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¿Revive la utopía? Entrevista para Semana.com
Por: César Rodríguez Garavito (Se retiró en 2019) | noviembre 12, 2005
Cuando ya se daba prácticamente por muerta, la izquierda ha resucitado con fuerza en América Latina. Tienen la presidencia de Venezuela, Argentina, Brasil y Uruguay, y las alcaldías de Bogotá, México D.F., Montevideo, Caracas y Belo Horizonte. Todas las semanas los movimientos populares son noticia: los indígenas ecuatorianos tumban un presidente (o tres), los piqueteros de Argentina presionan las políticas neoliberales del cono sur, los campesinos bolivianos bloquean un tratado, los sin tierra brasileños recuperan vastas extensioCuando ya se daba prácticamente por muerta, la izquierda ha resucitado con fuerza en América Latina. Tienen la presidencia de Venezuela, Argentina, Brasil y Uruguay, y las alcaldías de Bogotá, México D.F., Montevideo, Caracas y Belo Horizonte. Todas las semanas los movimientos populares son noticia: los indígenas ecuatorianos tumban un presidente (o tres), los piqueteros de Argentina presionan las políticas neoliberales del cono sur, los campesinos bolivianos bloquean un tratado, los sin tierra brasileños recuperan vastas extensiones de tierra. Todos estos episodios forman parte de un solo fenómeno: el resurgimiento de una nueva izquierda, más pragmática que los partidos comunistas de antaño, más democrática y más distante de las guerrillas.
Editorial Norma acaba de publicar un libro editado por tres académicos latinoamericanos – Cesar A. Rodríguez, Patrick S. Barrett y Daniel Chávez- que de manera desapasionada y poco mamerta intenta hacer un balance serio y bien documentado de los nuevos movimientos, partidos y gobiernos de izquierda en América Latina. El título es La nueva izquierda latinoamericana: orígenes y trayectoria futura. Juanita León, editora de SEMANA.COM, entrevistó al sociólogo César Rodríguez, quien escribió el capítulo sobre Colombia, sobre la nueva izquierda. Este jueves 5 de mayo a las 5 de las tarde, él será uno de los invitados principales al chat: ¿tiene la izquierda futuro en Colombia?
SEMANA.COM: ¿Cuáles son las características esenciales de la nueva izquierda latinoamericana? ¿En qué se diferencia con la vieja izquierda?
César Rodríguez: En el libro se entiende por ‘nueva izquierda’ el conjunto de partidos, gobiernos y movimientos sociales que han surgido o llegado al poder desde los años 90. La izquierda que analizamos es ‘nueva’ porque es ‘reciente’, no porque sea necesariamente mejor o peor que la ‘vieja izquierda’ que la precedió. Teniendo en cuenta esta aclaración, concluimos que la nueva izquierda en los ocho países estudiados es más plural en sus formas organizativas y en sus bases sociales, más enraizada en la sociedad civil, más centrada en la defensa de la democracia y más ‘reformista’ que la izquierda de épocas pasadas.
SEMANA.COM: ¿A qué se debe su surgimiento en los últimos años?
C.R.: Al desencanto generalizado con el neoliberalismo, a la crisis de los sistemas partidistas tradicionales (como el bipartidismo uruguayo, venezolano y colombiano) y al resurgimiento de los movimientos sociales latinoamericanos y mundiales.
SEMANA.COM: ¿Fue entonces prematuro el diagnóstico sobre el triunfo del neoliberalismo?
C.R.: Sí. Hace 25 años Margaret Thatcher advertía que no había alternativa al neoliberalismo. Hace 15 Francis Fukuyama anunciaba el fin de la historia. Y hace 10 Jorge Castañeda no veía una alternativa muy distinta para la izquierda. Todos estaban equivocados.
SEMANA.COM: Entre lo que hace Lula en Brasil o Lagos en Chile y Chávez en Venezuela hay una gran distancia. ¿Qué los hace a todos de izquierda?
C.R.: La izquierda, como todo sector político, es diversa. La nueva izquierda es plural y hay divergencias obvias de estilo y matices ideológicos. Pero existen puntos comunes claros, como el énfasis en las políticas sociales y en políticas internacionales que fortalezcan la integración latinoamericana y la autonomía regional frente a Estados Unidos.
SEMANA.COM: ¿Está de acuerdo con lo que dice Joaquín Villalobos de que hay dos izquierdas en el continente: una religiosa liderada por Fidel y Chávez y una pragmática?
C.R.: El libro muestra que esta distinción es simplista. Si se quiere ser riguroso desde un punto de vista descriptivo y se mira la multitud de movimientos, partidos y gobiernos de izquierda, la conclusión es que no hay dos sino muchas izquierdas. Esto no significa que no haya rasgos comunes entre ellos.
SEMANA.COM: ¿Cuál es la posición de la nueva izquierda sobre la lucha armada y la combinación de todas las formas de lucha?
C.R.: Con el declive de las guerrillas centroamericanas, sellado con la derrota sandinista en las elecciones de 1990, se cerró el ciclo ascendente de la izquierda armada. Los partidos y movimientos que han avanzado desde entonces se concentran en las vías no armadas de las elecciones y la protesta.
