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El 28 de octubre dialogamos sobre los alcances de la Paz Total con investigadores, docentes y defensores de DD.HH el Caribe colombiano. | Rafael Bossio.

Paz total: 5 preguntas y respuestas desde el Caribe colombiano

¿Qué es la Paz Total? ¿Cómo se aterriza esta ambiciosa apuesta que ya es Ley de la República? Conversamos sobre sus retos, oportunidades y alcances con expertos y expertas del Caribe colombiano.

Por: Noviembre 12, 2022

La Paz Total ya es Ley de la República. El 4 de noviembre, el Presidente Petro sancionó la Ley 418, que establece el marco jurídico para adelantar negociaciones simultáneas con distintos grupos armados. En menos de tres meses, el Gobierno logró sacar adelante esta propuesta en el Congreso. Sin embargo, siguen en el aire muchas preguntas sobre cómo se aterrizará este ambicioso proyecto. 

A continuación respondemos algunas preguntas claves para entender los alcances, retos y oportunidades de la Paz Total. Las respuestas son producto del Coloquio Regional de deliberación sobre Paz Total que realizamos el pasado 28 de octubre en Cartagena junto a la Universidad Tecnológica de Bolívar y la Universidad del Norte. En él participaron docentes, investigadores y defensores/as de derechos humanos del Caribe colombiano. 

1. ¿Qué es la Paz Total?

Es una propuesta del gobierno Petro para negociar de forma simultánea con distintos grupos armados en todo el país. Esto implica una negociación en tres niveles, como explicó Ivonne Díaz, coordinadora de Regionalización de Dejusticia: 

  • Diálogo con grupos insurgentes que tienen origen político, como el ELN.
  • Diálogo con grupos de delincuencia común, vinculados al narcotráfico, como el Clan del Golfo.
  • Diálogos entre colombianos, que se materializan en los llamados Diálogos Regionales Vinculantes. Estos encuentros están teniendo lugar en todo el país y buscan recoger insumos de cara al Plan Nacional de Desarrollo. 

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2. ¿Qué antecedentes hay en Colombia?

Aunque el término “paz total” es novedoso, las negociaciones masivas y simultáneas con varios grupos armados en distintas partes del territorio ya han ocurrido antes. Así lo explicó Armando Mercado, profesor de la Universidad Tecnológica de Bolívar. 

Belisario Betancur fue el primero en intentarlo al negociar con siete actores armados, incluyendo el ELN, el M-19 y las FARC. Luego Virgilio Barco retomó esos esfuerzos al intentar negociar con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, que agrupaba varias organizaciones insurgentes. De ese proceso se desmovilizaron el M-19 y buena parte del EPL. Finalmente, César Gaviria concretó el fin del conflicto con el Quintín Lame, la Corriente de Renovación Socialista, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, entre otros.

Entonces, ¿qué es realmente nuevo en esta propuesta? En este caso el contexto internacional es distinto, los actores armados tienen una naturaleza más compleja y existen unas economías de guerra más globalizadas.

3. ¿Qué sabemos hasta ahora?

El punto de partida normativo de la Paz Total es la prórroga a la Ley de Orden Público (418 de 1997). Paola Molano, coordinadora de Justicia Transicional en Dejusticia, explicó algunas de sus particularidades, a partir del proyecto que había sido aprobado en el Senado en ese momento:

  • Establece dos mecanismos diferenciados para llegar a acuerdos con los grupos armados. Por un lado, las negociaciones con los grupos armados de corte político para llegar a acuerdos de paz. Por otro lado, los acercamientos con otro tipo de grupos armados con el fin de lograr el sometimiento a la justicia.
  • Crea una instancia de alto nivel para el estudio y la caracterización de las estructuras armadas organizadas. Esta entidad tiene participación del Ministerio de Defensa, la Dirección de Inteligencia y el Alto Comisionado para la Paz.
  • Establece la posibilidad de alcanzar e implementar acuerdos parciales.
  • Plantea beneficios políticos, legales y económicos para estos grupos, condicionados al desarme, la desmovilización, la colaboración con la justicia y la voluntad de reincorporación. También exigen que se aporte información suficiente para el desmantelamiento de economías ilegales.
  • Establece regiones de paz para adelantar los diálogos con los grupos armados. Se priorizan: las 16 subregiones de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), los 334 municipios de las Zonas más Afectadas por el Conflicto (Zomac), los territorios étnicos y otras zonas con débil presencia del Estado. 
  • Crea la figura de comisionados de paz regionales para facilitar el diálogo con la comunidad y consolidar los acuerdos. Estos actuarán bajo la directriz del gobierno central. 

4. ¿Qué desafíos implica?

