Skip to content

|

Ritos, formas y sustancia

¿Cómo lograr un equilibrio adecuado en los ritos, sean estos religiosos, sociales o jurídicos, entre las formas y la sustancia?

Por: Rodrigo Uprimny Yepesabril 15, 2013

¿Cómo lograr un equilibrio adecuado en los ritos, sean estos religiosos, sociales o jurídicos, entre las formas y la sustancia?

Esta difícil pregunta me asaltó a raíz de un doloroso incidente en el funeral del padre de uno de mis mejores amigos.

La misa fue lenta y el sacerdote realizó un sermón largo y vacío, con pocas referencias a las hermosas cualidades del fallecido. Todos seguimos respetuosamente la ceremonia, incluso quienes no somos creyentes, pues comprendemos la importancia humana de estos ritos.

Y llegamos así al momento que es tal vez el más sustancial y significativo de las misas funerarias. Cuando los amigos o familiares, sobreponiéndose al dolor, se esfuerzan por pronunciar algunas palabras para despedir a su ser querido. Su hija y un amigo lo recordaron en forma bella y significativa. Y una de sus nietas había preparado una evocación de su abuelo. Pero el sacerdote le impidió hablar: estaba afanado porque la misa se había prolongado demasiado, en gran medida por su insulso sermón y por la lentitud de sus formas rituales. La nieta no pudo pronunciar las palabras que con tanto cuidado y amor había preparado; y los asistentes fuimos privados de la posibilidad de escucharla. Todos sentimos dolor, rabia y frustración.

Tengo claro que los “ritos son necesarios”, como le dice el zorro al principito en el hermoso libro de Saint-Exupéry. Gracias a ellos, le explica el zorro, evitamos que la vida sea una sucesión de días idénticos, monótonos y fatigantes. Esperamos con ansia determinado día pues sabemos que es aquel de la ceremonia.

Los ritos, incluso aquellos muy menores, como un saludo cortés, permiten igualmente reducir las inevitables tensiones sociales, con lo cual fortalecen nuestros vínculos humanos y conjuran la violencia. Una ceremonia de desagravio puede evitar venganzas y guerras crueles. Somos entonces “animales ceremoniales”, como dijo Wittgenstein.

Tengo igualmente claro que un rito, para cumplir su propósito sustantivo, tiene que seguir ciertas formas. Las formas son frente a los ritos como la gramática frente al lenguaje. Así como no podemos usar una lengua para comunicarnos sin respetar su gramática, un rito pierde su significado si irrespetamos sus formas.

El peligro es, sin embargo, que una adhesión rígida y dogmática a las formas termine por olvidar y traicionar la sustancia. Son los riesgos del formalismo vacío. Y por ello en derecho existe el principio de prevalencia del derecho sustantivo sobre las formas puramente rituales. A veces son entonces necesarias las renovaciones formales o incluso las transgresiones para recuperar los significados profundos de los ritos.

Todos queríamos que la nieta expresara sus palabras de despedida en la misa, aunque hubiéramos transgredido ciertas formas litúrgicas. Eso no ocurrió; pero finalmente, en el cementerio, la nieta habló y lo hizo hermosamente a nombre de todos los nietos. Y, a pesar del exceso ritual del sacerdote, Jorge, el padre de mi amigo, fue recordado y despedido con el amor que merecía.

De interés:

Powered by swapps
Scroll To Top