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Tres reflexiones que nos dejan los recientes incendios

A pesar de la respuesta oportuna frente a la mitigación de los incendios, nos preocupa el aumento de casos de detenciones por delitos ambientales. Es importante establecer responsabilidades y sanciones a las personas presuntamente involucradas, y también es importante un análisis cuidadoso de cada caso para no generar una criminalización desproporcionada y estigmatizante contra poblaciones vulnerables.

Por: Dejusticiaenero 31, 2024

En lo que va del 2024, se han registrado 326 incendios forestales, según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres. Esto ha afectado 17.443 hectáreas de vegetación, en 28 departamentos del país. Frente a esto, los bomberos y demás organismos de atención de emergencias han hecho una labor sin precedentes al controlar los múltiples incendios y demostrar una importante labor de coordinación institucional. 

1. Disciplinar y atemorizar

A pesar de la respuesta oportuna frente a la mitigación de los incendios, nos preocupa el aumento de casos de detenciones por delitos ambientales. Es importante establecer responsabilidades y sanciones a las personas presuntamente involucradas, y también es importante un análisis cuidadoso de cada caso para no generar una estigmatización y criminalización desproporcionada contra campesinos y poblaciones vulnerables.

2. Pobreza y mala calidad del aire

En Bogotá, ya existen factores de desigualdad que hacen que en ciertas zonas de la ciudad se respire un aire más contaminado. Los incendios han hecho que esta situación empeore las ya precarias condiciones. Los peores niveles de contaminación por material particulado se concentran en el suroccidente de la ciudad, en las localidades de Kennedy, Ciudad Bolívar y Bosa, donde la población es principalmente de estratos bajos y medios. 

Vivir en zonas más contaminadas aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias y a morir por causa de enfermedades infecciosas. 

Recomendamos nuestras dos publicaciones:

Transparente como el aire: Ni información, ni calidad, ni derechos

La desigualdad que respiramos. Políticas de calidad del aire, pobreza y desigualdad en Bogotá

3. Una visión integral del Estado

Los bosques tienen problemas de ordenamiento y manejo ambiental, esta planeación debe contar con un enfoque de derechos humanos, tomando en cuenta que hay personas que viven en esas áreas y sus inmediaciones y que se podrían ver afectadas. 

Para reducir los riesgos asociados a incendios y deslizamientos, es necesario que el Gobierno Nacional recupere adecuadamente la vegetación de los bosques. Por ejemplo, la reserva forestal de los cerros orientales de Bogotá fue reforestada en su momento con pinos y eucaliptos, especies que no son nativas y que pueden generar daños ambientales que van desde la esterilización de los suelos hasta la disminución de las reservas subterráneas de agua y la desecación de los ríos.

Necesitamos un Estado que reconozca que las sociedades están intrínsecamente vinculadas a los ecosistemas en los que viven. La salud de las comunidades y la salud de los ecosistemas son interdependientes, ya que las personas dependen de los recursos naturales para su subsistencia.

Los conocimientos tradicionales sobre la adaptación a condiciones cambiantes pueden ser vitales ante las amenazas del cambio climático. Este enfoque integral fomenta la resiliencia y la sostenibilidad a largo plazo.

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