SEMANA.COM: ¿Pero creen en la combinación de las formas de lucha, incluida la armada, o ya no?
C.R.: No. Los partidos y movimientos que analizamos en el libro no tienen la lucha armada como una alternativa. Y en el Foro Social Mundial no se aceptan organizaciones armadas.
SEMANA.COM: ¿Qué tanto margen de maniobra tienen los gobiernos de izquierda para hacer las cosas de otra manera dadas las restricciones impuestas por la comunidad económica internacional?
C.R.: La herencia del neoliberalismo es una estrecha camisa de fuerza para la izquierda. Sin embargo, varios gobiernos locales (como los del PT en Brasil, los del Frente Amplio en Uruguay y los del Polo en Bogotá) y nacionales (como el de Kirchner en Argentina) han mostrado que queda margen de maniobra para profundizar las políticas sociales.
SEMANA.COM: ¿Renunció la izquierda al socialismo? ¿Cuál es su relación con el mercado?
C.R.: El socialismo entendido como una economía centralizada dejó de ser parte de la agenda de la izquierda. Dentro de la economía de mercado, sin embargo, los partidos y movimientos proponen reformas profundas, como los presupuestos participativos en las ciudades y la renegociación de la deuda y una alternativa al Alca.
SEMANA.COM: ¿Qué rol juega el Foro Social Mundial frente a la izquierda?
C.R.: El Foro Social Mundial -y los foros sociales regionales y temáticos- se han convertido en el principal punto de encuentro y el símbolo de la nueva izquierda global.
SEMANA.COM: ¿Qué tanto juego tiene Fidel Castro sobre la izquierda del continente?
C.R.: En los países analizados, con excepción de Venezuela, la figura personal de Fidel Castro no tiene una influencia considerable en la izquierda. El mantenimiento de la soberanía de Cuba y la continuación de las relaciones de ésta con América Latina, sin embargo, sí son propósitos comunes a la izquierda de los distintos países.
SEMANA.COM: ¿Qué tanto influye Chávez y qué tanto Lula?
C.R.: Los dos tienen mucha influencia sobre el resto de la izquierda regional. Lula tiende a ser mirado con simpatía por los sectores de centroizquierda en el gobierno, mientras que Chávez tiene bastante acogida entre movimientos sociales como los Sin Tierra en Brasil o los piqueteros argentinos.
SEMANA.COM: ¿Es indispensable para los gobiernos de izquierda oponerse a Estados Unidos? ¿Qué costos pagan por ello?
C.R.: En la medida en que los gobiernos de izquierda se oponen a la intervención estadounidense en América Latina y promueven la integración regional, chocan contra la política exterior de ese país, especialmente bajo el gobierno Bush. El costo que esto implique depende de las prioridades de la política exterior norteamericana.
SEMANA.COM: ¿Qué alternativa al Alca proponen los gobiernos de izquierda?
C.R.:Existen varias, desde un ‘Alca light’, propuesto por Lula, que implicaría un integración gradual con compensaciones para los sectores afectados, hasta la alternativa más radical del Alba (Alternativa Bolivariana para las Américas) propuesta por Chávez.
SEMANA.COM: La movilización popular parece fundamental para los gobiernos de izquierda. ¿No amenaza eso a mediano plazo los proyectos estatales? Como la masa chavista o los Sin Tierra brasileños o los indígenas ecuatorianos.
C.R.:Los movimientos sociales, por definición, confrontan al Estado del que se sienten excluidos. El efecto de la movilización de ‘las masas’ depende del grado de legitimidad de los gobiernos que son el blanco de las protestas.
SEMANA.COM: En Venezuela, hoy hay más pobreza que cuando Chávez llegó al poder. ¿Si les va mejor a los pobres con la izquierda?
C.R.: Dada la división política y social tan profunda que existe hoy en Venezuela, lo que digan las cifras depende de quién las produzca. Sin embargo, es cierto que no hay una relación necesaria entre un gobierno de izquierda y la disminución de la pobreza. La pobreza y la desigualdad no han mejorado bajo el gobierno de Lula, pero sí bajo otros varios gobiernos, como el del Frente Amplio en Uruguay y el de Kirchner en Argentina.
SEMANA.COM: ¿Cuál ha sido el rol de las ONG frente al movimiento de izquierda en América Latina?
C.R.: Las ONG son parte de la sociedad civil que ha revitalizado la producción de ideas y la movilización de base. Sin embargo, no todas son de izquierda, y muchas hacen trabajo comunitario sin articularse a movimientos, partidos o gobiernos.
SEMANA.COM: ¿Por qué si la izquierda le apuesta a una radicalización de la democracia hay tantas experiencias autoritarias de izquierda, como la de Chávez?
C.R.: La radicalización de la democracia se refiere tanto a la aceptación de las reglas del juego electoral (como en el caso de Chávez y los demás gobiernos) como al impulso a la democracia participativa local, como en el caso de los presupuestos participativos.
