| Fotos: Adriana Abramovits
¡Llegamos a la COP28! Cuál es nuestra apuesta y qué está en juego
Por: Dejusticia | Noviembre 30, 2023
Las discusiones climáticas se toman la agenda política internacional en la Conferencia de las Partes (COP), la cumbre anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Este año, el evento que irá del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023, se desarrollará en la ciudad de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, en medio de fuertes controversias por tratarse de uno de los principales exportadores de petróleo y por las revelaciones periodísticas recientes sobre su rol en seguir impulsando la industria de combustibles fósiles.
Se espera que en el evento participen más de 70.000 personas, entre ellas jefes de estado, funcionarios gubernamentales, empresarios, pueblos indígenas, académicos, periodistas y organizaciones de la sociedad civil. En colaboración con otras redes y aliados de la sociedad civil, en Dejusticia nos planteamos tres objetivos ante esta cumbre. Primero, fortalecer la conexión entre los derechos humanos y la justicia climática. Segundo, promover una transición justa que ponga las necesidades del Sur Global en el centro. Tercero, impulsar medidas para ampliar el financiamiento climático de forma justa.
Con la urgencia de que los principales responsables de la crisis climática trasciendan la retórica del discurso, nos unimos a la exigencia por establecer compromisos reales que prioricen las perspectivas de los países y las personas más afectadas.
La emergencia climática es el eje articulador del trabajo en las diferentes líneas y áreas de Dejusticia, por lo que la COP28 es un espacio crucial de aprendizaje, intercambio e incidencia. Por medio de eventos y alianzas estratégicas promoveremos la necesidad de llegar a acuerdos que pongan en el centro a la periferia e impulsaremos un conjunto de demandas para asegurar el cumplimiento de los compromisos climáticos y el financiamiento de una transición justa.
¿Qué se está jugando en la COP 28?
- Un balance global realista que permita corregir el rumbo: en la COP 28 se realizará la primera evaluación sobre el avance de las naciones para alcanzar los propósitos de largo plazo del Acuerdo de París, incluida la meta de limitar, mediante una reducción del 43% en la emisión de gases de efecto invernadero para 2030, el aumento de la temperatura del planeta a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales. Este balance es indispensable para identificar los progresos y fallas que permitan avanzar hacia una acción climática en línea con estas ambiciones.
- Una meta global de adaptación que priorice las necesidades del Sur Global: cada año los impactos del cambio climático en América Latina y el Caribe y otras regiones del Sur Global se vuelven más severos y la necesidad de adaptación se vuelve más urgente. Poner a la naturaleza, las personas, las vidas y los medios de subsistencia en el centro de la acción climática, implica ayudar a las comunidades más vulnerables a adaptarse al cambio y establecer compromisos específicos para hacerles seguimiento. Los esfuerzos para lograr la Meta Global de Adaptación deben acelerarse, teniendo en cuenta las demandas de los países más afectados.
- Un fondo de pérdidas y daños que no reproduzca errores del pasado: la COP27 avanzó en un acuerdo para crear un Fondo para Pérdidas y Daños. La COP28 debe definir la forma que tomará dicho fondo, para garantizar el acceso directo a las poblaciones vulnerables y responder a las prioridades de los países del Sur Global. Esto implica que el fondo tenga una estructura independiente, y que el financiamiento sea adicional a los recursos destinados a la mitigación, la adaptación o la ayuda humanitaria.
- Una transición energética justa y equitativa: lograr una transición hacia las energías renovables que reduzca considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2030, implica el abandono progresivo del uso de combustibles fósiles. La transición hacia fuentes renovables de energía no debe darse a costa de la biodiversidad, las comunidades o los saberes indígenas. En este punto es importante asegurar la inclusión de los grupos tradicionalmente marginados, como los pueblos indígenas. Las transiciones justas reducen la pobreza, la inequidad económica, la exclusión social, y se articulan con la justicia climática internacional.
- Metas colectivas y cuantificables para el financiamiento climático: la reducción significativa de emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) requiere de importantes inversiones. Los países más ricos deben cumplir con el compromiso de transferir 100 mil millones de dólares anuales y reafirmar que el monto total acumulado para 2025 asciende a 600 mil millones de dólares. La COP 28 debe avanzar en la definición de metas verificables más ambiciosas, así como en compromisos concretos para reformar la arquitectura financiera global e impulsar un pacto fiscal internacional que evite que la deuda de los países del Sur Global aumente.
Esperamos que este espacio afiance los compromisos internacionales relacionados con la necesidad de una planificación estratégica integral sobre el financiamiento climático. Desde Dejusticia, asistiremos a espacios de deliberación sobre la transformación de los sistemas alimentarios; las distintas perspectivas de adaptación, mitigación, y pérdidas y daños; así como la búsqueda de soluciones inclusivas ante la movilidad humana. También participaremos en espacios de diálogo con pueblos indígenas, mujeres y jóvenes para impulsar la búsqueda de soluciones climáticas en los países más vulnerables a los cambios del clima y la afectación en las comunidades.