesionales de la salud y de los pares de la reducción de daños, para nombrar algunos actores.
Más allá de las pistas normativas señaladas en esta cartilla, las herramientas para una mayor garantía de estos derechos deberán encaminarse hacia una construcción colectiva.
Lee la cartilla:
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