Aunque Colombia tiene experiencia en negociaciones de paz masivas, este es un proceso que implica varios desafíos. Luis Trejos, profesor de la Universidad del Norte, prioriza tres. “Generar mecanismos para hacer una verificación simultánea de distintos ceses al fuego, lograr el acompañamiento de la comunidad internacional y la participación activa de las comunidades y los actores legales que han estado ligados a dinámicas de violencia”.

También se discutieron los retos relacionados con los Diálogos Regionales Vinculantes. Para Ivonne Díaz, estos “corren el riesgo de convertirse en una estrategia populista, porque no parece haber coherencia entre el objetivo de recoger insumos para el Plan de Desarrollo y la metodología de los encuentros”. En el mismo sentido, Muriel Jiménez, de la Universidad del Atlántico, reconoció que estos espacios son positivos pero “están asistiendo los mismos sectores que eligieron al Presidente”. Esto podría llevar a que esa llamada paz total sea incompleta, “que sea entre los mismos”.

Jiménez también advirtió algunos errores del pasado que no deberían repetirse. Por ejemplo, “el divorcio con las políticas de defensa” y la ausencia de diálogo con sectores políticos amplios. 

Otro desafío transversal tiene que ver con la seguridad en los territorios, como lo destacó Julia Eva Cogollo, lideresa del Movimiento por la Paz e integrante del Comité de Seguimiento de la CEV. “Que el efecto de la paz total se vea en la cotidianidad de las comunidades y que esté acompañada de protección institucional, que casi siempre ha fallado”.


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Una necesidad de la Paz Total es la caracterización de los grupos armados, sus dinámicas, el daño causado y las víctimas. Así lo expresó Margarita Jaimes, de la Defensoría del Pueblo: “La violencia no es de los actores armados contra el Estado, es contra la población civil. ¿Qué se negociará? Esa mirada es muy regional. Lo que ocurre en el Cauca no es lo mismo que ocurre en el Caribe. Esto debe pensarse en clave de daños y de quiénes son las víctimas”.

En esta inquietud por los estándares de justicia y los derechos de las víctimas coincide Rodrigo Uprimny, cofundador de Dejusticia. Así lo expresó en su columna del 6 de noviembre: “El Gobierno ha señalado que la paz total respetará los derechos de las víctimas y que habrá justicia (…) Eso es fundamental: una paz sin justicia y sin tomar en cuenta a las víctimas es hoy insostenible. Pero es aún muy abstracto, pues tenemos vigente el Acuerdo Final de Paz que concretó unos estándares de justicia frente a crímenes de guerra y de lesa humanidad (…) Muchos estamos convencidos de que no podemos retroceder frente a esos estándares integrales”.

5. ¿Qué no puede faltar en el proceso de paz total?

  • La dimensión territorial. Para Gloria Isabel Ocampo, investigadora del conflicto armado en Córdoba, “es clave pensar lo territorial como el ámbito donde se da el conflicto, donde se da el encuentro del Estado con los ciudadanos. La manera como se ha construido el Estado en los territorios incidió en el origen de los conflictos y debe incidir en la manera de solucionarlos”. 
  • Abordar la violencia estructural. Ricardo Esquivia, Director de Sembrando Paz y Premio Nacional de DDHH, «Los procesos de paz van dirigidos a detener la violencia armada y se olvida la violencia estructural. El acuerdo con las FARC obligó a eso pero no había un interés real. Entonces el desarme salió bien pero lo demás (como los PDET) quedó ahí».
  • Caracterizar a los actores armados. Varios participantes coincidieron en la necesidad de caracterizar a los distintos grupos armados con los que se negociará, pues no operan de la misma forma. Ángela Rodriguez, de Taller Prodesal: “Los actores armados se organizan y operan de acuerdo al territorio. A partir de allí es importante establecer unos objetivos y metas concretas sobre qué significa para el Estado la paz total y qué coherencia hay entre los conceptos estatales y los objetivos territoriales”.
  • Impulsar la Comisión de Seguimiento y Monitoreo del informe final de la CEV. Arturo Zea Solano, integrante del Espacio Regional de Construcción de Paz de Montes de María, aseguró que estos procesos de paz deben vincularse con las recomendaciones de la Comisión de la Verdad: “¿Cómo vamos a hacer para que las 63 recomendaciones de la CEV se puedan territorializar? Ya se radicó el primer proyecto para que los campesinos sean sujetos políticos, pero ¿cómo se evidencia eso en los territorios?, ¿cómo van a sentir sus efectos? Eso es lo que necesitamos, que se haga el cruce entre las 63 recomendaciones y las necesidades que tiene el territorio”.

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