|
Los retos de la nueva Fiscal
Por: Rodrigo Uprimny Yepes | Diciembre 6, 2010
VIVIANE MORALES NO VA A TENER mucho tiempo para celebrar su elección como Fiscal General, pues los retos que va a enfrentar son variados y difíciles. Es imposible analizarlos todos en una columna, por lo que destaco los cuatro que me parecen más importantes.
Primero, la nueva Fiscal tiene que mostrar independencia. Muchas de las investigaciones más sensibles que deberá afrontar la Fiscalía tienen que ver con abusos gubernamentales (como las chuzadas del DAS) o involucran a políticos, como en la parapolítica. Viviane Morales fue congresista durante muchos años. Ha sido también cercana al ex presidente Uribe y al actual gobierno. Nada de eso es en sí mismo malo, pero Morales tendrá que mostrar que su trayectoria política y sus vínculos personales no afectan su independencia como Fiscal.
Segundo, la nueva Fiscal tendrá que desarrollar una política de investigación coherente, cuidadosa y orientada estratégicamente, a fin de enfrentar los problemas muy serios que tiene actualmente la investigación criminal.
Sin lugar a dudas la Fiscalía tiene muchos funcionarios comprometidos que logran a veces resultados muy valiosos. Pero en general el panorama de la investigación criminal en Colombia es malo: por ejemplo, el sistema penal acusatorio ha funcionado bien para las flagrancias, pero los otros casos difícilmente llegan a imputación, lo cual significa que quedan en una fase investigativa (la indagación), que no tiene términos ni mayor control.
La situación tampoco es buena frente a la criminalidad organizada, como el narcotráfico o las redes de corrupción, y los “crímenes de sistema”, esto es, las atrocidades cometidas no por individuos aislados sino por aparatos de terror, como los paramilitares o las guerrillas. Algunas unidades especializadas de la Fiscalía han avanzado en el diseño de estrategias más sistemáticas frente a estos crímenes y eso es positivo; pero muchos fiscales siguen investigando estos delitos en forma reactiva y aislada, como si fueran un hecho pasional, por lo cual, en el mejor de los casos, las investigaciones logran señalar a los autores materiales, pero no avanzan más allá.
La nueva Fiscal tiene entonces que diseñar una estrategia global de investigación que racionalice los recursos limitados de la entidad y logre resultados frente a los crímenes de sistema y la criminalidad organizada. Sólo así evitaríamos un posible colapso de la investigación penal.
Algunos podrían objetar que mi visión es tremendista y que la situación no es tan mala. Ojalá así sea. Pero lo cierto es que no hay forma de resolver la controversia, pues no hay buena información sobre la Fiscalía. Y eso tiene que ver con el tercer desafío de la nueva Fiscal y es la necesidad de aumentar la transparencia y la rendición de cuentas de la entidad. Hasta ahora la institución ha sido muy reacia a dejarse evaluar. Obtener información sobre su funcionamiento es muy difícil y eso es grave, pues impide que haya diagnósticos serios sobre el sistema penal, lo cual dificulta un debate democrático informado sobre la política criminal.
La sola elección de una mujer como Fiscal General es ya un avance significativo para la equidad de género. Pero Viviane Morales debe mostrar que ese hecho tiene además implicaciones prácticas en la gestión de la entidad. El cuarto reto es entonces que la Fiscalía incorpore en todos sus niveles y labores una verdadera perspectiva de género, para que, por ejemplo, haya avances reales en la investigación de crímenes ignorados, como la violencia sexual en el conflicto armado.
Viviane Morales haría un aporte muy significativo a nuestra precaria democracia si logra que la Fiscalía sea más independiente y transparente y cuente con una estrategia de investigación coherente y sensible al género.