Pastora Mira, lideresa de víctimas de San Carlos y una de las fundadoras del CARE. | Fotos: Cortesía CARE y Comisión de la Verdad
“No estamos hablando de maletas, es la memoria de las víctimas”: Pastora Mira sobre la medida que pedía desalojar el CARE
Por: Dejusticia | enero 22, 2022
La memoria del oriente antioqueño podría estar en riesgo. El pasado 18 de enero, las víctimas que lideran el Centro de Acercamiento para la Reconciliación y Reparación (CARE) del municipio de San Carlos se encontraron con una notificación que les ordenaba desalojar el lugar antes del 31 de enero.
La decisión de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) tomó por sorpresa a las víctimas y a la comunidad de San Carlos. Y aunque el 21 de enero la SAE anunció la cancelación de la diligencia, aún no ha decidido qué pasará con el inmueble.
No se trata simplemente de gestionar una mudanza; la casa donde funciona el CARE es un lugar emblemático para la memoria de San Carlos. Por eso, las representantes de víctimas han propuesto que se traslade la propiedad del edificio al municipio.
Este lugar pasó de ser un centro de tortura paramilitar a convertirse en 2008 en el lugar donde víctimas y victimarios se miran de frente en un intento por reconciliar las fracturas que dejó el conflicto. Hoy tiene cinco salas de memoria con murales, fotografías y pinturas que han elaborado los y las sobrevivientes del conflicto como parte de su duelo.
Desde que se conoció la decisión, las víctimas de San Carlos, así como la Red Colombiana de Lugares de Memoria y la Comisión de la Verdad, se han pronunciado para pedirles a las autoridades que protejan la memoria del conflicto.
Desde el Programa Paiis de la Universidad de los Andes y Dejusticia nos unimos a este llamado. Para entender mejor la importancia del CARE y la gravedad de esta decisión, conversamos con Pastora Mira, lideresa de víctimas de San Carlos y una de las fundadoras de este Centro.
¿Qué está pasando con el CARE de San Carlos? ¿Por qué está en riesgo?
Desde el año pasado escuchamos rumores diciendo que lo estaban poniendo a la venta. El 18 de enero llegamos y encontramos a un joven pegando una notificación (de la SAE) en la puerta que decía que el 26 de enero reciben el inmueble de forma voluntaria y, si no, el 31 debemos desalojar.
Este lugar no solamente alberga el CARE, sino que otras 10 organizaciones tienen su sede administrativa acá. Los afectados somos muchísimos. Por eso hemos convocado a la solidaridad de todos para tratar de reversar la medida, para que no seamos despojados de esta manera del derecho a la memoria.
¿Les explicaron el trasfondo de la decisión?
Hasta el 21 de enero nadie nos había dado la cara. Lo único que sabemos es por el papel que está fijado en la puerta. Luego recibimos la notificación de que se cancela la diligencia y tendremos una reunión con la SAE el lunes 24.
¿Por qué es tan importante el CARE para San Carlos y para la memoria del oriente antioqueño?
El CARE ha desarrollado una estrategia de memoria a fin de que las nuevas generaciones conozcan lo que nos pasó y tengan la capacidad de tomar mejores decisiones. Hemos trabajado con jóvenes en resolución pacífica de conflictos, con las mujeres en elaboración de duelo y en emprendimiento. Como este, debería haber muchos espacios donde la sociedad pueda congregarse para escucharse con tranquilidad y con dignidad.
¿Cuál cree que ha sido el momento más especial que han vivido en el CARE?
El primer paso fue el acompañamiento psicosocial a víctimas y victimarios para mejorar la convivencia en el territorio. Aquí se adelantó el proceso de reintegración con el bloque Héroes de Granada y el restablecimiento de los derechos de las víctimas. Hemos logrado que haya rutas claras para la participación de las víctimas y para que el Estado cumpla su responsabilidad.
Si les ofrecieran otro lugar dentro del municipio como sede del CARE, ¿qué dirían?
¿Otro lugar? Sí, los jóvenes pueden tomarlo. Pero yo, Pastora Mira, que he acompañado este proceso, no bajo ni un cuadro de las paredes porque no son míos, son la forma como las víctimas elaboraron su duelo y contaron su historia. No estamos hablando de maletas, de cajas de cartón. Es la memoria de las víctimas.
Este lugar es absolutamente emblemático por lo que pasó acá. San Carlos vio cómo se cocinó el conflicto cuando este lugar se convirtió en un comando paramilitar. Y ahora es el espacio donde nos hemos encontrado para reconstruirnos y seguir adelante después del conflicto.
Además todavía hay una historia sin desenredar en este lugar. Hay personas que llegaron aquí pero no aparecen vivas ni muertas. ¿Qué pasó en este lugar con ellas?
¿Cuál ha sido la reacción de las víctimas del municipio desde que conocieron esta decisión?
Las organizaciones que tienen su espacio acá también están supremamente preocupadas, tristes. Nos reunimos con el consejo municipal de paz y con la mesa de víctimas. La Alcaldía también se sumó y nos respaldó con un comunicado.