En los últimos dos meses, al menos 112 países restringieron las reuniones públicas, 33 restringieron la libertad de expresión y más de ochenta países han declarado estados de emergencia.
Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la Covid-19 como una pandemia, tanto los gobiernos más democráticos, como los más autoritarios han adoptado medidas de emergencia que, aunque son necesarias para paliar la crisis sanitaria, por su misma naturaleza restringen las libertades civiles y políticas, los espacios democráticos, lo cual nos pone de cara a la clásica dicotomía entre seguridad y democracia. En los últimos dos meses, al menos 112 países restringieron las reuniones públicas, 33 restringieron la libertad de expresión y más de ochenta países han declarado estados de emergencia.
En este texto se analizan los efectos de las medidas tomadas por los gobiernos para contener la pandemia del coronavirus en los espacios democráticos. En la primera parte se hace un recuento de las afectaciones más graves al espacio cívico por causa de las diferentes respuestas que han tenido los gobiernos, con un enfoque especial en los del Sur Global y, en particular, en los países donde las democracias son frágiles o están bajo un Gobierno autocrático o populista. En la segunda parte, se presenta una serie de recomendaciones dirigidas a la sociedad civil, teniendo en cuenta las diferentes iniciativas de movilización social y de solidaridad que han surgido desde el comienzo de la crisis sanitaria.
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