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Puntos focales de una conversación global
Por: Carlos Andrés Baquero Díaz | septiembre 11, 2017
Durante las últimas seis semanas, con mi colega Camila Soto, hablamos con las y los líderes indígenas que se presentaron al Primer taller global sobre estrategias en derechos humanos para líderes indígenas, que están organizando el ODR, el Centro de Información de la Consulta Previa y Dejusticia. En las llamadas conversamos con líderes de contextos muy distintos: filipinos que con un alto grado de experimentación están incluyendo acciones internacionales dentro de sus estrategias de movilización, líderes indias que enfrentan el discurso –y las prácticas- de odio en contra de su comunidad que se reivindica como indígena y musulmana, autoridades kenianas que le piden al Estado que les devuelva las tierras que les quitó para convertirlas en safaris y representantes de comunidades maya que se oponen a que la Península de Yucatán sea un gran campo de soya transgénica.
Antes de resaltar las particularidades de cada una de las experiencias, me interesa proponer un punteo sobre los temas comunes que caracterizan la agenda global del movimiento indígena. En parte trazar las preguntas, estrategias y soluciones similares que están viviendo los pueblos indígenas y sus organizaciones es, al mismo tiempo, una apuesta por una conversación común. Acá presentaré tres de los focos de encuentro que se colaron en el diálogo con los más de 50 líderes.
Una mujer Ladakhi, parte de un grupo étnico del Tiber. 1992. Credito: Photoksar, India. UN Photo/F Charton.
1. Expandir las categorías del derecho para incluir las identidades indígenas.
El primer punto recurrente es cuánto de la identidad indígena recoge el derecho estatal y cuánto deja por fuera. En palabras de un líder de Burundí “la categoría pueblos indígenas no dice nada en nuestro contexto pero, en el escenario internacional la tenemos que usar para buscar la protección”. Ese debate que en África tiene una de las caras más visibles, también se replica de manera similar en Perú donde el Estado publicó una lista en la que definió quiénes eran indígenas y quiénes no. Un conjunto de organizaciones indígenas y derechos humanos peruano demandó esta política y desde Dejusticia, junto a las universidades de Stanford, Católica del Perú y los Andes, presentamos un amicus curiae apoyando la inconstitucionalidad de la base de datos.
El punto común en cada uno de los casos es que el derecho del estado sólo reconoce unas formas de ser indígena. Cuando las formas estatales se vuelven prácticas, muchos de los pueblos no pueden desarrollar libremente los proyectos de vida con los que sueñan. Sea imponiendo una categoría descontextualizada o decretando quiénes son indígenas, el derecho estatal es una de las herramientas preferidas de los gobiernos para reducir el espectro de protección de estas comunidades. Por tanto, uno de los esfuerzos globales podría concentrarse colectivamente en expandir las categorías y hacerle cada vez más fisuras a las definiciones monolíticas y estáticas que se han desarrollado en los sistemas jurídicos estatales para responder a la cuestión indígena.
Niños indígenas en Camboya rural. Foto: Creative Commons ILO/Sophal Yin
2. La lucha por la tierra: titulación y uso de los territorios indígenas.
Los pueblos indígenas han luchado históricamente por la titulación colectiva de sus territorios. Por ejemplo, en Centroamérica, han desarrollado programas en los que muestran que la titulación colectiva no sólo tiene efectos positivos sobre las comunidades indígenas sino que al mismo tiempo es una medida efectiva para proteger el ambiente. Algo similar, de acuerdo a las personas entrevistadas, se ha hecho en Cambodia donde se están construyendo proyectos colaborativos entre las diferentes comunidades que viven en los bosques para proteger la tierra y garantizar la titulación a favor de los indígenas.
Sin embargo, la agenda clásica a favor de la titulación se hizo mucho más compleja en las conversaciones con los líderes amazónicos porque ellos también se están preguntando qué hacer con la tierra que se les ha reconocido. Los pueblos indígenas no sólo están interesados en obtener los títulos de propiedad sino en desarrollar proyectos que les permitan ser autónomos alimentariamente, proteger especies en peligro u obtener fibras materiales para la fabricación de artesanías.
Así, uno de los puntos centrales para la movilización puede concentrarse en la pregunta doble sobre los derechos territoriales: garantizar la propiedad y la capacidad para usar los recursos naturales que se encuentran en sus tierras.
3. Los pueblos indígenas proponen otros modelos económicos y otras relaciones con la naturaleza.
Un último foco compartido fueron las estrategias que usan los pueblos indígenas para desestabilizar la supremacía del concepto de desarrollo y la hegemonía del poder estatal para tomar decisiones. En Nepal y Uganda muchas de las acciones que hacen los pueblos indígenas son para “mostrar que el concepto de desarrollo del estado y las empresas nos está matando”, como nos dijo una líder ugandesa cuando le pregunté por el proyecto económico de su país.
Y junto a la discusión económica viene el poder de decisión. En la mayoría de las ocasiones, cuando la conversación giraba hacia el extractivismo, siempre llegábamos al poder de quién habla por quién. Líderes de Bolivia, Sudáfrica y Pakistán recalcaron que buscan que el Estado proteja su derecho a decir que no. Con eso, aunque siguen dándose muchas referencias al derecho a la consulta, la mira de los pueblos parece ir enfocándose cada vez más en el consentimiento.
Lider indigena Cofán, Emergildo Criollo huele el río contaminado de petróleo cerca de su casa en la selva amazónica. El pueblo de Cofán ha sufrido numerosos problemas de salud y medioambientales debido a la producción de petróleo en sus tierras por Texaco (ahora Chevron) a finales de los años sesenta. Foto: Caroline Bennett / Rainforest Action Network
La conversación global de los pueblos indígenas podría mezclar las dos estrategias. Al tiempo que muestran globalmente los efectos inequitativos e injustos del modelo económico extractivo, pueden ir posicionando con más fuerza su derecho a decir sí o no.
Actualmente hay mucha esperanza en impulsar los puntos comunes de la agenda global de los pueblos indígenas que funde preguntas y acciones por la identidad, la tierra y el desarrollo. Al fin y al cabo el mundo lleva siglos silenciándolos y abriendo campo a las dragas, las minas y los oleoductos “¿No será que llegó el momento de abrazar [una] relación holística entre el hombre y la naturaleza como la de nuestros pueblos indígenas?” Al menos, esa es la apuesta de una líder ecuatoriana que participará en el Taller.
Foto destacada: OXLAEY.com