Las fronteras son creaciones humanas que buscan establecer uniones pero sobre todo límites. ¿Qué implica ser un pueblo índigena que habita un territorio dividido por una frontera? ¿Qué implica cruzar una frontera si eres una mujer o una persona trans?

Las fronteras son creaciones humanas que buscan establecer uniones pero sobre todo límites. Más que ser una referencia geográfica, las fronteras tienen implicaciones sociales, políticas, culturales y económicas. Estar de un lado u otro de una frontera puede marcar la diferencia en la calidad de vida de una persona y en la garantía de sus derechos. Las fronteras contribuyen a crear comunidades pero también pueden separarlas. Este es el caso de pueblos indígenas transfronterizos, que habitan territorios mucho tiempo antes de que las fronteras modernas fueran establecidas, pero que se convierten en extranjeros en sus propias tierras al cruzar estas líneas imaginarias.   

Las fronteras determinan la posibilidad de habitar y transitar espacios geográficos y se convierten en la puerta que recibe a quienes huyen de sus lugares de origen o en el muro que busca contenerles. A pesar de su importancia, en muchos lugares del mundo las fronteras son territorios que escapan a la mirada de las autoridades y representan un riesgo para quienes se ven obligados a transitarlas. Reconociendo la importancia que tienen las fronteras en los debates globales actuales, esta nueva edición del Boletín Internacional hace un acercamiento a la situación de ciertos grupos que han visto marcadas sus vidas por las fronteras. ¿Qué implica ser un pueblo índigena que habita un territorio dividido por una frontera? ¿Qué implica cruzar una frontera si eres una mujer o una persona trans? Los artículos y blogs de esta entrega evidencian cómo las fronteras y sus dinámicas pueden tener impactos diferenciados en grupos que han sido históricamente discriminados. 

Las dos primeras entradas exploran los impactos de género de la migración y del cruce de fronteras en los contextos latinoamericano y africano. Por un lado, en su artículo “La explotación sexual de mujeres migrantes y refugiadas: respuesta y retos para el Estado”, Lucía Ramírez Bolívar – investigadora de Dejusticia – estudia las violencias, en particular las relacionadas con explotación sexual, que enfrentan las mujeres migrantes y refugiadas venezolanas en Colombia, un panorama que lastimosamente se replica a lo largo de América Latina, imponiendo enormes retos a los Estados de la región y a sus políticas migratorias y de derechos humanos. 

Por otro lado, el blog de Muyenga Mugerwa-Sekawab – fellow del sur global de Dejusticia –  “Gender Identity and Migration in South Africa: A Layered Experience”, analiza los obstáculos, retos y discriminaciones que las personas LGBTIQ+, en especial las personas trans, provenientes de diferentes países africanos enfrentan al solicitar refugio y asentarse en Sudáfrica, intentando escapar de situaciones de persecución y violencia en sus países de origen por cuenta de su identidad de género. Estas dos contribuciones nos permiten caracterizar las dimensiones de género en la migración, al igual que hacer visibles los retos que persisten en materia de derechos humanos de las mujeres y personas LGBTIQ+ migrantes forzadas en el Sur Global. 

La tercera y cuarta entrada del boletín se refieren a los pueblos indígenas transfronterizos, es decir aquellos que han sido divididos por las fronteras de los Estados. La división de sus territorios impide el libre tránsito a través de sus lugares ancestrales, dificulta el relacionamiento de sus comunidades y afecta la unidad de sus sistemas de gobierno. Se trata de un problema muy frecuente a nivel mundial. Las Declaraciones de Naciones Unidas y Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007 y 2016) brindan algunos lineamientos generales para dar respuesta a los problemas que genera la división de los pueblos indígenas a causa de las fronteras nacionales. Sin embargo, se requiere de la acción de los Estados frente al tema. Por ejemplo, mediante la implementación de marcos jurídicos adecuados y concertados con los pueblos indígenas.

Este Boletín presenta dos casos de pueblos indígenas transfronterizos, uno en Colombia y otro en Canadá. El artículo «Pueblos indígenas en movilidad transfronteriza. Un fenómeno desconocido que amerita toda la atención» del columnista invitado Sebastían Hurtado – abogado de la Organización Indígena de Colombia (ONIC) – muestra cómo a pesar de que la Constitución de Colombia reconoce a estos pueblos como binacionales, no ha habido esfuerzos suficientes por parte del Estado para garantizar los derechos que implica dicho reconocimiento. El blog «Straddling Borders: A Journey of Indigenous Identity and Sovereignty» de Autry Johnson, editado por Carmen Mestizo, se refiere al Jay Treaty, suscrito en 1794 entre Estados Unidos y la corona británica (siendo sucesor el gobierno de Canadá), que reconoce derechos a los pueblos transfronterizos. Este blog presenta un caso de renuencia para aplicar dicho tratado que culminó en un ejemplo exitoso de exigibilidad de derechos en el ámbito universitario. 

Los artículos y blogs de esta nueva edición del Boletín Internacional evidencian sólo algunos de los impactos que pueden tener las fronteras en la vida de las personas y las comunidades. Si bien las fronteras han sido históricamente herramientas de división y control, también pueden ser espacios de encuentro y construcción de nuevas formas de comunidad. Para ello es clave que las políticas fronterizas cuenten con un enfoque interseccional que considere las necesidades y los riesgos que enfrentan las diferentes poblaciones que las transitan. ¿Cómo podemos construir un mundo donde las personas puedan moverse libremente y sin riesgos, sin importar su origen o identidad? ¿Qué podemos hacer para que las fronteras no sean muros, sino puentes hacia un mundo más conectado y compasivo? son algunas de las preguntas que nos dejan las entradas de este Boletín.