SEMANA.COM: ¿Cuáles son las iniciativas más exitosas realizadas por la izquierda en América Latina?
C.R.: Los presupuestos participativos que comenzaron en Porto Alegre (Brasil) a comienzos de los 90; el desarrollo de una política exterior basada en la integración entre los países latinoamericanos y del Sur global en general, y las políticas sociales municipales.
SEMANA.COM: ¿Quiénes en su opinión son los mejores representantes de la izquierda en Colombia?
C.R.:La nueva izquierda colombiana es plural y tiene varios exponentes destacados, entre los que se encuentran el Polo Democrático Independiente, Alternativa Democrática y numerosos movimientos sociales, especialmente el indígena.
SEMANA.COM: ¿Tiene algún futuro la izquierda en Colombia?
C.R.:Su futuro depende de la habilidad de los partidos para superar el tradicional divisionismo de la izquierda, de la conexión entre partidos y movimientos sociales, y de la reacción de los demás partidos y de los grupos armados.
SEMANA.COM: ¿Cuáles son las principales amenazas para el proyecto de la izquierda en Colombia?
C.R.:La principal es la tendencia a la división que la caracteriza. Además, a pesar de que hasta ahora la nueva izquierda no ha sido objeto del grado de violencia de décadas pasadas, existe siempre el riesgo de represión del Estado o los grupos armados ilegales.
SEMANA.COM: ¿La experiencia del Polo en Bogotá ayudará a consolidar la izquierda en Colombia?
C.R.:Los dos primeros años del gobierno de Lucho Garzón han ayudado a consolidar la alternativa electoral del Polo, como lo muestran las encuestas favorables. Está por verse si ese apoyo se traduciría en un apoyo electoral a candidaturas de izquierda a la Presidencia o al Congreso. Además, por fuera del Polo y de Alternativa, hay una cantidad de iniciativas que tienen simpatía con la izquierda. Sergio Fajardo en Medellín o Angelino Garzón en Cali, por ejemplo. Por eso no todo depende de lo que haga Lucho en Bogotá. Hay otras experiencias heterodoxas, que si les va bien le ayudarán a la izquierda a tener más perspectivas electorales.
SEMANA.COM: ¿Cómo se enmarca el Partido Comunista dentro de la izquierda colombiana?
C.R.:El Partido Comunista ha sido un componente central de la izquierda desde comienzos del siglo XX, y durante ese largo período ha sufrido varias transformaciones. El PC actual se ha declarado apartado de la lucha armada y hace parte de una de las coaliciones de la izquierda democrática, Alternativa Democrática.
SEMANA.COM: ¿Por qué en Colombia no se dan fenómenos de movilización popular como en el resto del continente?
C.R.:Principalmente por la represión violenta de que han sido víctimas los movimientos y líderes sociales. Con todo, Colombia también ha experimentado un resurgimiento de la movilización de base, como lo muestra el ascenso del movimiento indígena.
SEMANA.COM: ¿Cuál ha sido la relación entre la nueva izquierda y la derecha en Colombia?
C.R.:Tanto la nueva izquierda como la nueva derecha en Colombia han surgido de la crisis de los partidos tradicionales. La izquierda ha avanzado en parte porque es la oposición clara a Uribe. Mientras Uribe más se consolida y la izquierda se oponga a él, la unión de la izquierda depende del avance de Uribe, paradójicamente.
SEMANA.COM: ¿Cuál es la agenda de la izquierda en Colombia?
C.R.:Como en Colombia la derecha ha estado metida en un proceso de desmonte de la Constitución del 91, la gran bandera de la izquierda en Colombia es la defensa de la Constitución y de la institucionalidad. Es una paradoja: tienes una izquierda defendiendo las instituciones frente a la derecha, algo que jamás se había visto.
SEMANA.COM: ¿Qué impacto tuvo el genocidio de la Unión Patriótica sobre la izquierda?
C.R.:El genocidio de la UP dejó dolorosas lecciones para el país y para la izquierda. Al país le reiteró la intolerancia y la represión violenta que ha dificultado la consolidación de una izquierda democrática durante toda su historia. A la izquierda le mostró los problemas de la combinación de todas las formas de lucha.
SEMANA.COM: ¿Los sindicatos ya no juegan un papel importante para la izquierda?
C.R.:Los sindicatos sí juegan un papel importante todavía, pero ya no son el actor dominante. Junto a los sindicatos tienes organizaciones de desempleados, de campesinos, indígenas, etc. La base social es más diversa, dominante. Junto a los sindicatos tienes organizaciones de desempleados, de campesinos, indígenas, etc. La base social es más diversa.
SEMANA.COM: ¿Es cierto que la izquierda es buena para protestar pero no para gobernar?
C.R.: La izquierda ha tenido varias décadas para demostrar que es buena para protestar, pero lleva muy poco tiempo en el poder como para que se pueda concluir que es buena o mala para gobernar. En todo caso, la nueva izquierda es un híbrido entre protesta (de los movimientos sociales) y gobiernos (de los partidos).